"Si quitan una fiesta sin dar alternativas, pasan estas cosas", dicen los vecinos

Plaza Dos de Mayo. 13.30. Fabi¨¢n ?lvarez y se?ora, matrimonio castizo de Getafe, se llevan un chasco. "Vaya, este a?o no hay ni organillo", se sorprende ¨¦l. Es el tercer a?o que Malasa?a no tiene fiestas populares por el Dos de Mayo, pero ellos esperaban encontrar "al menos" la barra con la limonada. En su lugar, hay una reuni¨®n de vecinos enfadados por las dos noches de botell¨®n con carga policial.

"Si quitan una fiesta tradicional y no ofrecen alternativas, pasa lo que pasa"

se queja a los periodistas Jordi Gordon, portavoz de la asociaci¨®n vecinal Asamblea Ciudadana del Barrio Universidad (Acibu). "Los chavales del botell¨®n habr¨ªan participado en la verbena que ten¨ªamos prevista en el cuartel del Conde Duque y que Gallard¨®n no autoriz¨®", a?ade Isabel Rodr¨ªguez, presidenta de Acibu.

"Primero permitieron que se llenaran de gente los alrededores de la plaza para luego cargar contra los j¨®venes", critica Manuel Gambarte, de la asociaci¨®n Maravillas Malasa?a. Ha convocado una cacerolada a la que asisten una decena de personas. "Yo vi desde mi balc¨®n c¨®mo la polic¨ªa empez¨® a disolverlos en la calle de San Andr¨¦s", explica olla en mano Pilar Gonz¨¢lez, vecina de la plaza. "Los agentes se pasaron", censura Nuria Mart¨ª, otra residente que reclama "la verbena popular". La convocatoria se anima con la llegada de una chirigota de Latina, vecinos disfrazados con pelucas y delantales de flores. Entre el p¨²blico, apoyada en su bast¨®n, Justina de Pedro, de 73 a?os, que no ha pisado la calle en los ¨²ltimos dos d¨ªas. Dice que no entiende de botellones, pero advierte: "Como sigan bebiendo as¨ª, esos chicos no llegan a viejos".