El vac¨ªo donde no cabe la n¨¢usea
Naci¨® en Chile en 1953, vivi¨® desde los quince a?os en M¨¦xico; en 1973, volvi¨® por una decisiva temporada a su pa¨ªs natal; regres¨® a M¨¦xico, desde donde se traslad¨® a Espa?a en 1977; muri¨® en Barcelona en 2003. Empez¨® a publicar a mediados de la d¨¦cada de 1970. Se le deben poemarios e importantes vol¨²menes de cuentos, adem¨¢s de nouvelles y novelas, desde la interesant¨ªsima y singular La literatura nazi en Am¨¦rica a Los detectives salvajes o la misma 2666. Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que estudiar con detenimiento por qu¨¦ Bola?o empez¨® cerca de Marcel Schwob o de Alfonso Reyes (cuyos Retratos reales e imaginarios admiraba) y cu¨¢ndo se desplaz¨® hacia una monumentalidad -de ¨ªndole joyceana- que muchas veces recuerda a Leopoldo Marechal; sobre todo, al del viaje de los poetas porte?os de vanguardia en busca del Neocriollo en Ad¨¢n Buensayres (1948).
EL SECRETO DEL MAL
Roberto Bola?o
Edici¨®n de Ignacio Echevarr¨ªa
Anagrama. Barcelona, 2007
182 p¨¢ginas. 16 euros
Estar atento a la vida de los otros y observar c¨®mo viven son rasgos de narrador cl¨¢sico, que debe mantener activa una primigenia curiosidad infantil, para despu¨¦s desplegarla de muchas maneras. La manera de Bola?o es su necesario tributo a la ¨¦poca: para fabricar la obra debe sostenerse en la observaci¨®n de su propia vida. Una vida de artista. Y Bola?o era, en este aspecto, un neorrom¨¢ntico: nada existe m¨¢s lleno de sentido que la vida de un artista, la ¨²nica capaz de contener la vida de los otros. De hecho, construy¨® con minuciosidad uno de los relatos m¨¢s reconocibles de la sociedad literaria: el escritor primero desde?ado y despu¨¦s celebrado.
En su obra torrencial y a la vez controlad¨ªsima no falta ninguno de los ingredientes: inicios esforzados, rechazos editoriales, premios de provincia, alguna batalla por el canon latinoamericano y una guerra decisiva por el canon chileno, hoy disputado entre figuras como el mismo Bola?o, Pedro Lemebel o Diamela Eltit, m¨¢s d¨ªficiles de desautorizar que Isabel Allende. Lo que Bola?o hizo con todo ello fue una contundente ficci¨®n de la epopeya del artista, y, sobre todo, la del Poeta; no por casualidad los chilenos usan esa may¨²scula para aludir a Neruda. Bola?o logr¨® utilizar la comunidad de los poetas para convertirlos -y convertirse- en personaje de novela: el intento m¨¢s expl¨ªcito es Los detectives salvajes, que se pone en marcha porque unos poetas buscan a otros poetas. Y lo hace en un castellano tan flexible que permite olvidar las frecuentes repeticiones en el dibujo de una situaci¨®n y en su deslizamiento hacia otra id¨¦ntica. Tambi¨¦n 2666 participa de este esquema, cuya desmesura proviene precisamente de su ausencia de culminaci¨®n.
Utiliz¨®, como mecanismo
b¨¢sico, una t¨¦cnica bien aceitada, de desdoblamientos, lo cual le permite ofrecer espejos en clara sucesi¨®n cron¨®logica, en los que "Bola?o" o personajes similares proponen ante el lector un itinerario vital como medio de seducci¨®n literaria. En ocasiones esos procedimientos se cruzan con otros menos autorreferenciales, que hacen patente la voluntad visible por lograr una objetividad triunfante. ?sta es la segunda vertiente de la que participan los relatos de El secreto del mal, algunos ya publicados, muchos inconclusos, y dos, al menos, concluidos: el excelente -y muy cortaziano- 'Laberinto' y, probablemente, 'M¨²sculos'. La diferencia entre inconclusos y concluidos no es banal, porque los finales de Bola?o son suspensiones muy sutiles del mecanismo de la narraci¨®n. Son finales interrogativos, preguntas por esa pr¨®xima m¨¢scara que en la escena vertiginosa del encuentro diferido con el doble se convertir¨¢ en pr¨®ximo texto. Lo que sucede con los libros p¨®stumos es que probablemente el movimiento de lectura deba invertirse. En este sentido, como movimiento de retrospecci¨®n, los cuentos de El secreto del mal revelan la ambici¨®n del proyecto y la ansiedad por la posteridad que Bola?o escenific¨® y escribi¨® con toda desnudez: "El instante pr¨ªstino que es el pasaporte de R. B. en octubre de 1981, que lo acredita como chileno con permiso de residir en Espa?a, sin trabajar, durante otros tres meses. ?El vac¨ªo donde ni siquiera cabe la na¨²sea!".
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