Zapatero conf¨ªa en Sarkozy para impulsar la UE
Madrid ve en la elecci¨®n del l¨ªder conservador una esperanza para acelerar la aprobaci¨®n del nuevo tratado
La diplomacia espa?ola ha acogido con alivio e incluso satisfacci¨®n el triunfo de Nicolas Sarkozy, a pesar de que la victoria de S¨¦gol¨¨ne Royal hubiera propiciado afinidades y cooperaci¨®n pol¨ªtica entre los Gobiernos de Espa?a y Francia. El motivo se llama Europa. Los planteamientos del presidente conservador en el tema clave de la construcci¨®n europea son m¨¢s claros y convincentes que los de la candidata derrotada. Para el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que apoy¨® a Royal en campa?a, Sarkozy es ahora una esperanza de que el futuro del Tratado Constitucional quedar¨¢ desbloqueado en pocas semanas.
Las intenciones de Royal de abrir un gran debate constitucional en Francia eran percibidas como una amenaza de mantener la crisis abierta bastante m¨¢s all¨¢ de junio de 2009, cuando el nuevo tratado hubiera sido sometido a un refer¨¦ndum de resultado incierto.
Alemania cree que podr¨¢ salvar el 90% de la Constituci¨®n aprobada en 2004
Sarkozy se ha propuesto, en cambio, resolver esa situaci¨®n por la v¨ªa r¨¢pida e ir al encuentro del plan de la presidencia alemana de la UE para que el pr¨®ximo 21 de junio el Consejo Europeo apruebe, no ya un calendario de trabajo, sino un borrador del nuevo tratado, que, durante la segunda mitad de a?o, ser¨¢ debatido brevemente por una conferencia intergubernamental (CIG) sin precedentes, de naturaleza meramente "t¨¦cnica", y sometido a la firma de los 27 en diciembre, como Tratado de Lisboa, bajo presidencia portuguesa.
El nuevo tratado, si prospera, ser¨ªa uno m¨¢s junto a los que constituyen la Uni¨®n desde los a?os cincuenta. No exigir¨ªa, pues, ser refrendado. El presidente franc¨¦s electo ha anunciado que tiene viajar¨¢ cuanto antes a Bruselas y Berl¨ªn para impulsar el proceso.
Claro que el nuevo texto elaborado de este modo ser¨¢ lo que, Sarkozy, entre otros, denomina un "minitratado", es decir, un texto muy simplificado, de apenas 70 art¨ªculos frente a los 448 del tratado de 2004. Se da por hecho que no se llamar¨¢ Constituci¨®n, no incluir¨¢ los s¨ªmbolos supranacionales de la UE aprobados hace tres a?os, como el himno o la bandera, ni la Carta de Derechos Fundamentales. Tampoco otros m¨¢s sustanciosos, como elevar a ministro de Exteriores el cargo de Alto Representante, que desempe?a Javier Solana, o consagrar el euro como la moneda europea.
?Es posible que el Gobierno espa?ol, el ¨²nico que, con Luxemburgo, logr¨® que se aprobara la Constituci¨®n en refer¨¦ndum y que hoy todav¨ªa mantiene que, "de entrada", el texto aprobado no se toca, pueda pensar en quedar satisfecho con una soluci¨®n de esas caracter¨ªsticas? Sin duda, hace falta mucha realpolitik para dar ese paso, que en medios diplom¨¢ticos se explica de manera pr¨¢ctica: la buena marcha de las consultas aviadas en las ¨²ltimas semanas por Berl¨ªn permite prever que el nuevo tratado conservar¨¢ "lo esencial" del precedente. ?Pero la Constituci¨®n? ?El ministro? ?El euro? La verdad, se razona en los mismos medios, es que, jur¨ªdicamente, la Constituci¨®n nunca hubiera sido tal, como tampoco el ministro. Y el euro no necesita consagraciones para ser la gran realidad europea.
Otros temas a debate preocupan m¨¢s a los negociadores espa?oles, como la eventual supresi¨®n del art¨ªculo que consagra la superioridad del derecho comunitario sobre el nacional, o que el nuevo tratado no institucionalice la figura de ley europea. Por otra parte, brit¨¢nicos y holandeses quieren reservarse competencias, por ejemplo en materia de pol¨ªtica de vivienda o de drogas. Pero los alemanes dicen que podr¨¢n salvar cerca del 90% de las competencias ya aprobadas y de las posibilidades de recurso a la mayor¨ªa cualificada.
La parte espa?ola espera, adem¨¢s, que se ampl¨ªen las pol¨ªticas de inmigraci¨®n y medio ambiente, que se ponga m¨¢s acento en el cap¨ªtulo social y que se cree un paquete energ¨¦tico para contentar a Polonia. El Estado de los hermanos Kaczynski es el gran obst¨¢culo actual, si no el ¨²nico, para que el proceso avance, ya que se niega en redondo a renunciar al sistema decisorio del Tratado de Niza.
Espa?a espera tener en ese contexto una doble ventaja negociadora: Alemania le necesita para mantener aislados a los polacos, ya que si el tratado final no es satisfactorio, tambi¨¦n los espa?oles abrazar¨ªan la bandera de Niza. Pero Sarkozy busca igualmente el apoyo del sur para compensar la superioridad alemana de partida. Por eso est¨¢ hablando de potenciar la pol¨ªtica mediterr¨¢nea, y por eso dijo en el debate con Royal que el borrador del nuevo tratado deber¨¢ tener el consenso de Alemania, Reino Unido y Espa?a, adem¨¢s, por supuesto, del de Francia.
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