Lo que no puede ser...
No, no fueron -que tambi¨¦n- las in¨¦ditas, hasta ahora, declaraciones -en calidad de testigos con obligaci¨®n de decir verdad- de tres miembros de ETA la principal derrota de los acusadores de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n en la sesi¨®n de ayer. La principal lecci¨®n de sentido com¨²n estuvo a cargo de otro testigo, un hombre que ha gozado de amplio respeto profesional y que estuvo al pie del ca?¨®n el 11-M. Se llama Carlos Corrales y fue comisario general de Polic¨ªa Cient¨ªfica durante seis a?os, hasta junio de 2004. Este polic¨ªa gan¨® fama internacional cuando le cuestion¨® al FBI la identidad de un abogado norteamericano detenido como sospechoso en la llamada guerra contra el terror. Corrales, experto en descifrar huellas dactilares, ten¨ªa raz¨®n y el FBI, adem¨¢s de reconocerlo, tuvo que dejar en libertad al abogado despu¨¦s de algunos meses de detenci¨®n ilegal,
La polic¨ªa investig¨® la posible presencia de terroristas suicidas sin ning¨²n resultado
Los dos etarras detenidos en Ca?averas el 29 de febrero de 2004 con 500 kilos de explosivo Titadyn -Irkus Badillo y Gorka Vidal- dijeron, en coherencia con las afirmaciones de la banda en los d¨ªas siguientes a los atentados, que nada tuvieron que ver con la matanza y que no tienen relaciones con los islamistas. La coincidencia de esa operaci¨®n con el viaje de Jamal Ahmidan, El Chino, el d¨ªa anterior, 28 de febrero, a Madrid, procedente de Asturias, ha permitido construir el cap¨ªtulo denominado la caravana de la muerte, cuya presunta verosimilitud gan¨® enteros cuando Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras se invent¨® la historia de que tras ver que los dos etarras hab¨ªan sido detenidos pregunt¨® por ellos a El Chino, por tel¨¦fono, y que ¨¦ste le dijo que eran amigos suyos.
Aun cuando Trashorras se ech¨® pr¨¢cticamente atr¨¢s en esta historia en su declaraci¨®n en el juicio oral, asumiendo que quiz¨¢ no hab¨ªa entendido bien a El Chino, los acusadores, en nombre de las v¨ªctimas, no se dan por enterados y preguntaron ayer a los etarras que qu¨¦ hab¨ªa de la declaraci¨®n de El Chino de que les conoc¨ªa. Ambos etarras negaron el hecho. El tercero, el veterano Henri Parot, neg¨® que se relacionara en la c¨¢rcel con islamistas por ser tales y tambi¨¦n desminti¨® que ETA tuviera que ver con el 11-M.
Con todo, fue Corrales quien al narrar su actuaci¨®n tras los atentados coloc¨® las cosas en su lugar, desmintiendo todas las patra?as que han circulado durante m¨¢s de tres a?os sobre los restos de los explosivos, la famosa bolsa decimotercera, y, tambi¨¦n, la investigaci¨®n sobre la posible existencia de suicidas en la tarde del 11-M.
El entonces comisario explic¨® algo de sentido com¨²n. Tras conocer que la existencia de la Renault Kangoo en Alcal¨¢, orden¨® su traslado a Canillas, y al saber que se hab¨ªa encontrado una cinta con versos cor¨¢nicos dio instrucciones a sus colaboradores que se ocupaban de identificar los cad¨¢veres para que vieran si hab¨ªa entre ellos terroristas suicidas a trav¨¦s de la aparici¨®n de ciertas sustancias. Explic¨® Corrales que orden¨® esto por saber a trav¨¦s de los datos procedentes de la polic¨ªa de otros pa¨ªses la presencia de esos suicidas en atentados islamistas. Tambi¨¦n, seg¨²n dijo, habl¨® sobre esta hip¨®tesis -que no hecho comprobado- con la responsable del Instituto Anat¨®mico Forense y se lo se?al¨® al subdirector general operativo, Pedro D¨ªaz-Pintado. Luego la hip¨®tesis qued¨® descartada.
Lo que no puede ser, no puede ser, y adem¨¢s es imposible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.