La madre de todas las antenas
El 'Pirul¨ª' de la M-30 es el centro neur¨¢lgico que emite las se?ales de televisi¨®n a toda Espa?a
El 28 de agosto de 2002 ocurri¨® algo inaudito en la historia reciente del pa¨ªs. Daban las 14.50 cuando, de pronto, en los televisores de Madrid, fuera cual fuera la cadena sintonizada, no se ve¨ªa m¨¢s que nieve; no hab¨ªa se?al. Un servicio que nunca hab¨ªa fallado, algo que no se corta como la luz, el gas o el agua, se hab¨ªa colapsado. Parec¨ªa que el mundo se ven¨ªa abajo: gran parte del dial de radio tambi¨¦n enmudeci¨®. No hubo tele durante casi tres horas porque se hab¨ªa producido un incendio en la instalaci¨®n que centraliza el env¨ªo de se?ales en el pa¨ªs, Torrespa?a.
La gente cree que all¨ª se hacen los telediarios o que hay un restaurante giratorio, pero no es as¨ª
El Pirul¨ª es un gigante de los que marcaron ¨¦poca cuando se abri¨® para el Mundial del 82. El m¨¢stil gris es un t¨®tem de tecnolog¨ªa erizado de antenas de todo tipo y condici¨®n que mide 212,8 metros, y se escora "como un barco, hasta un grado de inclinaci¨®n, con mucho viento", asegura el jefe de la torre, Roque Moreno. Han pasado m¨¢s de 20 a?os desde que lo inauguraron los Reyes, por lo que el fuste de hormig¨®n y la torre de celos¨ªa que lo corona al regazo de la M-30 s¨®lo llama la atenci¨®n a los que visitan la ciudad por primera vez, ya que su perfil fue machaconamente utilizado por TVE durante a?os como signo de la modernidad del pa¨ªs y la empresa.
"La gente cree que aqu¨ª se hacen los telediarios, o que existe un restaurante giratorio, o que no hay nadie", cuenta sonriendo Gregorio Echevarr¨ªa, uno de los jefes de turno. Pero no, en Torrespa?a, suspendidos en las alturas, s¨ª hay trabajadores en permanencia, a diferencia de la torre de Collserola, el nodo equivalente de Barcelona. En el piso tercero del huso, desafiando el v¨¦rtigo a cambio de disfrutar las mejores vistas (el ojo avizora hasta Toledo), trabaja un equipo de Abertis Telecom, empresa que controla la instalaci¨®n desde 2001 y que asegura la continuidad de las se?ales de televisi¨®n.
La continuidad es el concepto sagrado, la raz¨®n de ser del lugar, el mantra que repiten todos cuando explican lo que se hace aqu¨ª. Hay que conseguir que nada falle de nuevo con medidas de seguridad redundantes, sistemas duplicados para cada funci¨®n, todos bajo la atenci¨®n constante de 31 personas y un mantenimiento minucioso. "Un minuto en negro en televisi¨®n es un mundo", afirman en Abertis, y por eso "los segundos tienen otro valor" en Torrespa?a, asegura el jefe de la torre, que advierte, sin embargo, de que los fundidos en negro de la tele "suelen ser responsabilidad de las cadenas, cosas del realizador".
"Aqu¨ª no se ve la televisi¨®n, se observa". Los colegas de Moreno, 45 a?os, ingeniero t¨¦cnico de telecomunicaciones, pasan el d¨ªa (y la noche, en turnos de ocho horas, ininterrumpidamente desde 1982) en una secci¨®n de la planta tercera de no m¨¢s de 150 metros cuadrados. Es la sala de control, la ¨²nica parte habitada porque al resto s¨®lo se va para comprobar y corregir el funcionamiento de m¨¢s de 2.000 equipos. El lugar est¨¢ plagado de pantallitas con todos los programas que emiten las cadenas que se ven en Madrid menos La Sexta, incluidas tres emisoras locales y la TDT. Ora aparece Esperanza Aguirre, muda, glosando las bondades del bypass sur (lo dicen los subt¨ªtulos de Telemadrid), ora el griter¨ªo inaudible de un magac¨ªn del coraz¨®n.
Las se?ales digitales llegan de las distintas cadenas por cables de fibra ¨®ptica, y por radio, para asegurar la continuidad y que no notemos nada frente a las pantallas si dejan de funcionar los primeros. As¨ª, el casquete de Torrespa?a (nueve plataformas, s¨®lo cuatro cubiertas) est¨¢ rodeado de antenas -en la planta octava del edificio hay parab¨®licas de 4,5 metros de di¨¢metro-, que reemiten del uno al otro conf¨ªn lo que producen las teles previa decodificaci¨®n de la se?al, hasta los m¨¢s de 3.000 centros emisores y transmisores de se?al que pespuntean el pa¨ªs.
La segunda misi¨®n del Centro de Operaciones Torrespa?a, como se llama en los papeles el Pirul¨ª, es la de servir de centro emisor para Madrid, que, sobre todo en su zona sur, estaba plagado de zonas de sombra donde no se recib¨ªan bien las se?ales de televisi¨®n y radio cuando el arquitecto Emilio Mart¨ªnez de Velasco dise?¨® el cono cementoso para RTVE. Hoy son 14 los programas de FM que se escuchan gracias a esta torre, aunque en la ciudad hay otros dos peque?os reemisores, en la plaza de Espa?a y en la de Castilla, que cubren depresiones que no se alcanzan desde aqu¨ª. En todo caso, somos cinco millones de madrile?os los que nos informamos, divertimos o embrutecemos frente a la tele gracias a esa construcci¨®n que se yergue en O'Donnell.
![La sombra del <i>Pirul¨ª</i> se proyecta sobre Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DTXUZRVV67LEKROME73PIXFIEY.jpg?auth=0dbb0c81270fb4ebe7ea11a03caf95b3d7da91c184cd77304dde971c96695b95&width=414)
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