Viaje a la ¨®pera viva
Las bandadas no son un espect¨¢culo que seduzca de por s¨ª a aquellos que vuelan por libre. Por eso, el impacto ¨¦tico y est¨¦tico que produce en su primera lectura Las virtudes del p¨¢jaro solitario, una de las novelas m¨¢s arriesgadas y ricas de Juan Goytisolo, es para almas solitarias y rara avis. As¨ª se sienten Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez Verd¨² -el compositor espa?ol joven, junto a Mauricio Sotelo, con m¨¢s proyecci¨®n internacional- y un artista polifac¨¦tico como Frederic Amat, que el viernes 4 presentan, en estreno mundial, en el Teatro Real El viaje a Simorgh, una ¨®pera basada en la obra del escritor barcelon¨¦s.
Como la literatura, la ¨®pera contempor¨¢nea ha huido hace tiempo del planteamiento, el nudo y el desenlace. Las aventuras est¨¦ticas tejen por debajo los nudos de todas las disciplinas art¨ªsticas, y algunas abren puertas por las que despu¨¦s transita el riesgo desnudo y con la cara al aire. Con ese viaje a contracorriente de Las virtudes del p¨¢jaro solitario, con esa escritura m¨ªstica, esa visita a san Juan de la Cruz que hizo Goytisolo a finales del siglo XX, S¨¢nchez Verd¨² ha encontrado un mundo para explorar. "El camino de los heterodoxos, al margen de las doctrinas y las normas", dice el m¨²sico.
En aquel libro, que se reedita ahora por el C¨ªrculo de Lectores ilustrado por Amat, hab¨ªa mucha partitura que indagar. "La m¨²sica en la que so?¨¢bamos no exist¨ªa sino en nuestras cabezas", escribe Goytisolo en ese texto plagado de seducciones. Ahora, S¨¢nchez Verd¨², con ese di¨¢logo en el que est¨¢ inmersa su obra entre la vanguardia, que explora a fondo ahora viviendo en Alemania, y los aires ¨¢rabes de su origen en Algeciras, ha descifrado el mundo del autor y todos esos sonidos so?ados.
Amat, en la escena, como director y escen¨®grafo, ha proporcionado a ese encuentro entre Goytisolo y S¨¢nchez Verd¨² una plasticidad inquietante, entre kitsch y volc¨¢nica, pero sobre todo una luz a la que dirigirse, eso s¨ª, dejando que el espectador se extrav¨ªe un poco, para encontrarse mejor. "El viaje es eso. La experiencia del viaje invita al ¨¦xtasis, a trasladarse a otro lugar, sin cuaderno de bit¨¢cora, sin gu¨ªa", cuenta el artista despu¨¦s de haberse presentado embadurnado de pintura hasta los carrillos. Acaba de repasar, en mono de faena y a pistolazo limpio, los cr¨¢teres de un paisaje volc¨¢nico por el que pulular¨¢n los cantantes, con el bar¨ªtono Dietrich Henschel, la soprano Ofelia Sala, el contratenor Carlos Mena o la voz imponente de Marcel P¨¦r¨¨s al frente del reparto, y la direcci¨®n musical de Jes¨²s L¨®pez Cobos.
La apuesta del Real es arriesgada. Encargar una ¨®pera a un compositor como S¨¢nchez Verd¨², nacido en 1968, supone toda una intenci¨®n. Pero es lo que hizo L¨®pez Cobos apenas entrar en el Real hace ya cinco a?os como director musical. Entonces, Verd¨² era mucho m¨¢s joven y la apuesta mucho m¨¢s arriesgada. Pero el tiempo ha dado la raz¨®n al maestro porque S¨¢nchez Verd¨² se ha ido consagrando en toda Europa como uno de los m¨²sicos m¨¢s interesantes de los ¨²ltimos a?os, y un representante fundamental de la nueva generaci¨®n espa?ola en la que est¨¢n ¨¦l, Jos¨¦ Manuel L¨®pez L¨®pez, David del Puerto, Mauricio Sotelo -a quien tambi¨¦n encargaron Dulcinea, estrenada en 2005-, Jes¨²s Rueda, C¨¦sar Camarero, Pilar Jurado... Los nacidos entre los sesenta y los setenta, que ahora reinan en plenas facultades.
Adem¨¢s hab¨ªa llegado la hora de dar el relevo a la siguiente hornada despu¨¦s de que tres de los m¨²sicos en activo m¨¢s destacados de la generaci¨®n del 51 hubieran estrenado ¨®peras en el Real. Era el caso de Garc¨ªa Abril, Crist¨®bal Halffter y Luis de Pablo, que presentaron Divinas palabras, El Quijote y La se?orita Cristina, respectivamente.
