Clase magistral de marat¨®n

Ma?ana de s¨¢bado en el parque del Retiro. Ni una nube en el cielo. En uno de los laterales, un saxofonista ensaya Strangers in the night, de Frank Sinatra. A su lado pasa un grupo de corredores.

"Vamos a empezar suavecito y luego ya le damos un poco m¨¢s de ca?a", dice uno. En cabeza, y dirigiendo, van Mart¨ªn Fiz, campe¨®n del mundo de marat¨®n en 1995, y Abel Ant¨®n, campe¨®n en 1997 y 1999. Los dos atletas, de 44 a?os y ya retirados del profesionalismo, compartieron ayer su experiencia en la prueba de 42 kil¨®metros con los aficionados que se atrevieron a ello.

La idea era mostrar la velocidad a la que corren los atletas que acuden al marat¨®n en busca de la victoria. Es decir, la inmensa minor¨ªa de los m¨¢s de 13.000 que hoy tomar¨¢n la salida de la XXX edici¨®n del Marat¨®n Popular de Madrid.

"Terminarlo es ya un m¨¦rito. El marat¨®n es una batalla. Es uno mismo contra la distancia", explica Fiz. "Es muy duro, pero una vez que llegas a la meta ya empiezas a pensar en el siguiente", comenta Ant¨®n.

"Lo peor del marat¨®n", coinciden ambos, "es el entrenamiento, en la carrera te tienes que dedicar a disfrutar". Y para disfrutar, aseguran, es vital tener una gran fortaleza f¨ªsica. "Hay momentos en los que te apetece parar y dejarlo, en los que piensas que no puedes m¨¢s", dice Fiz. Ese tramo es el que los atletas conocen como "el muro", y que se encuentra, normalmente, entre el kil¨®metro 32 y el 36.

Pero m¨¢s all¨¢ de ese repecho psicol¨®gico, est¨¢ el desgaste f¨ªsico. "En Sevilla corr¨ª una vez con 40 grados. Cuando llegu¨¦ a la meta hab¨ªa perdido cuatro kilos y hab¨ªa bebido ocho litros de agua", recuerda Ant¨®n. Los atletas recomiendan descansar bien el d¨ªa anterior -aunque Fiz, puro nervio, asegura que, de la ansiedad, se levanta antes de que suene el despertador-, desayunar fruta, cereales, caf¨¦ y t¨¦, "sin hacer experimentos el d¨ªa de la carrera", y llegar con tiempo suficiente a la salida para estirar y calentar.

Ayer el calentamiento recorri¨® unos cuatro kil¨®metros. A un ritmo en el que todav¨ªa se puede hablar con los compa?eros de carrera. Desde la salida, en un centro comercial de la calle de Serrano, hasta el Retiro. Una vuelta por el parque y a estirar frente a la puerta principal. Los dos atletas corrieron una sola vez un marat¨®n en Madrid, el del Millenium, pero fue muy especial, ya que fue la despedida de ambos del atletismo profesional. "El circuito de Madrid es duro, pero la prueba es muy bonita, porque participa mucha gente y pasas por lugares emblem¨¢ticos de la ciudad", dice Fiz. "Es muy bonito ver la ciudad con tanta gente corriendo, afrontando el reto con ilusi¨®n. Es una marat¨®n que cada a?o va a m¨¢s, pero que tiene que seguir creciendo", explica Ant¨®n. En ciudades como Londres o Nueva York el n¨²mero de participantes sobrepasa los 30.000.

Despu¨¦s del calentamiento llega el momento de la verdad. "Vamos a ir durante un minuto al ritmo al que ir¨ªan los que van en cabeza", explica Fiz. Ese ritmo supone ir a unos 20 kil¨®metros por hora (el r¨¦cord del mundo est¨¢ en 2 horas, 4 minutos y 55 segundos, del keniata Paul Tergat). Arrancan, es como un sprint permanente. Es un minuto. Es eterno. Quien lo prob¨®, lo sabe.