El Madrid paga su falta de valent¨ªa
El Racing derrota al conjunto de Capello, que se adelant¨® por medio de Ra¨²l, gracias a dos penaltis aprovechados por Garay
Crey¨¦ndose capaz de manejar a la italiana un gol de ventaja, el Madrid sali¨® volteado. Espeso como siempre, al equipo de Capello le falt¨® aptitud cuando el Racing le apret¨®, al principio y al final, y much¨ªsima voluntad para bajar la persiana al encuentro cuando se fren¨®, en buena parte del segundo periodo. Crecidos en la Liga, los madridistas ten¨ªan la ocasi¨®n de achuchar al Bar?a, pero ni as¨ª se produjo la mutaci¨®n: mantuvieron el gui¨®n de Capello y ya se sabe que a ¨¦ste le gusta administrar las rentas. Pero la Liga espa?ola no es el calcio y no hay modesto que entregue la cuchara a la primera. Y menos el Racing, que enfila la recta final en un puesto que no recuerda ninguna generaci¨®n c¨¢ntabra.
RACING 2 - REAL MADRID 1
Racing: To?o; Pinillos, Rub¨¦n, Garay, Cristian Fern¨¢ndez; Scaloni, Vitolo, Colsa (Melo, m. 71), Serrano (Juanjo, m. 93); Munitis y Zigic.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Helguera, Cannavaro, Marcelo; Higua¨ªn (Reyes, m. 78), Daiarra, Emerson, Robinho (Mej¨ªa, m. 89); Ra¨²l (Guti, m. 87) y Van Nistelrooy.
Goles: 0-1. M. 33. Ra¨²l marca a pase de Higua¨ªn tras un error de coordinaci¨®n entre Cristian Fern¨¢ndez y Garay. 1-1. M. 73. Garay, de penalti. 2-1. M. 90. Garay, de penalti.
?rbitro: Turienzo ?lvarez. Amonest¨® a Ramos, Serrano, Scaloni, Cannavaro, Guti y Garay. Expuls¨® a Helguera en el minuto 87, por doble amarilla, y a Mej¨ªa en el 92 con roja directa.
Lleno en El Sardinero. 22.000 espectadores.
El Madrid no supo negociar su golpe de fortuna. Con el partido equilibrado y el Racing henchido, el equipo de Portugal aup¨® al Madrid de forma circense. El juvenil Cristian Fern¨¢ndez meti¨® en un l¨ªo a Garay, el argentino aument¨® el enredo al devolver la pelota a Higua¨ªn y ¨¦ste se asoci¨® con Ra¨²l. El capit¨¢n, otra vez en su estado natural, de segundo ariete, lleg¨® al vest¨ªbulo del gol. Del resto se encarg¨® To?o, una calamidad toda la tarde, salvo cuando tuvo que medirse a Higua¨ªn, al que se le apaga la luz cuando se enfrenta al gol. A Ra¨²l no le sali¨® el mejor remate de su carrera, pero el bal¨®n se col¨® bajo el sobaco de To?o. Una vez m¨¢s, el Madrid se encontr¨® en ventaja cuando apenas hab¨ªa trenzado jugada alguna, cuando s¨®lo hab¨ªa exhibido mucha energ¨ªa defensiva. Dos remates en un periodo, un gol. Al margen del quinto tanto de Ra¨²l, de la otra ocasi¨®n madridista tambi¨¦n se encarg¨® To?o, que despej¨® con el mu?¨®n un disparo de Diarra. Rub¨¦n acudi¨® al socorro de su compa?ero y despej¨® la pelota a un mil¨ªmetro del gol.
La torpeza del portero y los defensas destempl¨® al Racing, que hab¨ªa argumentado las razones que le han llevado al per¨ªmetro de las competiciones europeas por primera vez en sus 94 a?os. Es un equipo muy ordenado, con mucho tajo y dos v¨ªas ofensivas muy inquietantes. Por antag¨®nicas y efectivas. Una pasa por un p¨ªvot serbio que vuela por encima de los dos metros y frente al que no hay ant¨ªdoto. La otra, por un h¨¢bil futbolista de dos palmos y con acero en los gemelos que incordia como pocos. Zigic y Munitis ofrecen distintas variantes y exigen mucho a cualquier defensa. Con la estimable ayuda de Diarra, Helguera, Ramos y Cannavaro, se las vieron para mantener el tipo. Sobre todo, a la hora de atender las segundas jugadas que produce Zigic con su coronilla. De Marcelo, la novedad de Capello, apenas hubo noticias. Muy contenido, no lo tendr¨¢ f¨¢cil: ser relevista de Roberto Carlos no es una asignatura sencilla.
Antes y despu¨¦s del gol de Ra¨²l, el Madrid fue el de casi siempre, un equipo sider¨²rgico. A falta de un faro y con Guti en el banquillo, se mueve por impulsos. No gobierna los encuentros y es imprevisible en las dos ¨¢reas. En ambas es un tiro al aire. Atr¨¢s le sujeta Casillas, como anoche, y en la orilla contraria va por ciclos: Van Nistelrooy ha tenido el suyo y ahora es el turno de Ra¨²l. Dif¨ªcilmente le llegar¨¢ la hora a Higua¨ªn. El argentino tiene grandes intenciones. Domina el oficio con mucho estilo, es r¨¢pido y se asocia bien con todos, pero se le resiste el gol. Frente al d¨¦bil Cristian Fern¨¢ndez, se dio un fest¨ªn hasta que le lleg¨® la hora de definir. Sobre todo, en el segundo periodo, cuando el Racing rompi¨® filas y durante muchos minutos se sinti¨® angustiado por la derrota. Entonces, como en tantas otras ocasiones, al Madrid le falt¨® decisi¨®n para cerrar el partido.
Con el Madrid remiso, Portugal, el t¨¦cnico racinguista, movi¨® con acierto el tablero. Retir¨® a Colsa, dio pista a Felipe Melo en la banda derecha y centr¨® la posici¨®n de Scaloni. Melo enred¨® a Marcelo y Scaloni, inoperante en el costado, aument¨® los decibelios del equipo en el eje. El Racing recuper¨® la iniciativa, lo que nunca disgusta a este Madrid, y se plant¨® con ah¨ªnco ante Casillas y conquist¨® dos penaltis: uno inexistente de Emerson a Scaloni y otro evidente de Cannavaro a Zigic. Garay acert¨® en las dos ocasiones e hizo pagar al Madrid su falta de firmeza para garantizarse una victoria que le hubiera acostado como l¨ªder del campeonato, como lo demuestra el que Capello retirara antes del desenlace a Ra¨²l y Robinho. Como le gusta a su t¨¦cnico, el Madrid quiso negociar un p¨ªrrico marcador y lo pag¨® con creces. Le falt¨® valent¨ªa cuando lo tuvo todo a favor.
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