El cirujano regenerador
Eduardo Anitua, reconocido por su labor investigadora, ha revolucionado el mundo de la cirug¨ªa desde el respeto a las c¨¦lulas
Mientras atiende al periodista en su consulta de la capital alavesa, Eduardo Anitua Aldecoa (Vitoria, 1956) no deja de recibir las demandas de sus colaboradores, que le reclaman su opini¨®n sobre los pacientes que llegan en busca de una soluci¨®n para sus dolencias. Decidi¨® ser m¨¦dico porque siempre le hab¨ªa preocupado el dolor y la necesidad de aliviarlo de la mejor manera. Sobre su mesa de trabajo, el libro Piensa bien y acertar¨¢s, de Eugenio Ibarzabal, que supone una declaraci¨®n de principios por parte del personaje. "Yo soy de los que creen que los pensamientos positivos son imprescindibles en esta vida", se?ala.
Esa disposici¨®n, y no pod¨ªa ser otra, le acompa?aba cuando en 1989 abri¨® las puertas de la primera sede del Biotechnology Institute (BTI), hoy ubicado en el parque tecnol¨®gico de Mi?ano (?lava) y con delegaciones en todo el mundo. La decisi¨®n de crearlo vino ante las dificultades con que se encontr¨® en su trabajo cotidiano en implantolog¨ªa oral. "Nos empezamos a encontrar muchos pacientes que se hab¨ªan quedado sin dientes y hab¨ªan ido perdiendo el hueso correspondiente para colocar los implantes. Entonces vimos que necesit¨¢bamos alg¨²n apoyo biol¨®gico, empezamos a trabajar con prote¨ªnas y comenz¨® un camino apasionante en la investigaci¨®n", resume.
La aventura que empez¨® a tomar forma hace 18 a?os gira alrededor de la regeneraci¨®n de los tejidos, la posibilidad de conseguir evitar amputaciones e, incluso, de que no sean necesarios los transplantes de h¨ªgado, por ejemplo. "En 20 a?os, muchos de ellos ya no ser¨¢n necesarios", afirma sin dudarlo. "Ya estamos trabajando con c¨¦lulas pluripotenciales, que tienen capacidad de desarrollar ¨®rganos. En el momento en que tengamos un ¨®rgano lesionado, va a ser m¨¢s sencillo regenerarlo in situ que tenerlo que transplantar. Estoy convencido".
Sobrino del escritor Ignacio Aldecoa, Anitua no ha heredado la capacidad fabuladora del narrador alav¨¦s. Sus investigaciones, reconocidas en todo el mundo, han servido para mejorar la vida de mucha gente. Es cierto que ha alcanzado la fama period¨ªstica por sus trabajos en colaboraci¨®n con Mikel S¨¢nchez, traumat¨®logo especialista en medicina deportiva. Jugadores de la NBA, como Calder¨®n, se han recuperado en d¨ªas de lesiones que supon¨ªan hace unos a?os meses de convalecencia. "Pero, m¨¢s que esos reconocimientos y los premios, nos satisface el agradecimiento de muchas personas a las que les hemos evitado que les amputen una extremidad".
La regeneraci¨®n de tejidos no supone la inmortalidad, pero s¨ª una mejora notable de la calidad de vida. "El tiempo nos ha dado la raz¨®n en que elegimos el camino adecuado. Todos los avances que se est¨¢n haciendo en gen¨®mica supondr¨¢n que enfermedades como el Alzhiemer o la artrosis tengan soluciones alternativas en un futuro cercano", comenta. Y pone un ejemplo: "Hace 28 a?os, cuando empec¨¦ a trabajar, era impensable que a una persona que no ten¨ªa dientes se le pudiera poner implantes y dientes el mismo d¨ªa". Sus t¨¦cnicas han revolucionado el campo de la Estomatolog¨ªa, como muestran las continuas visitas de profesionales de todo el mundo a su consulta, donde atienden sus intervenciones a trav¨¦s de un circuito cerrado de televisi¨®n.
Anitua ha fundado una empresa de biotecnolog¨ªa, pero es tambi¨¦n un divulgador nato de sus investigaciones. Su pr¨®ximo proyecto le trasladar¨¢ desde Mi?ano hasta Armentia, donde se levantar¨¢ un edificio de hormig¨®n blanco, cristal y aluminio, en el que traumat¨®logos, cirujanos maxilofaciales y est¨¦ticos, odont¨®logos o estomat¨®logos internacionales aprender¨¢n a utilizar las t¨¦cnicas desarrollas por el equipo de Anitua.
En esas instalaciones sofisticadas se impartir¨¢n cursos y se podr¨¢n realizar operaciones que se podr¨¢n seguir por especialistas desde cualquier lugar del mundo. "En estas dependencias mostraremos, por ejemplo, el autoinjerto de tejidos. Esto consiste en extraer c¨¦lulas a un paciente, cultivarlas y volv¨¦rselas a implantar. Su aplicaci¨®n es ampl¨ªsima", destaca el cirujano.
Anitua reivindica en todo momento el papel que juega su equipo de colaboradores en la aventura que emprendi¨® con el BTI. "El equipo de investigadores nos hemos hecho amigos porque no queda m¨¢s remedio", sentencia despu¨¦s de explicar las horas de trabajo semanales que dedican a la investigaci¨®n, incluyendo fines de semana. El reconocimiento les ha llegado desde todo el mundo y tambi¨¦n las ofertas de las grandes multinaciones, en esta lucha de David contra Goliat. "Nos han ofertado, pero no han conseguido tentarnos. Quiero decir que yo no me he metido en este campo para ganar dinero, sino para investigar desde la independencia".
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