Un laboratorio en altamar
Cables, cabos, olor a combustible mezclado con mar. Graznido de gaviotas superpuesto a esos sonidos con eco t¨ªpicos de los astilleros. Cascos, guantes, monos. Un zumbido? ?Es s¨®lo el barco o tiene que ver con la detallista y emocionada descripci¨®n que llevan haciendo de ¨¦l sus padres durante toda la ma?ana? ?Es un mareo real o una sobrecarga de t¨¦rminos n¨¢uticos? En todo caso, es disculpable cualquier exceso de emoci¨®n en los gu¨ªas de esta visita. El Sarmiento de Gamboa es la nueva joyita de la oceanograf¨ªa espa?ola, una gran instalaci¨®n que los investigadores en ciencias marinas dicen llevar a?os esperando impacientemente. Ya les falta menos. El buque est¨¢ a punto de ser entregado a su armador, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Decenas de grupos de investigaci¨®n en toda Espa?a saborean ya los proyectos que echar¨¢n a andar, o a navegar, para investigar c¨®mo influye en el oc¨¦ano el cambio clim¨¢tico, en qu¨¦ medida cambiar¨¢n por su culpa las costas espa?olas, la evoluci¨®n de los bancos de pesca, qu¨¦ riesgo hay de terremotos -y de tsunamis- y en qu¨¦ zonas...
Durante el desastre del 'Prestige', los institutos de Francia y Portugal destaparon las carencias de nuestro pa¨ªs
Entre 2002 y 2006 hemos pasado unos a?os de colapso absoluto para la comunidad de ciencias marinas
"Este buque es un avance tecnol¨®gico importante. Un hito para nosotros, de verdad", asegura Juan Jos¨¦ Da?obeitia, director de la Unidad de Tecnolog¨ªa Marina del CSIC. Carlos Duarte, del Instituto Mediterr¨¢neo de Estudios Avanzados (CSIC-Universidad Islas Baleares) y presidente electo de la Sociedad Americana de Limnolog¨ªa y Oceanograf¨ªa, cree que el Sarmiento de Gamboa "es un gran buque oceanogr¨¢fico". "Con ¨¦l, Espa?a se sit¨²a en la frontera de la tecnolog¨ªa y las capacidades para las ciencias marinas en Europa". Eric Desmond Barton, ocean¨®grafo del Instituto de Ciencias Marinas (CSIC), resalta la flexibilidad del Sarmiento de Gamboa para llevar a cabo estudios en m¨²ltiples ¨¢reas, con "laboratorios mucho m¨¢s amplios, c¨®modos y mejor equipados que cualquier otro barco de la flota cient¨ªfica espa?ola; la comunidad de ciencias marinas dispone de una de las mejores herramientas que se puedan tener". Una comunidad que para Gemma Ercilla, del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), lleva "demasiado tiempo esperando a tomar nuevos datos en el mar". El Sarmiento, dice, supone una mejora tecnol¨®gica importante. "La ciencia espa?ola tiene algo claro desde hace tiempo: su internacionalizaci¨®n. Para ello tenemos que ser competitivos, y necesitamos el apoyo constante de nueva tecnolog¨ªa. Este barco va a disponer de una tecnolog¨ªa puntera".
Pero esta ma?ana, en el astillero de Construcciones Navales Freire, en Vigo, no veremos tecnolog¨ªa puntera. Ni el casco pintado de rojo del Sarmiento de Gamboa, ni sus 70,5 metros de eslora y 15,5 de manga destacan mucho entre un barco de arrastre de Pescanova en reparaci¨®n y un peque?o remolcador para el r¨ªo Loira. En la cubierta exterior del Sarmiento, en popa, hay varios chigres, una maquinilla de pesca, contenedores y una gr¨²a que puede levantar 12 toneladas a 16 metros de altura. Entre todo ello trabajan algunos de los cerca de 300 operarios que desde hace m¨¢s de un a?o pueblan diariamente el buque. Luis Ansorena y Arturo Castell¨®n, de la Unidad de Tecnolog¨ªa Marina (UTM) del CSIC, junto a la veintena de ingenieros de la UTM, han seguido d¨ªa a d¨ªa la evoluci¨®n del Sarmiento.
