?Condensada o diluida?
Importa m¨¢s el contenido que el envase. Con Nicolas Sarkozy en el El¨ªseo est¨¢ claro que habr¨¢ que ir a un minitratado, pues el nuevo presidente franc¨¦s no est¨¢ dispuesto a volver a someter la Constituci¨®n europea u otro nuevo texto a un refer¨¦ndum. Quiere que quepa en 20 folios. Eso no es lo m¨¢s importante, sino que la Uni¨®n Europea vaya a m¨¢s o a menos. Pues hay dos maneras b¨¢sicas de abordar un nuevo tratado: condensar la Constituci¨®n, como quieren los que la han ratificado, o diluirla, como pretenden los eurorreticentes.
En Madrid y otras capitales, existe el convencimiento de que Sarkozy quiere conseguir del Consejo Europeo del 21 y 22 de junio un acuerdo pol¨ªtico sobre un nuevo tratado, sobre su forma y su contenido, y encargar a una posterior Conferencia Intergubernamental su articulaci¨®n t¨¦cnica. As¨ª demostrar¨ªa que Chirac dej¨® que se pudriera el tema durante m¨¢s de un a?o, pero que ¨¦l lo ha rescatado. Claro que Sarkozy tuvo algo que ver en la voladura de la Euroconstituci¨®n al centrar su campa?a en el refer¨¦ndum en su oposici¨®n a la entrada de Turqu¨ªa, lo que contribuy¨® al triunfo del non.
La condensaci¨®n de la Constituci¨®n europea en un nuevo tratado es perfectamente posible
Los 22 pa¨ªses que no tienen problemas con la Constituci¨®n esperan a ver qu¨¦ soluciones -antes de contenido que de forma- ofrecen los cinco reticentes (Reino Unido, Holanda, Polonia, Rep¨²blica Checa, y una Francia que no se identifica con los anteriores). La prenegociaci¨®n hace tiempo que empez¨®. Ahora con las elecciones presidenciales francesas despejadas, llega el momento de poner las cartas sobre la mesa.
La condensaci¨®n de la Constituci¨®n en un nuevo Tratado es perfectamente posible. Lo hizo hace unos meses el Centro de Pol¨ªtica Aplicada y la Fundaci¨®n Bertelsman en Alemania. Eso s¨ª, no lleva el atractivo t¨ªtulo de Tratado por el que se establece una Constituci¨®n para Europa, sino el m¨¢s aburrido de Tratado por el que se enmienda el Tratado de Niza. Pero en ese ejercicio, en menos de 20 folios (frente a los 350 del texto original) se recoge casi todo, desde el ministro europeo de Asuntos Exteriores y su Servicio Exterior, al valor jur¨ªdico a la Declaraci¨®n de Derechos Fundamentales, pasando por la extensi¨®n de las ¨¢reas a decidir por mayor¨ªa cualificada, la iniciativa popular para obligar a las instituciones a ocuparse de alguna cuesti¨®n, la geometr¨ªa variable ("cooperaciones reforzadas") y la posibilidad de que un Estado se salga voluntariamente de la UE.
Ahora no se piensa en esta f¨®rmula, sino en un tratado con s¨®lo cuatro art¨ªculos. El segundo modificar¨ªa el Tratado de la Uni¨®n Europea (a su vez modificado en Niza) y otro tercero versar¨ªa sobre las pol¨ªticas comunes. Pero se preservar¨ªa lo esencial de la Constituci¨®n, aunque disimul¨¢ndolo, cambi¨¢ndole el nombre y llamando de otra forma al ministro de Asuntos Exteriores.
La presidencia alemana de turno est¨¢ dispuesta a dar a los brit¨¢nicos la capacidad de salirse (opt out) de las disposiciones en materia de Justicia e Interior. Y a los polacos la ampliaci¨®n de la cl¨¢usula de solidaridad, adem¨¢s de ante ataques terroristas o desastres naturales, al campo de la energ¨ªa. O reforzar algo el papel de los Parlamentos nacionales. ?Insistir¨¢ Sarkozy en "proteger a los europeos"? Lo que les resultar¨¢ a los polacos dif¨ªcil es renegociar el sistema de votaci¨®n de doble mayor¨ªa (Estados y poblaciones) que ahora favorece a Espa?a, cuya demograf¨ªa crece mientras se encoge la polaca. Y ahora Varsovia no quiere dar tal ventaja a Alemania.
El peligro es que algunos aprovechen para ir quitando contenido al texto original, imperfecto, pero el mejor posible. Hay que resguardarse frente a las rebajas. Es lo que trata de impedir el n¨²cleo duro que han constituido de manera informal tres fundadores que han ratificado (Alemania, Italia y Luxemburgo) m¨¢s Espa?a y Grecia, para evitar que al cambiar de envase se pierda materia. Al menos, finalmente, esto se vuelve a poner en marcha. aortega@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.