Investigando con la materia gris
El banco de cerebros es el ¨²ltimo paso de los trabajos en la UPV sobre enfermedad mental a partir de muestras humanas
La Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) coordina el ¨²nico banco de cerebros creado en Espa?a, que contribuir¨¢ a investigar sobre enfermedades mentales en las que la experimentaci¨®n con animales no da buenos resultados. El Instituto Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha apoyado, entre otros grupos de investigaci¨®n cooperativa que estudian ¨¢reas prioritarias de la salud mental, a la Red de Enfermedades Mentales y Trastornos Afectivos y Psic¨®ticos (REM-TAP), compuesta por 15 centros de investigaci¨®n, universidades y hospitales de toda Espa?a. El banco de cerebros, que coordina el catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa de la UPV Javier Meana, es una de las grandes plataformas de investigaci¨®n que impulsa la red.
El grupo investiga en tres l¨ªneas principales: depresi¨®n, esquizofrenia y drogodependencias
Meana (Vitoria, 1960) aporta al proyecto una experiencia en adquisici¨®n de muestras de cerebros que se remonta a 1985. Su grupo dispone de restos procedentes de casi 600 suicidas, facilitados gracias a un convenio con el Instituto Vasco de Medicina Legal. El banco de cerebros ser¨¢ m¨¢s ambicioso, ya que las muestras no provendr¨¢n de autopsias, sino que ser¨¢n donadas por las familias de fallecidos por cualquier causa. Los ¨®rganos se extraer¨¢n en diferentes puntos del pa¨ªs y se almacenar¨¢n en la UPV. "Si hemos llegado hasta aqu¨ª ha sido gracias a las aportaciones desinteresadas de los m¨¦dicos forenses, que han ayudado mucho a entender las causas de los suicidios", subraya Meana.
El grupo trabaja para determinar el origen biol¨®gico de las enfermedades mentales. "Tanto la depresi¨®n como la esquizofrenia se deben a un sustrato gen¨¦tico y a unos factores ambientales que act¨²an como desencadenante", indica. Los cerebros con los que trabajan son tanto de enfermos mentales como de sujetos sanos, que act¨²an como modelo para detectar alteraciones. Los cient¨ªficos del grupo diseccionan una parte, normalmente de la corteza frontal -la m¨¢s evolucionada y en que se encuentran las ¨¢reas ligadas a la emotividad-, pero tambi¨¦n de otras regiones en que no se esperan cambios para descartar que la causa del trastorno mental sea otra enfermedad. Las muestras se conservan a veces en formol y casi siempre congeladas a -80?.
Las enfermedades mentales causan fallos en la transmisi¨®n de impulsos qu¨ªmicos de las neuronas. Por ello, seleccionada la muestra, se observa si hay carencias en la transmisi¨®n de prote¨ªnas mediante diferentes m¨¦todos bioqu¨ªmicos, que ayudan a trazar una informaci¨®n que se visualiza y se compara con programas inform¨¢ticos. Ello sirve para dise?ar f¨¢rmacos que act¨²an supliendo el d¨¦ficit de prote¨ªnas.
Tres son las principales l¨ªneas de investigaci¨®n que el grupo de Meana desarrolla utilizando muestras de cerebros humanos: depresi¨®n, esquizofrenia y drogodependencias.
Respecto a la primera, la l¨ªnea fundamental es el estudio de sus bases biol¨®gicas para identificar qu¨¦ prote¨ªnas est¨¢n alteradas y dise?ar f¨¢rmacos que act¨²en sobre ellas. "La aplicaci¨®n de los estudios es pr¨¢cticamente directa, porque son seguidos de cerca por las compa?¨ªas farmac¨¦uticas. Se han dise?ado ya algunos f¨¢rmacos antidepresivos que est¨¢n teniendo ¨¦xito", se?ala Meana.
