El FMI recela de los biocarburantes

Lo verde vende. Tal vez demasiado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura en su informe de primavera que la creciente demanda de biocombustibles -procedentes de cereales, de az¨²cares e incluso de la reutilizaci¨®n de aceites- amenaza con disparar los precios de los alimentos, empezando por el ma¨ªz, el trigo y la soja. Los expertos aluden a otras variables para explicar esa subida, como la especulaci¨®n. Pero el Fondo reabre el debate acerca de la disyuntiva entre comida o combustible, que puede marcar el desarrollo de los biocarburantes.

Los expertos reh¨²yen el alarmismo y aluden a la segunda generaci¨®n de carburantes 'bio' para garantizar la sostenibilidad de estos productos

El revuelo en torno al esc¨¢ndalo por el sueldo de la novia del presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, ha enturbiado la reuni¨®n de primavera del FMI y del Banco Mundial. Pero el informe del Fondo, presentado el pasado mi¨¦rcoles, es de lo m¨¢s jugoso y, por una vez, pol¨ªticamente incorrecto. Frente a la necesidad de incrementar el uso de carburantes verdes para reducir las emisiones de CO2 y limitar la dependencia del petr¨®leo, el Fondo viene a decir que el ¨¦xito de los biocombustibles amenaza con elevar el precio de los alimentos.

Poco amigo de crear alarmismos, el FMI es esta vez meridianamente claro: "La creciente demanda de biocarburantes probablemente causar¨¢ que los precios de los cereales crezcan a¨²n m¨¢s y se muevan de una forma m¨¢s cercana a los del petr¨®leo". El Fondo alerta tambi¨¦n de una posible escalada de precios en los aceites comestibles e incluso en otros alimentos, como la carne, puesto que la subida de los cereales incide en la dieta del ganado. La soluci¨®n que ofrece el organismo que dirige Rodrigo Rato es la receta cl¨¢sica del FMI: "Reducir los subsidios y los aranceles" tanto en Europa como en EE UU -los dos grandes consumidores de energ¨ªa bio-, que perjudican a los pa¨ªses en desarrollo, como Brasil.

El mercado ya ha dado signos de recalentamiento. Los precios de los alimentos subieron un 10% en 2006, con el incremento muy concentrado en el segundo semestre del a?o. Pero en el caso de los cereales, la subida fue del 40%. El incremento del precio de las tortillas de ma¨ªz provoc¨® en M¨¦xico una crisis pol¨ªtica a principios de a?o. En Espa?a se dej¨® notar tambi¨¦n en el coste de la harina para producir pan. Ante esta tesitura, las advertencias del Fondo alimentan el debate sobre las consecuencias de fomentar la producci¨®n de etanol y biodi¨¦sel a partir de materias primas que son la base de la alimentaci¨®n de medio mundo, y tambi¨¦n fundamentales en la cr¨ªa de animales.

El FMI ha adoptado una postura moderada. "Mientras a peque?a escala los biocarburantes pueden ser beneficiosos al complementar el abastecimiento de combustible tradicional, promover su uso a niveles insostenibles es problem¨¢tico con la tecnolog¨ªa actual", reza el informe de la instituci¨®n. "La preocupaci¨®n se debe a que en los pa¨ªses desarrollados los biocombustibles se tienden a ver como una soluci¨®n r¨¢pida para reducir la dependencia del petr¨®leo", asegur¨® Charles Collyns, subdirector de An¨¢lisis del FMI.

Hay opiniones m¨¢s tremendistas. "El mundo necesita urgentemente un plan para lidiar con la batalla que se librar¨¢ entre los alimentos y los combustibles", dijo en enero Lester Brown, director de Earth Policy Institute y reconocido experto medioambiental. La guinda la puso Fidel Castro en su estreno tras una larga enfermedad, en marzo. "Condenados a muerte por hambre y sed m¨¢s de 3.000 millones de personas en el mundo", aseguraba en un art¨ªculo con tintes neomalthusianos apuntando a la "idea siniestra" de "convertir alimentos en combustible".

Los expertos espa?oles son m¨¢s comedidos. "Los precios siembran dudas sobre la viabilidad del etanol y el biodi¨¦sel, pero adem¨¢s del aumento de demanda obedecen tambi¨¦n a la especulaci¨®n", asegura In¨¦s Echevarr¨ªa, del Cener. Para Mercedes Ballesteros, del Ciemat, "no conviene la competencia entre el mercado energ¨¦tico y el alimentario relacionado con los biocarburantes". Y para evitarla "hay que garantizar la sostenibilidad de este producto con la segunda generaci¨®n de biocarburantes, que proceda de celulosa o de materias primas que no compitan con el mercado alimentario". "La pol¨ªtica agraria com¨²n (PAC) est¨¢ en un callej¨®n sin salida y la bioenerg¨ªa puede ser una buena v¨ªa de escape en Europa para reducir la dependencia energ¨¦tica del petr¨®leo. Pero ese futuro es m¨¢s dudoso si el biocarburante afecta al precio de los alimentos", a?ade Miguel ?ngel Lasheras, presidente de Intermoney Energ¨ªa.