Resaca de la revoluci¨®n rumana
Corneliu Porumboiu gan¨® la C¨¢mara de Oro en Cannes con '12:08 al este de Bucarest'
Desde hace poco, en Rumania, el Consejo Nacional de Cinematograf¨ªa ofrece subvenciones siguiendo el modelo franc¨¦s. Pero el cineasta Corneliu Porumboiu (Vaslui, 1975) ni siquiera lo intent¨®. Sus amigos se burlaban de ¨¦l. ?Qui¨¦n va a querer ver una pel¨ªcula en la que la mitad del metraje son tres hombres en el plat¨® de una televisi¨®n local debatiendo sobre la ca¨ªda de Ceausescu 16 a?os despu¨¦s de que ocurriera? La idea no suena muy estimulante, pero quiz¨¢ sus colegas no leyeron el gui¨®n -plagado de hilarantes di¨¢logos entre los dos contertulios y el presentador con espectadores al otro lado del tel¨¦fono-, que echa por tierra la idealizada y heroica imagen de un pueblo echado a las calles en una peque?a ciudad para derrotar al dictador.
?C¨®mo estaba la plaza? Vac¨ªa, seg¨²n los entrevistados y el propio Porumboiu, quien con su opera prima, 12:08 al este de Bucarest -hora en la que despeg¨® el helic¨®ptero de la familia Ceausescu-, sedujo en el Festival de Cannes, que le otorg¨® la C¨¢mara de Oro de 2006. "Creo que yo me hubiese acercado a la plaza de mi ciudad natal, Vaslui, al menos por curiosidad. Fueron los j¨®venes rumanos los que se lanzaron a las calles. Claro que es dif¨ªcil ponerse en el papel tanto tiempo despu¨¦s. Cuando ocurri¨® la revoluci¨®n, en 1989, yo ten¨ªa 14 a?os y estaba jugando al pimp¨®n con un amigo. Y recuerdo que, al llegar a casa, toda mi familia estaba delante del televisor. No me dejaron moverme. Tem¨ªan que me pasara algo", contaba Porumboiu hace unos d¨ªas en Madrid.
12:08 al este de Bucarest, que se estrena hoy en Espa?a, utiliza como hilo conductor una emisi¨®n local. "Una pel¨ªcula no puede abarcar un acontecimiento tan grande como una revoluci¨®n y yo eleg¨ª una ciudad peque?a como la m¨ªa. En la televisi¨®n vi un debate sobre la transici¨®n y me interes¨® contar la resaca poscomunista", prosigue el realizador, que abandon¨® el gui¨®n que estaba escribiendo para centrarse en el que ser¨ªa su premiado filme.
"La gente pens¨® que con la revoluci¨®n todo iba a cambiar de un d¨ªa a otro. Esperaba vivir como ve¨ªamos que se viv¨ªa en las pel¨ªculas americanas. El comunismo te empuja a pensar en blanco y negro, y de repente hab¨ªa colores. Hasta entonces no exist¨ªan individuos, s¨®lo el Estado. Para unos rumanos era una revoluci¨®n y para otros un golpe de Estado, pero unos y otros pensaban que iba a ver una soluci¨®n que no ha llegado". En su opini¨®n, Rumania ha "inventado el absurdo o al menos ha hecho de ¨¦l un arte". "El humor es superior a m¨ª. Debe venir de la mentalidad de la gente de mi zona", razona.
Corneliu Porumboiu se involucr¨® de lleno en la pel¨ªcula. Por eso, mientras en la primera parte cuenta la vida de los invitados al programa -un profesor aficionado al vodka que se proclama h¨¦roe, un pensionista y eventual Santa Claus y un nuevo rico, due?o de la cadena-, en la segunda se convierte en el c¨¢mara de una escena fija."Cuando hubo que competir en el mercado libre cay¨® la producci¨®n y durante 10 a?os se estuvieron rodando una o dos pel¨ªculas al a?o. Despu¨¦s se pas¨® a unas 10 y este a?o se har¨¢n unas 30", calcula. La mayor¨ªa, son filmes producidos por los j¨®venes realizadores que se aventuran en el mundo del cine. El propio Porumboiu recaud¨® entre amigos, anunciantes y familia los 180.000 euros con los que rod¨® el filme. Una buena corazonada: tras ganar la C¨¢mara de Oro en Cannes, ya se ha vendido a 20 pa¨ªses.
Babelia
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