Los recelos en Francia subsisten pese al fin del proceso de paz

Recelos y cierto malestar. Eso es lo que ha provocado entre algunas autoridades francesas el proceso de paz con ETA. Responsables gubernativos, judiciales y policiales franceses relacionados con la lucha contra la banda terrorista no terminan de entender algunos de los gestos realizados por el Gobierno espa?ol. El hecho de restar importancia o resistirse a admitir la autor¨ªa del robo de explosivos, por ejemplo, es tan s¨®lo uno de ellos.

Con tregua, y sin tregua, la posici¨®n oficial francesa se ha mantenido invariable a lo largo de los a?os, pese al proyecto de atentado contra la juez antiterrorista Laurence Le Vert, los disparos a los gendarmes en los controles, la kale borroka y las peque?as bombas que han estallado en localidades del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. El Gobierno de Par¨ªs no ha modificado un ¨¢pice su discurso: "ETA es un problema espa?ol y nosotros ayudaremos en lo que nos pida el Gobierno amigo de Madrid". Efectivamente, las autoridades francesas no han querido entrar, tampoco esta vez, en la negociaci¨®n que les ha propuesto ETA-Batasuna. "Habr¨ªa sido como reconocer que hay un problema y admitir que se cuestione que el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s es enteramente franc¨¦s", indica un responsable de la Administraci¨®n del pa¨ªs vecino.

La resistencia a admitir la autor¨ªa de ETA en los robos de armas caus¨® perplejidad

Con todo, el proceso de negociaci¨®n ha suscitado recelos y malestar no disimulados entre los responsables gubernativos, judiciales y policiales implicados en el problema de ETA. Algunos creen que Espa?a ha manejado una informaci¨®n err¨®nea sobre las verdaderas intenciones de la organizaci¨®n terrorista. S¨®lo as¨ª se explican que, en v¨ªsperas de la voladura del atentado de Barajas, el Ejecutivo de Madrid ignorara el prop¨®sito de ETA de romper la tregua.

No es s¨®lo que no entiendan la estrategia del Gobierno espa?ol -tampoco parecen estar al corriente de los planes de Madrid-, es que algunas de las actitudes gubernamentales espa?olas les han sumido en la perplejidad. Restar importancia o resistirse a admitir la autor¨ªa de ETA en los robos de armas y explosivos que se produjeron en suelo franc¨¦s durante la tregua inici¨® una carrera de sorpresas que sigui¨® con la supuesta y misteriosa llamada telef¨®nica al due?o del bar Fais¨¢n avis¨¢ndole de que iba a ser detenido si pisaba suelo franc¨¦s y que ha culminado, recientemente, con los tel¨¦fonos de los altos cargos policiales espa?oles y franceses que exhibieron los etarras del aparato de negociaci¨®n, cuando fueron detenidos en P¨¦rigueux.

"El Gobierno espa?ol nos pidi¨® en verano un n¨²mero de contacto para el caso de que los interlocutores de ETA tuvieran dificultades para trasladarse a los puntos de reuni¨®n, pero no pod¨ªamos imaginar que esos tel¨¦fonos (uno de ellos, el del prefecto Christian Lambert, m¨¢ximo responsable del orden p¨²blico en Francia y estrecho colaborador del candidato a la presidencia Nicol¨¢s Sarkozy) aparecer¨ªan en manos de individuos armados que llevaban documentaci¨®n falsa y conduc¨ªan un coche robado con el que acababan de saltarse un control de carretera", indica un responsable policial.