El Pijoaparte
ICV tiene un plan para acabar con la pobreza. Es un plan bastante serio. Hasta tiene presupuesto: 150 millones de euros anuales en los pr¨®ximos cuatro a?os. No es un plan de belleza en siete d¨ªas, puro maquillaje. Imma Mayol y Ricard Gom¨¤ lo presentaron ayer en Barcelona. Y lo hicieron en un barrio donde pobres, lo que se dice pobres, no hay: Sant Gervasi. Junto a un centro municipal de acogida rodeado de cielo, aire y colegios a los que van ni?as con falda escocesa y niqui a juego. Dos de ellas siguieron de pe a pa la intervenci¨®n de Mayol. Aunque sus comentarios no versaron sobre pobres ni ricos. Lo que m¨¢s les llam¨® la atenci¨®n fueron los zapatos de la candidata: una especie de manoletinas de charol rojo y negro, a juego con la indumentaria.
ICV tiene buenas intenciones. No en vano cuenta con la herencia de Cristianos por el Socialismo. Pero el plan que present¨® ayer tiene m¨¢s de caridad cristiana que de propuesta de transformaci¨®n social.
Si alguien esperaba que el partido m¨¢s a la izquierda de los que entrar¨¢n en el Ayuntamiento de Barcelona hubiera recuperado la lucha de clases y propusiera una batalla contra las causas de la injusticia, que espere en vano. En vez de combatir las causas de la desigualdad, el plan de ICV se conforma con paliar sus efectos. No es poco, desde luego, sobre todo para quien pasa de la nada m¨¢s dura a tener comida y cama.
El trabajo de ICV en el ¨¢mbito de la marginaci¨®n, como el de C¨¢ritas, es encomiable. Nadie con sensibilidad social lamentar¨¢ un solo euro de los dedicados a ayudar a las personas en situaci¨®n de marginalidad. En algunos casos, no se trata s¨®lo de darles un plato de comida, sino de proporcionarles la escalera para salir del hoyo.
Pero a los muchachos de ICV les perdi¨® ayer la literatura. ?Oiga, que digo yo que ser¨ªa por eso! Es la ¨²nica explicaci¨®n que se me ocurre para que eligieran la mejor zona de Barcelona para presentar el plan de lucha contra la pobreza: la memoria de la narrativa de Juan Mars¨¦ y, en especial, de ?ltimas tardes con Teresa. En esta novela (tan colosal que no necesita ayudas para ir a Francfort, de modo que ¨¦stas pueden quedar para esas p¨®cimas para el sue?o que firma Isabel Clara Asimov) aparece un personaje extraordinario: el Pijoaparte. Es del Carmel, pero una noche de verbena se cuela en el jard¨ªn de una torre de Sant Gervasi donde un grupo de estudiantes con mala conciencia celebran una verbena. Cabe que la torre fuera la que hoy tiene el Ayuntamiento de Barcelona para la acogida nocturna y donde Mayol present¨® el programa. Incluso cabe que el Pijoaparte, un personaje en la frontera del fracaso vital, sea uno de los 60 sin techo que acuden all¨ª a dormir algunas noches. Aunque igual no. Igual el Pijoaparte vive hoy jubilado en El Carmel, cerca de donde se produjo el hundimiento del t¨²nel y para ¨¦l Teresa y Sant Gervasi son un vago recuerdo que ni siquiera asocia a cuando la izquierda de mala conciencia no ejerc¨ªa la caridad, sino que cre¨ªa poder cambiar el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.