Ser superdotado no es un chollo

Alejandro Ram¨ªrez era un ni?o que estaba deseando comenzar el colegio. Pero, muy pronto, se aburri¨® del ritmo de estudio en las aulas. "Estaba harto de hacer churros con plastilina o de colorear dibujos", recuerda su madre, Emilia Rodr¨ªguez. En Segundo de Primaria, el ni?o comenz¨® a tener problemas con algunos de sus profesores por su conducta en clase. "Se aburr¨ªa y era revoltoso", explica la madre. Finalmente, aquel verano, un psic¨®logo afirm¨® que la causa de los problemas de Alejandro era su sobredotaci¨®n intelectual.

Se estima que entre un 2% y un 5% de los ni?os re¨²ne las caracter¨ªsticas para ser considerado superdotado: adem¨¢s de poseer un cociente de inteligencia (CI) por encima de la media (m¨¢s de 130, aunque esta cifra no es determinante), se trata de ni?os con un gran potencial, tanto en su creatividad como en su capacidad de perseverar en tareas que les interesen. El gran problema estriba en que s¨®lo se detecta de media a un 1% de estos ni?os, lo que indica una marcada carencia del sistema educativo a la hora de diagnosticar casos.

Y cuando se detectan, los colegios, o incluso las mismas familias, no siempre responden de la mejor manera. En el caso de Emilia, las dificultades las encontr¨® desde los centros educativos. "Mi hijo tuvo que cambiar de colegio porque no reconoc¨ªan que era un ni?o superdotado", explica Emilia, quien ten¨ªa que sufrir el mal car¨¢cter de su peque?o y sus irregulares resultados acad¨¦micos. "Pod¨ªa pasar de tener notas muy bajas a aprobar con sobresaliente en las recuperaciones sin ning¨²n esfuerzo", prosigue Emilia.

Y es que un ni?o superdotado no tiene por qu¨¦ ser un chollo. Tanto las familias, como los propios ni?os o los expertos consultados insten en desmontar los arquetipos sociales que catalogan a estos ni?os como peque?os genios tocados por un don que, irremediablemente, les llevar¨¢ al ¨¦xito personal y profesional sin esfuerzo. "Nada m¨¢s alejado. El potencial que estos cr¨ªos tienen puede ser un problema si el sistema educativo no responde adecuadamente. Son ni?os con una gran sensibilidad, curiosidad y, normalmente, af¨¢n de aprendizaje. Pero los centros educativos tienden a homogeneizar al alumnado, imponiendo ritmos determinados en el aprendizaje de contenidos, sin atender las constantes demandas de estos ni?os. Eso lleva, irremediablemente, a que se aburran en clase y, a veces, a que los propios profesores les rechacen Por estas razones, tampoco se libran del fracaso escolar. Seg¨²n nuestros datos, un 30% de ellos no llega al Bachillerato", dice Nieves Salda?a, presidenta de la asociaci¨®n onubense de padres de ni?os con sobredotaci¨®n Aret¨¦, y vicepresidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Superdotaci¨®n

Una de las l¨ªneas de trabajo que actualmente siguen la mayor¨ªa de los centros para atender las especiales necesidades de estos chavales es la flexibilidad o aceleraci¨®n. Consiste en que el alumno especialmente dotado salte un curso. Con ello se pretende motivarle en los estudios y permitirle un desarrollo intelectual m¨¢s acorde con sus capacidades. Y as¨ª ocurri¨® con Alejandro, que pas¨® de 6? de Primaria a 2? de ESO directamente, cuando dej¨® el colegio por el instituto.

Hoy, el hijo de Emilia tiene 14 a?os y estudia 4? de ESO. "El tener una sobredotaci¨®n no es algo tan importante. Se tiene y ya est¨¢. Soy uno m¨¢s en clase. Y con algunas asignaturas tengo problemas, como cualquier estudiante", se esfuerza en aclarar.

Hay asociaciones de padres, como Aret¨¦, que opinan que el salto de curso es in¨²til si no va a acompa?ado de una adaptaci¨®n curricular que involucre a los orientadores educativos y a los profesores de apoyo. Adem¨¢s, insisten en que los ni?os tienen que ser detectados precozmente. Por todas estas carencias, la federaci¨®n de asociaciones de este tipo en Andaluc¨ªa redactaron un escrito de protesta al Defensor del Pueblo, Jos¨¦ Chamizo, reclamando m¨¢s alternativas.

En Aret¨¦, Emilia y su hijo han conocido a otras familias con casos como los de Rafael Garc¨ªa y Pilar Molina, que tienen una hija de 15 a?os en 4? de ESO. "Ella no quiso saltar un curso, porque no quiere perder el contacto con su mejor amiga". O el de Joaqu¨ªn Arenas, que es padre de dos ni?os con superdotaci¨®n de 11 y 15 a?os. "Son dos cr¨ªos muy distintos. Al mayor se lo detectamos en 5? de Primaria, porque empez¨® con problemas de conducta. Al curso siguiente, lo cambiamos de centro y lo pasamos directamente a 1? de ESO. Con el peque?o lo detectamos antes, con seis a?os, porque ya ten¨ªamos experiencia por el mayor. La aceleraci¨®n la hicimos en Primaria, pas¨¢ndole de 1? a 3?", explica Joaqu¨ªn.

El hijo peque?o de Joaqu¨ªn Arenas siempre ha tratado de pasar lo m¨¢s desapercibido posible ante sus amigos. "En un cumplea?os incluso me pidi¨® que pusiese una vela m¨¢s en la tarta para que fuese tan evidente que era un a?o menor que sus amigos", explica el padre. Este af¨¢n por disimular es, seg¨²n los expertos y las familias, a¨²n m¨¢s patente en las ni?as, por lo cual son m¨¢s dif¨ªciles de diagnosticar.