"La depresi¨®n cuesta 120.000 millones anuales en Europa"
M¨¢s de 20 millones de europeos padecen depresi¨®n. En Espa?a, seg¨²n el Libro Blanco de la depresi¨®n, el n¨²mero de afectados podr¨ªa ser de seis millones, y la mitad estar¨ªa sin diagnosticar. Su tratamiento supone un coste anual en Europa de 120.000 millones de euros, mientras que en Espa?a se alcanzan los 23.000 millones de euros. Todos estos datos se recogen en el informe de la repercusi¨®n econ¨®mica de los trastornos afectivos sobre los costes de salud p¨²blica que ha presentado en Madrid Patrick Sobocki, profesor de Econom¨ªa de la Salud de la Escuela de Econom¨ªa de Estocolmo (Suecia).
Pregunta. ?Cu¨¢l es el impacto de los trastornos afectivos en Europa?
Respuesta. Los trastornos mentales representan el 12% del total de las enfermedades. En 2020, seg¨²n los datos de la UE, supondr¨¢n el 15% de la discapacidad ajustada a a?os de vida perdidos por enfermedad. La depresi¨®n afecta cada a?o al 4,5% de los europeos y se espera que en 2020 sea la segunda causa de discapacidad en el mundo desarrollado. Adem¨¢s, el impacto de la depresi¨®n, implica tambi¨¦n aspectos econ¨®micos, sociales, educativos y judiciales. La depresi¨®n, al igual que otros trastornos mentales, es un factor desencadenante de jubilaci¨®n anticipada o de pensi¨®n por invalidez, lo que produce una p¨¦rdida notable de productividad.
"En 2020 la depresi¨®n ser¨¢ la segunda causa de discapacidad en el mundo desarrollado"
P. ?Son suficientes 120.000 millones al a?o?
R. De los casi 300.000 millones que se invierten en Europa al a?o en el tratamiento de las enfermedades mentales, la depresi¨®n se lleva casi la mitad, un 44%. El resto se lo reparten los trastornos adictivos (24%), los de ansiedad (17%) y los psic¨®ticos (15%). Desde luego parece una cifra astron¨®-mica, pero si se divide entre los ciudadanos europeos parece mucho m¨¢s baja. En cualquier caso, es un gasto inmenso.
P. ?C¨®mo se distribuyen esos millones?
R. La mayor inversi¨®n se produce en los costes indirectos. La morbilidad, aquellos costes referidos a las bajas por enfermedad, las jubilaciones anticipadas, etc¨¦tera. Debido al car¨¢cter cr¨®nico de la depresi¨®n, se lleva el 61% de los 120.000 millones. El resto se lo reparten los cuidados ambulatorios (19%), los ingresos hospitalarios (9%) y los f¨¢rmacos antidepresivos (8%). A pesar del enorme incremento en el consumo de antidepresivos, ¨¦stos son s¨®lo uno de los costes m¨¢s peque?os. El aumento en el n¨²mero de antidepresivos fue muy importante a lo largo de los a?os noventa, pero en nuestro an¨¢lisis se observa una disminuci¨®n en el gasto asociado a la administraci¨®n de los f¨¢rmacos.
P. En su informe se dice que el 80% del gasto en el manejo de los trastornos afectivos se invierte en los pacientes m¨¢s graves.
R. Es cierto que el 20% de los enfermos depresivos se llevan el 80% del presupuesto. Son una peque?a parte de todos los pacientes depresivos, pero son enfermos que precisan una atenci¨®n especial; a menudo presentan comorbilidades, porque no hay que olvidar que estamos ante una enfermedad compleja. Lo que pretendemos es impedir que alcancen el estado de depresi¨®n grave. ?se es el reto, es el objetivo: detectar, prevenir y tratar precozmente la depresi¨®n.
P. ?El manejo precoz de los trastornos afectivos podr¨ªa tener incidencia sobre el coste de la depresi¨®n?
R. Existen algunos estudios de econom¨ªa de la salud que han demostrado que la remisi¨®n de la enfermedad activa la funci¨®n laboral y reduce el gasto ambulatorio. Por ejemplo, el coste por paciente, dependiendo si est¨¢ libre de enfermedad o no, puede oscilar de los 4.200 euros a los 6.900 euros anuales. La curaci¨®n de la depresi¨®n, que es el objetivo del tratamiento, est¨¢ directamente relacionada con la reducci¨®n en el coste y con la calidad de vida del paciente. Por otra parte, no se debe obviar la relaci¨®n entre depresi¨®n y suicidio. Casi 58.000 personas se suicidan en la Uni¨®n Europea cada a?o. M¨¢s del 90% de los casos de suicidios se producen en personas con antecedentes de alg¨²n tipo de enfermedad mental, especialmente depresi¨®n. En t¨¦rminos absolutos, las demencias suicidas no constituyen un elemento importante en cuanto a gastos. Pero si se analiza la perspectiva de vida, las personas que se suicidan suelen ser j¨®venes, entre 20 y 40 a?os, por lo que se pierden muchos a?os de actividad y su contribuci¨®n a la sociedad.
P. ?C¨®mo se pueden adecuar los fondos para el manejo de la depresi¨®n?
R. Es preciso valorar y encontrar cu¨¢les son los m¨¦todos m¨¢s eficaces y que tenga un mayor coste-efectividad en el manejo de la depresi¨®n. ?ste es uno de los retos para intentar organizar los sistemas de servicios de salud y los cuidados en cuanto a las enfermedades mentales. No hay que olvidar que mientras que la financiaci¨®n anual para la depresi¨®n en Europa es de 38 millones, el c¨¢ncer recibe cerca de 1.500 millones. Los recursos asignados siguen siendo bajos y es necesario hacer esfuerzos para mejorar esta situaci¨®n. Las enfermedades mentales no se han considerado como un importante problema de salud p¨²blica hasta hace muy poco. Adem¨¢s, las personas con enfermedad mental han tenido poco acceso a los cuidados de salud, aunque es cierto que en los ¨²ltimos a?os ha aumentado la sensibilizaci¨®n sobre este tipo de trastornos, que son muy prevalentes y con una enorme carga social.
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