Una de las cosas del texto de Goytisolo que m¨¢s atra¨ªan al compositor -que no es el primero que adapta del escritor, porque ya explor¨® su mundo en Makbara- era ese di¨¢logo entre m¨ªstica y sufismo, esa conversaci¨®n entre dos mundos "que invita a abrir bien las orejas", dice el m¨²sico. "San Juan y santa Teresa eran los dos grandes poetas suf¨ªes de Occidente. No es casual que san Juan tuviera contacto en Salamanca con gentes que hablaban hebreo y ¨¢rabe, algo que se ha conocido hace poco", comenta. De hecho, la ¨®pera, aparte de la libre adaptaci¨®n de la novela de Goytisolo, cuenta con textos de san Juan, Ibn al Farid, Fariduddin al Attar, de Leonardo da Vinci y de la traducci¨®n que Fray Luis de Le¨®n hizo de El cantar de los cantares.
A ese universo hay que entrar sin muchos prejuicios, y sobre todo sin prisas. La vor¨¢gine es una de las cosas que m¨¢s preocupan a Amat. La actitud del espectador ante lo que va a encontrarse cambia seg¨²n llegue con el pulso a mil o tranquilo. "El espectador debe sentarse en la butaca relajado y sin los grilletes o la argolla de la raz¨®n atada al cuello", asegura el artista. "Para m¨ª, esta ¨®pera no es un mundo de ensue?o, es la escenificaci¨®n de la memoria", a?ade.
En ese espacio ir¨¢n encontr¨¢ndose dos amantes, un seminarista, un archimandrita, personajes como Ben Sida o p¨¢jaros solitarios que ser¨¢n encarnados por el bailar¨ªn Cesc Gelabert -cuya compa?¨ªa de danza tambi¨¦n participa en el espect¨¢culo- o el violinista Ara Malikian. Todos forman un fresco en el que se pierden las identidades al uso, que se transmutan en im¨¢genes recurrentes como las que describe Goytisolo: "Capa con vuelos de mortaja, extremidades filiformes, zuecos lentos, macizos, de ponderosa gravitaci¨®n".
En uno de los ensayos, atiborrado, los cantantes atienden las indicaciones de Amat y los bailarines observan pacientes acompasando con leves estiramientos la espera. S¨¢nchez Verd¨² est¨¢ emocionado porque es la primera vez que conoce en carne a los seres que han poblado su cabeza con voces. Esa curiosidad le acaba de ser desvelada. Pero hay otras que deben esperar al estreno el d¨ªa 4. Lo que sienta Goytisolo, por ejemplo. "?l est¨¢ entusiasmado con la ¨®pera. Cuando me dedic¨® el libro puso: 'Esta novela, esperando la obra que subyace en ella", cuenta S¨¢nchez Verd¨².
Las similitudes entre sus dos mundos ten¨ªan que encontrarse. El di¨¢logo entre Oriente y Occidente, los exilios voluntarios, son constantes que les obsesionan. Luego se producen casualidades entre ambos que llaman la atenci¨®n. Como que la pr¨®xima ¨®pera que vaya a sacar S¨¢nchez Verd¨² de una novela est¨¦ basada en Aura, de Carlos Fuentes. "Goytisolo y Fuentes son grandes amigos, pero es curioso que, despu¨¦s de haberme animado a hacer la obra de Fuentes, me haya enterado de que es una novela que cuenta con un estudio de Juan, y viceversa". Curiosa conexi¨®n.
Tambi¨¦n hay otras, pero ya en torno a la propia obra. Como viaje de iniciaci¨®n, a Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez Verd¨² no le importa reconocerse en ra¨ªces como las de La flauta m¨¢gica, de Mozart, para explicar claves de la obra que ha compuesto. "Como en la ¨®pera de Mozart, como propon¨ªan la m¨ªstica y el sufismo, el conocimiento de uno mismo a veces implica tener que abandonarse, salirse de uno para verse desde otro lado", cuenta S¨¢nchez Verd¨², con el acuerdo completo de Frederic Amat, que tambi¨¦n apunta: "No evade grandes cuestiones. La muerte, ese monstruo de las dos s¨ªlabas, como dice Goytisolo, est¨¢ presente desde la primera escena en la que irrumpe de manera violenta en un hamman", dice el pintor.
De la oscuridad a la luz, los tres creadores, estos tres ornit¨®logos a contracorriente, invitan a quien se quiera subir en este viaje inaudito, impredecible, libre.
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