Ni con V¨¢zquez ni con Stoichkov

Menudo paseo el que se dio el Mallorca en el estadio del Celta, donde gole¨® al cuadro de Stoichkov -literalmente, lo vapule¨® sin hacer grandes alardes. Sin esforzarse mucho, los hombres entrenados por Gregorio Manzano jugaron m¨¢s r¨¢pido; sin estar heridos en la Liga, como el Celta, se anticiparon m¨¢s y con m¨¢s rabia ante los balones divididos. Sin tener motivo, los isle?os jugaron como en su propia casa, atacaron m¨¢s y movieron muy bien sus l¨ªneas, como marionetas bajo una misma batuta, tanto en defensa como en los contragolpes, en los que subieron el bal¨®n a su antojo ante una defensa c¨¦ltica que parec¨ªa sentada entre el p¨²blico, observando las evoluciones del Mallorca con insultante indolencia, con desorden palpable.

La defensa c¨¦ltica, con un desorden palpable, observ¨® al rival como si lo hiciera desde la grada

A la postre, superado el primer impacto del fichaje del entrenador Hristo Stoichkov, ex seleccionador de Bulgaria, el Celta ha vuelto a poner sobre el c¨¦sped los mismos problemas que le costaron el puesto a Fernando V¨¢zquez hace tres semanas.

Se trata de un problema grave de desidia en una parte de la plantilla que se empe?a en pasearse por el campo. No se puede seguir culpando al t¨¦cnico gallego de la goleada de ayer, que pudo haber sido mayor si el Mallorca hubiera puesto m¨¢s inter¨¦s.

A pesar del empe?o de los dos internacionales espa?oles del Celta -Borja Oubi?a y ?ngel-, de la generosidad del argentino Gustavo L¨®pez y del coraje de Bamogo -el brasile?o Baiano, el goleador del equipo, no jug¨® por lesi¨®n-, el portero c¨¦ltico tiene motivos para deprimirse. Hay que recordar que Pinto fue el mejor guardameta de la pasada temporada, pero este a?o los atacantes se burlan de sus centrales. Est¨¢n a sus anchas, y ese es s¨®lo uno de los motivos que tienen a los vigueses al borde del descenso a Segunda divisi¨®n.

Lo ¨²nico que ha sembrado el bienintencionado t¨¦cnico b¨²lgaro es la consigna de adelantar las l¨ªneas y apoyar a los jugadores que suban el bal¨®n. Pero nada m¨¢s. Los jugadores suben pero luego se quedan quietos, a la espera, sin pedir la pelota o desmarcarse en busca de espacios. La bronca de Stoichkov a sus jugadores en el descanso -tras haber recibido dos goles en los primeros veinte minutos de juego- debi¨® de ser monumental por el ¨¦nfasis que pusieron los futbolistas en el segundo tiempo.

Fue un espejismo que dur¨® poco m¨¢s de diez minutos. Nunca se hab¨ªa visto en el estadio de Bala¨ªdos que cientos de personas abandonen el campo cuando todav¨ªa faltan 15 minutos para el final. El p¨²blico vigu¨¦s est¨¢ este a?o desquiciado.

Los goles no merecen mucha cr¨®nica porque resta m¨¦ritos marcar sin una defensa que apriete como la del Celta y sin temor a perder el bal¨®n y recibir un contragolpe.

Pero hay que hacer menci¨®n al primer zurdazo del estilista Arango, que tuvo todo el tiempo del mundo para batir a Pinto con el permiso de su defensa. Lo grave es que el futbolista venezolano todav¨ªa habr¨ªa de tener un par de ocasiones m¨¢s en las que dispuso de un jard¨ªn privado de diez metros cuadrados en los que nadie le imped¨ªa tirar a puerta. Continu¨® el gesto Varela, que calc¨® el mismo gol diez minutos despu¨¦s. Antes de terminar el choque, Maxi L¨®pez encabeza y culmina un contragolpe con mayor¨ªa del Mallorca, lo que pone de relieve qui¨¦n puso la garra ayer en el coliseo vigu¨¦s.