Muchos jubilados en las colas ante el c¨¢daver del ex presidente
Bor¨ªs Yeltsin, con el rostro descubierto, yac¨ªa frente al altar de la catedral de Cristo Redentor, la m¨¢s grande del pa¨ªs, con el f¨¦retro envuelto en la bandera tricolor rusa. Los rusos que desfilaban frente a ¨¦l no pod¨ªan acercarse a su cuerpo, sino que ten¨ªan que pasar a unos 15 metros de distancia. Cuatro soldados del Regimiento Presidencial, con su uniforme verde, hac¨ªan guardia en las cuatro esquinas del f¨¦retro, junto a las velas rojas que ard¨ªan mientras se desarrollaba la liturgia ortodoxa de difuntos por el alma del ex presidente Yeltsin. Al fondo, la ex primera dama Na¨ªna, con los ojos hinchados y flanqueada por sus dos hijas, Yelena y Tatiana, permanec¨ªa sentada junto con otros miembros de la familia.
En la calle, la gente deb¨ªa guardar una fila de unos 400 metros antes de poder entrar en la catedral para rendir su ¨²ltimo tributo a Bor¨ªs Yeltsin. La mayor¨ªa eran personas de edad madura y jubilados, que vivieron los tiempos de la agon¨ªa de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, su desaparici¨®n y el doloroso parto de un nuevo sistema. Pero no faltaban tampoco algunos j¨®venes que se educaron ya sin la tutela del r¨¦gimen comunista.
Rival de Gorbachov
"Estoy en esta fila porque Yeltsin fue el primero en entregar el carn¨¦ del partido Comunista. Yo no pertenec¨ªa al partido y ten¨ªamos las puertas cerradas para ocupar puestos de responsabilidad. Y fue Yeltsin quien nos dio la libertad de recuperar nuestra fe ortodoxa", coment¨® Ra¨ªsa, de 61 a?os. Alexandr, de 60 a?os, vino a rendirle un ¨²ltimo homenaje porque Yeltsin fue "la ¨²nica persona que venci¨® a [Mija¨ªl] Gorbachov". "Gorbachov hab¨ªa hecho mucho mal y puesto al pa¨ªs al borde de la cat¨¢strofe. Yeltsin se le opuso, luch¨® largamente contra ¨¦l y al final sali¨® victorioso. Fue un gran estadista que durante una d¨¦cada estuvo creando la nueva Rusia", se?al¨®.
"Su muerte me dej¨® consternada, aunque comprendo que estaba entrado en a?os y enfermo. Estoy en esta fila porque una gran etapa de mi vida fue condicionada por Yeltsin, por su Gobierno. Ten¨ªa 13 a?os cuando ¨¦l lleg¨® al poder, termin¨¦ la escuela bajo su r¨¦gimen, entr¨¦ en la Universidad y obtuve la posibilidad de elegir libremente mi profesi¨®n. En general, estoy contenta con mi vida, y creo que mi situaci¨®n ser¨ªa otra si Yeltsin no hubiera acabado con el r¨¦gimen socialista. Tengo s¨®lo buenas palabras para Yeltsin", dice emocionada Iula, de 29 a?os.
Casi todos los que fueron a despedirse de Yeltsin llevaban flores, pero los ramos m¨¢s hermosos de rosas que hab¨ªa en la fila pertenec¨ªan a una pareja de gays. Rich, de 39 a?os, que vino con su joven compa?ero, llevaba el pelo negro hasta los hombros y dos aretes de oro en las orejas. "Nos dio la libertad, una libertad que en la URSS era impensable, que parec¨ªa una utop¨ªa inalcanzable. Por eso hemos venido a darle las gracias", explic¨® Rich.
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