Otra l¨ªnea de investigaci¨®n busca alteraciones biol¨®gicas novedosas en los esquizofr¨¦nicos. Las medicinas existentes tienen s¨®lo un 60% de eficacia y causan muchos efectos adversos. "El reto es buscar f¨¢rmacos que tengan en cuenta el car¨¢cter multig¨¦nico, la complejidad de estas enfermedades, actuando sobre varios frentes. Se trata de modificar y mejorar los tratamientos existentes", recalca. Encontradas las alteraciones en muestras humanas, se complementa el trabajo con animales.
Sobre las drogodependencias, el grupo de investigaci¨®n desarrolla un proyecto conjunto con las universidades de Las Palmas y Ginebra. "Una rata que se autoadministra hero¨ªna termina siendo adicta, pero no puede reproducir los patrones de consumo irregulares de los humanos", explica Meana. El uso de cerebros humanos ha permitido saber m¨¢s acerca de las atrofias neuronales que motiva el consumo de opi¨¢ceos. El grupo analiza la predisposici¨®n gen¨¦tica para desarrollar adicciones, a la que hay que sumar factores ambientales -edad, circunstancias personales,...- para entender que un consumo id¨¦ntico de droga genere dependencia en unas personas y en otras no. Estas investigaciones aportan respuestas sobre la eficacia de los programas de suministro de metadona, ya que permiten advertir la diferencia respecto al efecto de la hero¨ªna, y pueden aclarar si los enfermos mentales pueden ser m¨¢s proclives a drogarse por razones gen¨¦ticas o porque pretenden paliar s¨ªntomas como la ansiedad o la apat¨ªa.
Un proyecto con s¨®lo seis equivalentes en el mundo
Un banco de cerebros dirigido a la investigaci¨®n de enfermedades mentales supone una iniciativa ¨²nica en Espa?a. Los ¨²nicos proyectos similares en el mundo son tres en EEUU (en las universidades de Harvard y Columbia y en la Fundaci¨®n Stanley), una red de bancos en Australia y los de Amsterdam y Budapest. "A diferencia de otros pacientes como los de Parkinson, los enfermos mentales no suelen fallecer en hospitales, por lo que los programas de donaciones son m¨¢s complejos", explica Meana. Esta dificultad y la falta de medios son las dos causas que, seg¨²n el catedr¨¢tico, explican que los pocos bancos de cerebros que se ponen en marcha suelan fracasar.
La UPV parte de dos hechos para que el suyo afronte con ¨¦xito ambos obst¨¢culos. La iniciativa est¨¢ respaldada por la experiencia de la universidad p¨²blica en la captaci¨®n de los cuerpos que usan los alumnos de Medicina en sus clases pr¨¢cticas. "El programa de donaci¨®n es muy similar a aqu¨¦l", se?ala. En lo que respecta a los medios t¨¦cnicos, el Ministerio de Sanidad destinar¨¢ un mill¨®n y medio de euros en cuatro a?os a la red. El 15% ir¨¢ al banco de cerebros. Adem¨¢s, debido a la colecci¨®n de muestras de que dispone el grupo de investigaci¨®n, la UPV cuenta con casi todo el equipamiento preciso para almacenar las donaciones.
Un banco de cerebros, a diferencia de las colecciones de muestras como la de Meana, no tiene limitaciones ni de cantidad de ¨¦stas ni del uso que se les d¨¦. Mientras que las colecciones de muestras no pueden ser transferidas a terceros, el banco de cerebros est¨¢ pensado para que cualquier usuario que investigue sobre enfermedades mentales acceda a ellas. "Habr¨¢ que presentar un proyecto cient¨ªfico que cumpla con unos est¨¢ndares y con unos requerimientos ¨¦ticos, que ser¨¢n evaluados por un comit¨¦ formado entre la UPV y la red. Si se aprueba, se le proporcionar¨¢ a quien lo solicite la muestra id¨®nea para sus necesidades", aclara.
Los medios y el conocimiento que aporta la UPV, y tratarse de una propuesta "muy novedosa y dif¨ªcil" han sido clave para que la solicitud de la red haya recibido una evaluaci¨®n positiva, recalca su coordinador.
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