Dos hitos del arte mundial

Nadie duda de que Diego Vel¨¢zquez (1599-1660) y Edward Hopper (1882-1967) son dos hitos indiscutibles en la historia del arte. Si se hiciera una encuesta entre los amantes de la pintura, ambos estar¨ªan en los primeros puestos. Su obra forma parte de la iconograf¨ªa de la historia universal. Los dos libros que esta semana ofrece EL PA?S desmenuzan sus vidas y, sobre todo, el conjunto de su obra por medio de espectaculares reproducciones de sus mejores cuadros.

Ma?ana se puede adquirir el volumen dedicado a Diego Vel¨¢zquez. Del inter¨¦s por el pintor sevillano habla el hecho de que la primera gran exposici¨®n multitudinaria en Espa?a fue la que le dedic¨® el Museo del Prado en 1990. La mayor pinacoteca del pa¨ªs atesora en sus colecciones las principales obras del artista -Las Meninas, Las Hilanderas, la Rendici¨®n de Breda-, que tambi¨¦n son las estrellas de la colecci¨®n permanente.

El especialista Norbert Wolf firma este volumen subtitulado El rostro de Espa?a. En 96 p¨¢ginas se reproducen sus obras fundamentales y se insiste en los detalles con fragmentos de sus cuadros principales. Tambi¨¦n se recoge la influencia de este maestro en pintores coet¨¢neos y posteriores. De Picasso -uno de los contempor¨¢neos m¨¢s impactados por su obra y de quien se recoge la frase con la que defini¨® a Vel¨¢zquez: "El aut¨¦ntico pintor de la realidad"- se reproduce la versi¨®n de sus meninas. En seis cap¨ªtulos, Wolf nos acerca al contexto hist¨®rico del pintor, desde su nacimiento en Sevilla, en el seno de una familia noble en decadencia, hasta su muerte, el 6 de agosto en el Palacio Real de Madrid.

De otro genio, Edward Hopper -en este caso, el gran pintor de la modernidad- se ocupa el historiador Rof G¨¹nter Renner. En siete cap¨ªtulos, el lector conocer¨¢ a fondo la obra de quien mejor ha retratado la soledad americana. Sus autobuses varados, sus moteles, sus mujeres solitarias (casi siempre fumando) en habitaciones desoladoras han inspirado a grandes cineastas. Edward Hopper (Nyack, Nueva York, 1882-Nueva York, 1967) est¨¢ considerado por muchos como el pintor cinematogr¨¢fico por excelencia. ?l mismo era un gran aficionado al arte cinematogr¨¢fico y en varias ocasiones reconoci¨® la influencia que ejercieron en ¨¦l grandes directores, en especial, John Huston. Su obra ha influido, a su vez, en muchos de los m¨¢s importantes directores de los siglos XX y XXI, entre ellos Alfred Hitchcock, Robert Altman, Michelangelo Antonioni, Peter Bogdanovich, Francis Ford Coppola o Todd Haynes.

Su esencia americana germina en Europa. Cruza el oc¨¦ano por primera vez en 1906. Se instala en Par¨ªs y se impregna del impresionismo. Desde all¨ª viaja a Inglaterra, Alemania, Holanda y B¨¦lgica para regresar a su pa¨ªs fascinado por los barrocos europeos, por Rembrandt y ?douard Monet, sobre todo. Los desnudos femeninos, sus paisajes y sus ciudades, tan angustiosas como en¨¦rgicas, integran su amplia y deslumbrante obra. En 1924 logra su primera exposici¨®n. Despu¨¦s logra el reconocimiento de cr¨ªticos y coleccionistas. La Tate Modern de Londres le dedic¨® hace cuatro a?os una muestra antol¨®gica que fue el acontecimiento cultural de la d¨¦cada.