La aventura de filmar
El moderno cine de aventuras lleva dos d¨¦cadas intentando hacerle un hueco definitivo en su historia al neozeland¨¦s Vincent Ward, pero a pesar de un par de excelentes apuntes, su (corta) filmograf¨ªa parece haberse estancado en cierto preciosismo y en los eternos conflictos de producci¨®n que parecen acecharle. River Queen, ambientada en la Nueva Zelanda de 1868, en medio de la colonizaci¨®n inglesa del territorio, mantiene las constantes vitales de un cineasta original, inquieto y nada complaciente, pero tambi¨¦n los sempiternos choques creativos que le llevaron a no poder concretar su particular visi¨®n de Alien 3 (filmada finalmente por David Fincher) y a ser despedido del rodaje de este su ¨²ltimo trabajo poco antes de la conclusi¨®n, ejecutada por su director de fotograf¨ªa, Alun Bollinger.
RIVER QUEEN
Direcci¨®n: Vincent Ward. Int¨¦rpretes: Samantha Morton, Kiefer Sutherland, Temuera Morrison, Cliff Curtis. G¨¦nero: aventura. Nueva Zelanda, Reino Unido, 2005. Duraci¨®n: 114 minutos.
Ese exquisito gusto por la antropolog¨ªa, la historia y la naturaleza, demostrado en las estupendas Navigator, una odisea en el tiempo (1988) y El mapa del sentimiento humano (1993), parece haber llevado a Ward hasta el choque de culturas surgido en su pa¨ªs a mediados del siglo XIX, cuando los maor¨ªes se debat¨ªan entre la defensa de su tierra y la alianza con los ingleses, lo que acab¨® provocando una especie de guerra civil encubierta en la que los nativos se enfrentaban no s¨®lo a los colonizadores sino tambi¨¦n a una parte de su pueblo. Los espectaculares paisajes que rodean al r¨ªo Manganuioteau son retratados por Ward con un exquisito gusto, sin el esteticismo que le hizo caer en la grandilocuencia azucarada de M¨¢s all¨¢ de los sue?os (1998), financiada generosamente por Hollywood (62 millones de euros) pero que termin¨® siendo un fracaso. Las batallas y la conquista de cada curva del r¨ªo tienen br¨ªo y recuerdan al mejor cine aventurero de siempre, el que lleva a sus art¨ªfices a convertir cada rodaje en una peque?a quimera (el John Huston de La reina de ?frica y el Werner Herzog de Fitzcarraldo lo saben bien).
Sin embargo, es en la trama principal que rodea al hecho hist¨®rico, la de una mujer irlandesa empe?ada en recuperar a su hijo mestizo secuestrado a?os atr¨¢s por su abuelo maor¨ª, donde Ward (tambi¨¦n guionista) se hace m¨¢s acad¨¦mico y donde pierde los estribos est¨¦ticos por culpa de un drama que tiende demasiado hacia el banal culebr¨®n hist¨®rico. Algo en lo que tampoco ayuda una voz en off con pinta de exigencia de los productores, que no hace m¨¢s que repetir lo que ya se est¨¢ viendo y/o descubrir sentimientos que no se han sabido exponer mediante acciones o di¨¢logos.
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