La mina que ocult¨® el cielo
El incendio del pozo Mar¨ªa Luisa, que oblig¨® a evacuar a 740 vecinos de Langreo, sigue activo a 550 metros de profundidad
Diez d¨ªas despu¨¦s del incendio que se declar¨® en el pozo Mar¨ªa Luisa, las llamas siguen vivas a 550 metros de profundidad. Aunque aisladas, a¨²n no hay certeza de cu¨¢ndo quedar¨¢n extinguidas. Los indicios, no obstante, son positivos. "Confiamos en que quedar¨¢ sofocado a principios de la pr¨®xima semana", destaca el presidente de la compa?¨ªa estatal minera Hunosa, Juan Ram¨®n Garc¨ªa. La recuperaci¨®n del pozo ser¨¢ m¨¢s lenta. Si todo va bien, en mayo podr¨ªa recobrar un 60% de su actividad.
El humo que emergi¨® el viernes 13 de esta m¨ªtica mina asturiana, que ensombreci¨® el cielo de Langreo, provoc¨® una nube t¨®xica que oblig¨® a desalojar a 740 vecinos (139 precisaron asistencia m¨¦dica). Nadie ha podido acceder a¨²n al interior del pozo, salvo los mineros que han tapiado los accesos de aire para asfixiar las llamas. Si persiste la combusti¨®n, se baraja la opci¨®n de inyectar nitr¨®geno en el ¨¢rea para ahogar las llamas.
Los brigadistas combatieron el fuego los primeros d¨ªas en condiciones infernales
Hace diez d¨ªas, la quinta ciudad de Asturias, con 46.558 habitantes, roz¨® la tragedia. Una magna nube t¨®xica de mon¨®xido de carbono (CO), am¨¦n de di¨®xido de carbono (CO2) y otros compuestos, eman¨® a la superficie, tras recorrer los 2,6 kil¨®metros de un plano inclinado que comunica la estaci¨®n de extracci¨®n de mineral del pozo y el lavadero de Modesta, situado en la superficie.
La contaminaci¨®n envolvi¨® los distritos obreros de Cia?o y Sama. En algunas calles, que tuvieron que ser evacuadas en su totalidad, se hizo de nuevo la noche y la atm¨®sfera se volvi¨® irrespirable. "Se evacu¨® la zona para evitar da?os irreparables", admite Antonio Su¨¢rez Marcos, director general de Calidad Ambiental de Asturias. "El riesgo lo determinaron dos factores: la concentraci¨®n de CO y el tiempo de exposici¨®n de las personas al gas", a?ade. El punto cr¨ªtico lleg¨® a las 8.30 horas, 60 minutos despu¨¦s de que se hubiese desencadenado el incendio. A esa hora, se constat¨® una concentraci¨®n de mon¨®xido de carbono de 24,42 miligramos por metro c¨²bico de aire. Lo normal es 0,22. En ese momento se estaba m¨¢s que duplicando el m¨¢ximo permitido por la legislaci¨®n (10 miligramos de medici¨®n media en ocho horas). No es la primera vez que un incendio minero genera una nube t¨®xica, pero no se recuerda un precedente igual.
En las inmediaciones del punto de emisi¨®n la situaci¨®n era "letal", afirma un miembro de los servicios de emergencia. Andr¨¦s Avelino Guti¨¦rrez P¨¦rez, responsable de Salud Laboral y Seguridad del sindicato minero SOMA-FIA-UGT, constata: "Se caus¨® un perjuicio a la poblaci¨®n, pero la salida del humo al exterior fue lo mejor que pudo ocurrir. Si el mon¨®xido llega a inundar las galer¨ªas, la situaci¨®n en el interior del pozo hubiese sido muy complicada. En ese momento hab¨ªa 184 mineros dentro, que lograron salir ilesos".
De las 10 plantas de Mar¨ªa Luisa, m¨¢s otra denominada subd¨¦cima, s¨®lo tres, las m¨¢s profundas, est¨¢n actualmente en actividad. El pozo tiene una profundidad de 607 metros. Los mineros trabajan ahora en un ambiente hostil. El ruido en ocasiones es intenso y la distancia f¨ªsica entre cada equipo de trabajo es grande. Un pozo puede tener m¨¢s de 100 kil¨®metros de galer¨ªas y las tres plantas que suelen estar operativas suman una veintena de kil¨®metros.
Nadie se atreve a¨²n a aventurar qu¨¦ desencaden¨® el incidente del viernes 13 en Mar¨ªa Luisa. Pero la hip¨®tesis m¨¢s veros¨ªmil apunta a que fue un incendio y no un fuego. En el argot minero se habla de fuego cuando el carb¨®n, por causas end¨®genas, entra en combusti¨®n de forma espont¨¢nea. "El carb¨®n incorpora incrustaciones de piritas, cuya oxidaci¨®n es exot¨¦rmica (genera calor). En determinadas condiciones de humedad, y escasa pero no nula ventilaci¨®n, la oxidaci¨®n lenta de la pirita propicia el desprendimiento de mon¨®xido de carbono, que puede acabar generando llamas por calentamiento", explica Ram¨®n ?lvarez, jefe del Servicio de Seguridad Minera de Asturias. El incendio, por el contrario, se produce por una causa ajena al carb¨®n, aunque acabe ardiendo el mineral. Puede ser una chispa, un cortocircuito...
El presidente de Hunosa explica que los brigadistas trabajaron en los primeros d¨ªas en "condiciones infernales" para intentar cerrar las entradas de aire al lugar siniestrado. "Aun manteni¨¦ndose a distancia del lugar, ten¨ªan que mojarse unos a otros con mangueras para mitigar la temperatura", se?ala Garc¨ªa Secades.
La zona del incendio es un punto crucial y muy vulnerable para la continuidad de la actividad del pozo porque el fuego ha destruido el sistema de extracci¨®n de mineral. De hecho, "a¨²n no se sabe si esa zona podr¨¢ ser restaurada o deber¨¢ abandonarse y construir una nueva salida", declara el consejero de Industria, Graciano Torre.
Langreo trata de recuperar su pulso, pero sin olvidar lo que ocurre a m¨¢s de medio kil¨®metro de profundidad. A 374 de los 474 mineros de la mina Mar¨ªa Luisa se les ha regulado el empleo de forma temporal. Los dem¨¢s realizan tareas de mantenimiento mientras 60 brigadistas se enfrentan todav¨ªa sin pausa al fuego.
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