Los h¨¦roes de otro tiempo
Amurrio abre el primer Museo de la Bicicleta de Euskadi, con piezas desde finales del XIX hasta la actualidad
Cuelga de un gancho, en lo alto de una pared, y es la pieza m¨¢s antigua de las exhibidas. Conserva su armaz¨®n, pese a su aspecto descuidado. Se trata de una bicicleta de paseo, de finales del siglo XIX, con un mecanismo de freno que actuaba sobre la cubierta y no sobre los laterales de la rueda, como sucede ahora. "Estaba abandonada en una casa de Ordu?a. Nos avisaron, y logramos rescatarla cuando la iban a derrumbar. Con ella, el ciclista corr¨ªa el riesgo de salir por encima del manillar si paraba en seco", dice Alfredo Cerrillo, tesorero del Club Ciclista de Amurrio y promotor del primer Museo de la Bicicleta de Euskadi, inaugurado el pasado viernes en la localidad alavesa.
Fotograf¨ªas -casi un millar, la m¨¢s vieja de 1928- y maillots integran la parte principal del contenido del museo, sito en la que fuera residencia de la familia Acha, propietaria de las destiler¨ªas del mismo nombre. Tambi¨¦n encuentran hueco una decena de bicicletas de diversas ¨¦pocas y complementos, como botellines, cascos, trofeos, carteles y una hemeroteca con noticias de ciclismo de 1970 a la actualidad. Seis meses han dedicado Cerrillo y cuatro personas m¨¢s del club para acopiar los objetos, reformar y acondicionar las dependencias. El museo permanecer¨¢ abierto toda esta semana. Despu¨¦s, ser¨¢ necesario concertar la visita con la oficina de turismo de Amurrio (945 393 704).
Fotograf¨ªas -cerca de un millar- y maillots integran la mayor parte del contenido
El objetivo es ejercer de testimonio y memoria del deporte en el Valle de Ayala, territorio de gran tradici¨®n ciclista, en el que surgieron la d¨¦cada pasada profesionales como ?scar L¨®pez Uriarte, C¨¦sar Solaun y Jon Unzaga. Una sala recuerda sus trayectorias, sus buenos y malos momentos. En una imagen, Unzaga levanta los brazos para celebrar su victoria en el Campeonato de Espa?a de 1992, circunstancia que Indur¨¢in aprovecha para arrebatarle el triunfo sobre la misma l¨ªnea.
Otros paneles muestran los logros de Izaskun Bengoa (Amurrio, 1975), seis veces campeona de Espa?a en distintas categor¨ªas, o de Jos¨¦ Mar¨ªa Basualdo (Vitoria, 1948), subcampe¨®n del mundo de ciclocross en 1970. En otras se puede contemplar la formaci¨®n del equipo Kas, que domin¨® el ciclismo espa?ol en los 70.
Cerrillo ha echado mano de su memoria hasta encontrar im¨¢genes de ciclistas de los a?os 40 y 50, como Jos¨¦ Luis Bilbao o Tom¨¢s Ari?o. Este ¨²ltimo ha donado al museo una bicicleta de la marca francesa Thomann, datada a principios del siglo XX. A su lado, modelos de paseo y competici¨®n de BH y Zeus de los 50, uno de los primeros prototipos de bicicleta est¨¢tica y neum¨¢ticos con llantas de madera en que se situaba un pi?¨®n en cada extremo del eje. Uno se utilizaba para ascender y, al finalizar, se cambiaba de posici¨®n la rueda, de manera que el otro pi?¨®n, con menos dientes, sirviese para el descenso y el llano. Sistemas que poco tienen que ver con los de la bicicleta empleada por el equipo Euskaltel-Euskadi en las pruebas contrarreloj, tambi¨¦n expuesta. "Han sido seis meses agotadores de trabajo. Yo ten¨ªa muchas cosas guardadas en casa, pero ha habido que contactar tambi¨¦n con gente mayor. Desde el principio se mostraron dispuestos, aunque ha habido que insistir, porque algunos se hab¨ªan olvidado de lo que ten¨ªan. Lo m¨¢s complicado ha sido datar las fotograf¨ªas", indica Cerrillo.
El de Amurrio es el segundo museo de Espa?a dedicado al ciclismo. El primero abri¨® en septiembre de 2004 en Sese?a (Toledo), a iniciativa de Federico Mart¨ªn Bahamontes, el primer ciclista espa?ol que logr¨® el Tour. De hecho, el centro se nutre del material que el propio Bahamontes fue almacenando a lo largo de su carrera, aunque tambi¨¦n alberga bicicletas de ¨¦poca y algunas de las empleadas por Miguel Poblet, Julio Jim¨¦nez o Miguel Indur¨¢in.
El equipo de Aja y Fuente
Una de las salas del museo est¨¢ dedicada en exclusiva al equipo ciclista Karpy, que tom¨® su nombre de la bebida m¨¢s conocida que elaboran las Destiler¨ªas Acha. "La empresa colabora desde siempre con el club y nos cedi¨® este espacio. Visto el ¨¦xito del Museo del Licor que organizan ellos, nos lanzamos a la idea de hacer otro, en este caso de ciclismo", explica Alfredo Cerrillo. El Museo de Licor se ubico en uno de los bajos de las destiler¨ªas. A su lado, se halla la antigua residencia de la familia Acha, donde est¨¢ el de la bicicleta.
"Este museo no abarca s¨®lo lo meramente deportivo, sino tambi¨¦n aspectos culturales y sentimentales, porque son varias las generaciones de Amurrio ligadas a la destiler¨ªa y al ciclismo", comenta el teniente de alcalde de la localidad alavesa, el nacionalita ?ngel Cuadra Epelde.
La f¨¢brica de Amurrio patrocin¨® al equipo desde 1965 hasta mediados de los a?os 70. Por all¨ª pasaron ciclistas valorados, como Gonzalo Aja; Jos¨¦ Manuel Fuente, Tarangu -ganador de la Vuelta Espa?a en 1972 y 1974, aunque en el Kas-, o Fernando Manzaneque.
La sala recoge carteles con sus im¨¢genes promocionales, los maillots de lana que llevaban en carrera y una bicicleta de competici¨®n Zeus de 1967, cabalgada por Jes¨²s Isasi, padre de Josu e I?aki, ahora en el Euskaltel. Incluso es posible contemplar una bicicleta de reparto usada por los trabajadores o echar una ojeada a los antiguos libros de cuentas de la empresa licorera, creada en 1831 y de cuya direcci¨®n se encarga ahora la quinta generaci¨®n de la familia Acha.
Los ciclistas del Karpy nunca abandonaban la carrera, no s¨®lo por su esp¨ªritu deportivo, sino porque la firma ofrec¨ªa incentivos econ¨®micos a quien cruzase la l¨ªnea de meta. As¨ª, Karpy se aseguraba una publicidad total. La empresa se adelant¨® a los conceptos modernos de difusi¨®n, y en las llegadas de las carreras preparaba mesas con sus productos.
En la misma sala, distintas fotograf¨ªas muestran a Bernard Hinault, el qu¨ªntuple vencedor del Tour. En 1978, el mismo a?o en que logr¨® su primera Grande Boucle, el franc¨¦s ganaba la etapa Bilbao-Amurrio de la Vuelta a Espa?a. Es la ¨²nica ocasi¨®n en que la carrera pas¨® por el municipio. "Recuerdo que tuvo un car¨¢cter muy agradable, y se hizo fotos con todos los que se lo pidieron, incluidos los chavales de la escuela de ciclismo", apunta Cerrillo.
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