Gambas rojas y cigalas, del mar al plato

No es dif¨ªcil comer bien en Can Bosch cuando los men¨²s se centran en recetas sencillas. En esos mariscos y pescados de frescura exultante que desde las barcas de Cambrils llegan hasta sus cocinas casi a diario. Entre los m¨¢s destacados, pulpitos, esparde?as, caracoles y d¨¢tiles de mar, gambas rojas, cigalas, calamares y merluzas de palangre. Materias primas cada vez m¨¢s escasas que constituyen la base de sus diferentes men¨²s y dan pie a platos emblem¨¢ticos consolidados.

Se trata -nadie lo discute- de un restaurante de producto, con precios sensatos y raciones generosas, que ha hecho bandera de recetas tan sabrosas como la lubina al horno con patatas, la merluza con escalivada, la parrillada de pescado o el carpaccio de gambas, adem¨¢s de sus t¨ªpicos suquets y arroces de la zona. De la mano de su patr¨®n, Joan Bosch, en los ¨²ltimos a?os, la casa ha entrado en una fase evolutiva que en cierta medida la est¨¢ alejando de sus or¨ªgenes. No es sencillo actualizar una cocina marinera cuando las directrices no est¨¢n claras o el refinamiento pasa por desnaturalizar recetas o recurrir a t¨¦cnicas e ingredientes ajenos al recetario mediterr¨¢neo. Como ejemplo valen sus alcachofas con foie-gras y rosbif de vaca, tres elementos de calidad que juntos no armonizan nada. O el ravioli de setas y apio sobre una salsa oscura de gusto cl¨¢sico que no convence demasiado. Ni siquiera entusiasman los bu?uelos de bacalao, faltos de gracia. Por el contrario, son deliciosos los d¨¢tiles de mar, intensamente yodados, y suculentos los chipironcitos con cebolla confitada. Lo mismo que el hojaldre de anchoas con escalivada, agradable.

Los reparos m¨¢s serios surgen al final del men¨² -?qu¨¦ paradoja!-, con dos platos tradicionales, ambos muy por debajo de las expectativas iniciales. ?C¨®mo no tildar de estrafalario su renovado suquet de langostinos, que se acompa?a de colmenillas, salsif¨ªes y repollo, plato insulso repleto de sabores deslavazados? Todav¨ªa m¨¢s decepcionante resulta su renombrado arroz negro, que llega a la mesa sobrado de ajo, demasiado grasiento y con los granos enteros, una mala interpretaci¨®n del punto al dente italiano.