Batasuna lanza a trav¨¦s de ANV y ASB la mayor movilizaci¨®n electoral de su historia
Los antiguos alcaldes de Euskal Herritarrok encabezan las dos listas de la izquierda 'abertzale'
Batasuna ha lanzado un pulso al Gobierno que supone su mayor despliegue electoral en la historia de la democracia. Una complicada operaci¨®n con la presentaci¨®n de dos listas, las plataformas independientes de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB) y del partido hist¨®rico Acci¨®n Nacionalista Vasca (ANV), que suponen cerca de un millar de candidatos procedentes de sus filas. Con ellas espera salir del ostracismo de la ilegalizaci¨®n. Este alarde, con el que trata de exhibir su cohesi¨®n y resistencia en momentos cr¨ªticos, es tambi¨¦n cualitativo, ya que sus antiguos alcaldes encabezan una u otra lista.
Los viejos alcaldes de Euskal Herritarrok, la denominaci¨®n de la izquierda abertzale que obtuvo en 1999 su mayor ¨¦xito electoral al beneficiarse de la tregua de Lizarra, encabezan ahora en sus respectivas localidades las listas de ASB o ANV para las elecciones municipales. Son el cebo con el que Batasuna trata de mantener, en los pueblos que son su principal feudo de votos, el tir¨®n electoral tras estos cuatro a?os de ilegalizaci¨®n que les han alejado de las instituciones.
Bien es verdad que muchos de estos antiguos regidores no tratan de repetir en el cargo, y son mayor¨ªa los que encabezan la lista de Abertzale Sozialisten Batasuna, sobre la que parece seguro que recaer¨¢ la impugnaci¨®n generalizada. Aunque no hay que descartar que en la intenci¨®n de los que lideran la lista de ANV, que son menos, estar¨ªa el deseo de repetir en el cargo si ¨¦sta es finalmente permitida.
Estos alcaldes son la imagen de Batasuna en los pueblos donde, durante a?os, la izquierda independentista ha gobernado y tocado poder hasta que fue ilegalizada en marzo de 2003. Principalmente guipuzcoanos, se presentan al frente de las dos listas, ANV y las plataformas de Abertzale Sozialisten. Son, entre otros, los casos de localidades como Oiartzun, Pasaia, Andoain, Usurbil, Lezo, Astigarraga, Arrasate, Aretxabaleta, Antzuola, Eskoriatza, Tolosa, Alegia, Anoeta, Ibarra, Irura, Villabona, Zizurkil. A grandes rasgos dibujan el mapa de influencia de la izquierda abertzale, repartida en las principales localidades de las comarcas de San Sebasti¨¢n, Tolosa y el Alto Deba. En cualquier caso, ni ellos ni los numerosos ex concejales que salpican ambas listas de obediencia abertzale, van a dejar indiferentes a los electores. Con ellos Batasuna trata de conseguir, si no el poder, al menos que el voto nulo obtenido hasta ahora con dificultad emigre a otras siglas. Emprende esta compleja movilizaci¨®n electoral por no condenar la violencia y negarse a reconocer que ¨¦sta es incompatible con la democracia.
Es su nuevo pulso al Estado, sorteando la ley. Pero esta vez ha tenido tiempo para hacerlo -en 2003 apenas dispuso de un mes- y ha logrado en seis meses -desde que en verano decidi¨® no legalizarse- el mayor despliegue electoral de su historia. Cuantitativo y tambi¨¦n cualitativo, al poder demostrar que, pese a las dificultades en las que se mueve, mantiene la fidelidad de su gente: Batasuna ha reunido 82.500 firmas, casi la misma cantidad que hace cuatro a?os, para avalar las 225 candidaturas de Abertzale Sozialisten, y ha movilizado a ANV, la joya hist¨®rica reservada para una ocasi¨®n as¨ª.
Como ya no es la primera vez que practica este pulso electoral, Batasuna no se ha recatado en el despliegue. Su c¨¢lculo, seg¨²n admiten fuentes internas, es que con ANV se aplique el esp¨ªritu de la sentencia del Constitucional de abril del 2005, seg¨²n el cual, la presencia de algunas personas con vinculaci¨®n pol¨ªtica abertzale no invalidar¨ªa la lista entera.
Sentencia del Constitucional
El reto no es balad¨ª: no lograrlo supondr¨ªa quedarse otra legislatura fuera de la gesti¨®n institucional. Hace cuatro a?os, cuando el Supremo confirm¨® su ilegalizaci¨®n, en tan s¨®lo un mes, se las arregl¨® para desafiar la prohibici¨®n promoviendo agrupaciones de electores independientes auspiciadas por la plataforma en favor de la autodeterminaci¨®n AuB, con personas con cierta notoriedad local. Se impugnaron 249 listas -en ellas repet¨ªan 25 de los 44 alcaldes- de las que s¨®lo 24 pasaron el filtro.
La experiencia, aunque fallida entonces, sirvi¨® para que Batasuna siguiera midi¨¦ndose en las urnas para defender su espacio, aunque fuera a trav¨¦s del voto nulo, como lo hizo en 2004 con las plataformas de Herritarren Zerrenda, en las elecciones al Parlamento Europeo. Un a?o m¨¢s tarde, repiti¨® en las auton¨®micas donde, tras ver c¨®mo se invalidaban sus plataformas denominadas Aukera Guztiak, ech¨® mano del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), las siglas que acogieron una lista limpia integrada mayoritariamente por militantes del sindicato abertzale LAB, con el que recuper¨® su espacio en el Parlamento vasco.
El procedimiento est¨¢ trillado para una izquierda abertzale, acostumbrada a bordear la legalidad.Por eso, ante el descontento creciente en Batasuna y ETA al considerar que la tregua no hab¨ªa servido para relajar la presi¨®n policial y judicial para que el mundo abertzale pudiera tener una actividad tolerada, el l¨ªder de Batasuna, Arnaldo Otegi, no pudo convencer el verano pasado a las bases de la conveniencia de legalizar la formaci¨®n seg¨²n la Ley de Partidos, tal y como figuraba en su hoja de ruta.
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