La Hammer vuelve de la tumba
John DeMol adquiere la legendaria factor¨ªa del cine de terror brit¨¢nico
Para el cin¨¦filo con memoria, el nombre de la Hammer Film Productions suele evocar el brillo en tecnicolor de unas gotas de sangre, la flema brit¨¢nica de actores como Christopher Lee y Peter Cushing y una primera toma de contacto con lo que podr¨ªa denominarse una m¨®rbida sensualidad g¨®tica. Como un personaje salido de su ilustre cat¨¢logo de horrores, la Hammer vuelve de la tumba para producir nuevos t¨ªtulos inscritos en ese g¨¦nero fant¨¢stico que, desde mediados de los a?os cincuenta, se convirti¨® en se?a de identidad de la casa. La adquisici¨®n de la compa?¨ªa por parte del grupo holand¨¦s Cyrte Investments BV, comandado por John DeMol, el padre de la rentable franquicia de Gran Hermano, ha hecho posible el milagro: la renacida compa?¨ªa invertir¨¢ 50 millones de d¨®lares en un nuevo plan de producci¨®n que contempla el estreno de tres nuevas pel¨ªculas de terror al a?o.
La compa?¨ªa que aport¨® a la historia del cine cl¨¢sicos como Dr¨¢cula, pr¨ªncipe de las tinieblas (1966) o Hace un mill¨®n de a?os (1966) fue creada en 1934 por William Hinds, empresario que, antes de entrar en la producci¨®n cinematogr¨¢fica, hab¨ªa sido joyero y c¨®mico de revista musical. Tras unos primeros a?os consagrados al thriller y al cine de aventuras, la Hammer encontr¨® su fil¨®n a mediados de los cincuenta, con El experimento del doctor Quatermass (1955), de Val Guest, que llevaba a la gran pantalla una celebrada serie televisiva de la BBC. Dos a?os m¨¢s tarde, el estreno de La maldici¨®n de Frankenstein (1957), de Terence Fisher, marc¨® el definitivo punto de inflexi¨®n: nac¨ªa con ella el ciclo g¨®tico de la Hammer, que iba a reformular algunas figuras ic¨®nicas del cl¨¢sico cine de la Universal, mediante un deslumbrante uso del color y un creciente gusto por lo expl¨ªcito.
El cine de terror norteamericano de los setenta acab¨® con la edad de oro del estudio brit¨¢nico, que cerr¨® su departamento de producci¨®n cinematogr¨¢fica en 1979 con una desangelada versi¨®n de Alarma en el expreso (1938), de Alfred Hitchcock, que, bajo el t¨ªtulo de La dama del expreso y con Cybill Sheperd, fracas¨® estrepitosamente en taquilla. En los ochenta, la Hammer prob¨® suerte en televisi¨®n, pero no logr¨® consolidarse. Y en 1986 desapareci¨® de la luz p¨²blica.
En el a?o 2000 se habl¨® de un regreso del estudio tras su adquisici¨®n por parte del mecenas Charles Saatchi, pero todo qued¨® en nada. Tres a?os m¨¢s tarde, la Hammer anunci¨® su intenci¨®n de asociarse con la compa?¨ªa australiana Pictures in Paradise para producir nuevos t¨ªtulos, pero, nuevamente, las expectativas se frustraron. Ahora, las cosas parecen ir, por fin, en serio: Simon Oakes y Marc Schipper, ex ejecutivos del operador de cable Liberty Global Inc., encabezan el organigrama de la productora. En sus primeras manifestaciones p¨²blicas, Oakes ha subrayado su intenci¨®n de mantenerse fiel al esp¨ªritu de la firma, sin sucumbir a la tentaci¨®n de a?adir truculencia gratuita a su modelo cl¨¢sico.
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