Justicia retroactiva
LA NEGOCIACI?N entre los portavoces del PSOE y de IU ha sacado de su par¨¢lisis parlamentaria a la ley de la memoria hist¨®rica (un texto de contenido heterog¨¦neo tratado con una deficiente t¨¦cnica jur¨ªdica) cuyo proyecto fue admitido a tr¨¢mite por el Congreso el 14 de diciembre pasado con notables dificultades: PP, ERC e IU votaron en contra y CiU y PNV le dieron un respaldo s¨®lo condicionado y reticente. Como suele ocurrir con las propuestas que aspiran a conciliar actitudes dominadas por las emociones, la mala acogida dispensada a la iniciativa del Gobierno desde la derecha y desde la izquierda se debi¨® a razones diametralmente opuestas: en tanto que los populares acusaban al presidente Zapatero de romper los acuerdos de la transici¨®n y de promover el revanchismo de los defensores de la legalidad republicana derrotados en la Guerra Civil, IU y ERC criticaron la tibieza del proyecto y exigieron la anulaci¨®n de las condenas dictadas por los consejos de guerra y por los tribunales de excepci¨®n del franquismo desde el 18 de julio de 1936 hasta la transici¨®n.
PSOE e IU enmiendan la ley de reconocimiento de los derechos de las v¨ªctimas de la guerra y la dictadura que declara ileg¨ªtimos los tribunales y las sentencias de la represi¨®n franquista
Abstracci¨®n hecha del ocioso debate sobre la propiedad terminol¨®gica de la expresi¨®n memoria hist¨®rica (en realidad el t¨ªtulo del proyecto de ley se refiere s¨®lo al reconocimiento y ampliaci¨®n de los derechos de quienes "padecieron persecuci¨®n o violencia durante la guerra y la dictadura"), la aplicaci¨®n de una justicia retroactiva sobre el pasado constituye una cuesti¨®n central en los procesos de transici¨®n. El reciente libro de Jon Elster acerca de la justicia transicional (Rendici¨®n de cuentas, Katz Editores, 2007) estudia ese problema desde la Atenas de finales del siglo V antes de Cristo hasta la descomposici¨®n del bloque sovi¨¦tico.
El an¨¢lisis de la justicia transicional muestra las contradicciones latentes entre las demandas de justicia sustantiva que exigen la reparaci¨®n de los da?os inferidos por una dictadura, de un lado, y el respeto debido al imperio de la ley instaurado por la democracia, de otro. Tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, un disidente de la Alemania Oriental expres¨® con l¨²cida crudeza la desilusi¨®n de los resistentes al r¨¦gimen comunista ante el desenlace de esa antinomia: "Esper¨¢bamos obtener justicia pero en su lugar recibimos el Estado de derecho".
El acuerdo entre el PSOE e IU declara la ilegitimidad de los tribunales (y de sus sentencias) creados en la Guerra Civil y durante la dictadura (los consejos de guerra y los tribunales de Responsabilidades Pol¨ªticas, de Masoner¨ªa y Comunismo y de Orden P¨²blico) por motivos ideol¨®gicos o pol¨ªticos. Las diferentes interpretaciones dadas -tambi¨¦n por los firmantes- a esa imprecisa enmienda confirman las dificultades existentes para armonizar -treinta a?os despu¨¦s de iniciada la transici¨®n- los t¨¦rminos de un correoso dilema: satisfacer las peticiones de los represaliados por el franquismo o mantener los principios de seguridad jur¨ªdica, prescripci¨®n e irretroactividad restaurados por el ordenamiento constitucional de 1978.
Es improbable que el apasionado clima de confusi¨®n actual se disipe antes del fin de la legislatura. El Gobierno afirma que no se anular¨¢n los juicios del franquismo ni se revisar¨¢n de oficio las sentencias. CiU y PNV mantienen sus reservas sobre la enmienda pactada entre PSOE e IU. El portavoz de ERC -socio del Gobierno- critica que el proyecto de ley no alcance "los principios m¨ªnimos" exigibles. El coordinador de IU interpreta que el acuerdo con los socialistas permitir¨¢ a los tribunales anular los fallos ileg¨ªtimos y sus consecuencias (incluso econ¨®micas) pero el secretario general del PCE -miembro de la coalici¨®n- proclama su "radical desacuerdo" con el proyecto. En la bancada de enfrente, el portavoz Zaplana trompetea que la enmienda implica "derribar el pilar" de la reconciliaci¨®n entre los espa?oles. En cualquier caso, un revisionismo irresponsable de la transici¨®n llevar¨ªa al naufragio: las sociedades emergidas de una larga dictadura est¨¢n obligadas a reconstruirse en medio del oleaje de alta mar -la met¨¢fora es de Jon Elster- con materiales heredados del pasado por deleznables, insatisfactorios y viciados que puedan parecer a los antiguos resistentes.
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