Un acuerdo para la convivencia escolar
Tras una larga etapa de acciones y declaraciones pol¨¦micas, discusiones y jornadas de debate, las organizaciones sindicales, padres, alumnos y titulares de centros de ense?anza, con representaci¨®n en el Consejo Escolar del Estado, hemos fijado, en los ¨²ltimos tiempos, una estrategia com¨²n sobre las l¨ªneas de actuaci¨®n a seguir para mejorar la convivencia en los centros educativos. Este proceso culmina este martes con la primera reuni¨®n de constituci¨®n del Observatorio para la Convivencia Escolar.
No aceptamos ning¨²n tipo de violencia que se pueda producir en la sociedad y, especialmente, en los centros educativos, y pedimos prudencia a los medios de comunicaci¨®n, que a menudo se hacen eco de datos poco serios, que presentan como habitual lo que s¨®lo es ocasional y que elevan a categor¨ªa de violencia lo que s¨®lo son episodios de indisciplina. Afortunadamente, en los centros educativos las relaciones entre los miembros se caracterizan, muy mayoritariamente, por el aprecio, el respeto y la solidaridad.
Las Administraciones deben impedir la creaci¨®n de centros- gueto, consecuencia de la pol¨ªtica de admisi¨®n de alumnos
Es necesario fomentar la colaboraci¨®n familia-escuela, aut¨¦ntico tal¨®n de Aquiles de nuestro sistema educativo
Tenemos que aclarar que probablemente no existe mayor violencia escolar que hace una d¨¦cada, aunque s¨ª podr¨ªamos afirmar que se han incrementado los casos de indisciplina y falta de respeto, que hacen dif¨ªcil la convivencia, lo cual tiene que ver con la existencia de centros-gueto o la falta de l¨ªmites familiares, entre otros factores. Lo que s¨ª ha crecido es la sensibilidad hacia la violencia escolar, al igual que respecto a la violencia dom¨¦stica, de g¨¦nero o laboral, lo cual es un signo de madurez de nuestra sociedad. En todo caso, es pertinente evaluar de forma rigurosa la situaci¨®n real de la convivencia en los centros educativos, con datos emp¨ªricos, y adoptar as¨ª las medidas que consideren m¨¢s oportunas.
Pero, ?qu¨¦ propuestas hacemos las organizaciones que escribimos este art¨ªculo? Primero, desechar los an¨¢lisis simplistas que pretendan encontrar soluciones f¨¢ciles para solucionar los problemas de la escuela, y contemplar que vivimos en un contexto de cambios sociales vertiginosos. Adem¨¢s, estamos convencidos de que los problemas relacionados con el clima escolar s¨®lo pueden afrontarse con la colaboraci¨®n de todos. La realidad nos viene demostrando con tozudez que no tiene sentido dejar que la escuela se haga cargo exclusivamente de todos esos problemas, como si la educaci¨®n no fuera un asunto de todos, y no s¨®lo del sistema educativo.
Muchas administraciones auton¨®micas, al amparo del clima de di¨¢logo educativo en el ¨¢mbito estatal, ya han suscrito pactos por la convivencia, junto con sindicatos del profesorado, federaciones de padres y madres y organizaciones de estudiantes, adem¨¢s de otras organizaciones sociales. Hacemos un llamamiento a la generalizaci¨®n de estas iniciativas a todas las comunidades.
La mejora de la convivencia escolar empieza por la responsabilidad compartida de todos los miembros de la comunidad educativa, implicados directa o indirectamente en la educaci¨®n. Por ello, es necesario fomentar la colaboraci¨®n familia-escuela, aut¨¦ntico tal¨®n de Aquiles de nuestro sistema educativo, para que tanto padres como profesores dispongan de una mayor informaci¨®n sobre los menores y sepan as¨ª prevenir los problemas de convivencia que puedan surgir. En este sentido, tambi¨¦n es preciso reforzar la acci¨®n tutorial, facilitar la participaci¨®n de las familias en las asociaciones de padres y madres, en los consejos escolares y en otras actividades del centro educativo y, sobre todo, desarrollar pol¨ªticas de conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar, como la regulaci¨®n de los horarios laborales en funci¨®n de las necesidades de los menores y de los adultos.
Adem¨¢s, hay que implementar una serie de medidas para prevenir los conflictos: institucionalizar las comisiones de convivencia en los centros, crear equipos de mediaci¨®n integrados por alumnado, profesorado y familia; reducir las ratios de alumnos por aula; y formar al profesorado en resoluci¨®n de conflictos entre otras iniciativas.
A nivel general, las Administraciones educativas deben impedir la creaci¨®n de centros-gueto, cuya creaci¨®n es consecuencia de las pol¨ªticas de admisi¨®n de alumnos desarrolladas en los ¨²ltimos a?os, que han permitido a los centros concertados desentenderse de su responsabilidad social de escolarizar a todo tipo de alumnado.
Pero todas estas medidas para atender a la diversidad del alumnado requieren un incremento del gasto p¨²blico en educaci¨®n, mejor deber¨ªamos denominarlo inversi¨®n p¨²blica, y una mejor gesti¨®n de esos recursos, que aunque ya se ha iniciado en estos ¨²ltimos a?os, es necesario que se prolongue en el tiempo.
Supone un avance importante que organizaciones educativas con planteamientos dispares hayamos llegado a un acuerdo para la mejora de la convivencia, iniciativa que tambi¨¦n fortalece las expectativas de la sociedad para la mejora de la calidad del sistema educativo, para cuya tarea, como hemos indicado, es fundamental la implicaci¨®n del conjunto de la comunidad educativa y de la sociedad.
Lola Abell¨® Planas es presidenta de la asociaci¨®n laica de padres y madres de alumnos Ceapa, Jos¨¦ Campos es secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO y Carlos L¨®pez es secretario general de FETE-UGT
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