La idea del 'Sarmiento de Gamboa' exist¨ªa ya en los noventa, pero la fecha que la comunidad de ciencias marinas asocia m¨¢s con el nacimiento de este buque es noviembre de 2002: el hundimiento del Prestige. Entonces qued¨® claro para todo el mundo -los investigadores ya lo sab¨ªan- que hac¨ªa falta otro buque de investigaci¨®n espa?ol. Los modelos de circulaci¨®n y oleaje que primero predijeron el avance del chapapote hacia las costas gallegas fueron los del Instituto Hidrogr¨¢fico Portugu¨¦s. Y fue el submarino Nautile, del instituto franc¨¦s Ifremer, el que sell¨® las grietas del casco del Prestige, que vomitaban 125 toneladas de fuel al d¨ªa. Portugal y Francia. En Espa?a no hab¨ªa ni conocimiento, ni submarino.
Pero el Prestige no s¨®lo destap¨® las carencias que ya hab¨ªa en la investigaci¨®n marina espa?ola. Tambi¨¦n las agrav¨®. Lo que cuenta el informe Ciencias y tecnolog¨ªas marinas en Espa?a, publicado por el CSIC en 2006, es casi una historia de ascensi¨®n y ca¨ªda, resumible como sigue: antes del Prestige, las ciencias marinas crec¨ªan a muy buen ritmo, y en parte por eso empez¨® a haber problemas. Problemas, por ejemplo, de falta de tiempo en los buques disponibles. El Garc¨ªa del Cid, del CSIC, se destina a investigaci¨®n costera, no oce¨¢nica; el Cornide de Saavedra, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, desarrolla sobre todo proyectos de este organismo, pocos en relaci¨®n al total, con un equipamiento cient¨ªfico restringido. As¨ª que s¨®lo queda el Hesp¨¦rides, el m¨¢s moderno y codiciado por los investigadores, capaz de hacer campa?as en cualquier oc¨¦ano y tambi¨¦n en la Ant¨¢rtida ?algo para lo que no ha sido concebido el Sarmiento?. Pero para una demanda en auge, el Hesp¨¦rides no bastaba. Y en ¨¦sas est¨¢bamos cuando lleg¨® el Prestige. Los recursos se concentraron en las costas gallegas, con lo que el resto de la investigaci¨®n se qued¨®, dice Duarte, "en dique seco". La guinda fueron las obras de media vida del Hesp¨¦rides, obligatorias para todo buque y, por tanto, ya previstas, pero muy inoportunas y largas: m¨¢s de un a?o de espera para una comunidad ya semiparalizada.
El resultado: "una situaci¨®n de colapso absoluto" y "muy preocupante", seg¨²n los autores del informe del CSIC, entre ellos Duarte y Da?obeitia. Entre 2002 y 2006 hubo un 70% menos de proyectos europeos liderados por investigadores espa?oles que en el mismo periodo anterior.
Con este trasfondo, ?c¨®mo no va a ser emotiva y prolija en detalles la visita al Sarmiento? Casi cinco a?os y 42,2 millones de euros despu¨¦s del Prestige ?cifra que incluye el equipamiento cient¨ªfico y que procede del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia (59,5%), el CSIC (20,5%) y la Xunta de Galicia (20%)?, los investigadores est¨¢n que se salen, y no pueden evitar demostrarlo. El Sarmiento es un buque oceanogr¨¢fico multiprop¨®sito, para cubrir todas las ¨¢reas de ciencias marinas: biolog¨ªa, geof¨ªsica, pesquer¨ªas, sedimentos marinos, interacci¨®n entre atm¨®sfera y oc¨¦ano?
Contribuye a la alegr¨ªa de los investigadores en ciencias marinas un factor m¨¢s, algo que podr¨ªa llamarse la "coyuntura cient¨ªfica internacional": el Sarmiento de Gamboa llega en un momento en el que la ciencia en general se vuelve hacia el mar. En los ¨²ltimos a?os, investigadores de cada vez m¨¢s ¨¢reas buscan respuestas en los oc¨¦anos. Adem¨¢s est¨¢n reci¨¦n estrenados otros buques de investigaci¨®n europeos, como el GO Sars noruego (2003), el Pourquoi Pas? franc¨¦s (2006) o el James Cook brit¨¢nico (2007). Coincidencia o visi¨®n de la jugada, lo cierto es que las instituciones responsables de estos buques trabajan ya en un plan de uso conjunto, para intercambiar recursos y aprovechar la sinergia de medios y necesidades.
Volvamos al barco. Adem¨¢s del laboratorio principal hay otro de an¨¢lisis, otro de qu¨ªmica y otro termorregulado. M¨¢s una zona de disecci¨®n. Hay salas para equipos electr¨®nicos y para procesar datos. Las muestras se almacenar¨¢n en varias neveras y congeladores. En total, m¨¢s de 450 metros cuadrados para laboratorios y locales de trabajo, y otros 150 para zonas de uso com¨²n. El comedor y las cocinas, en la cubierta superior, son "muy amplios, un lujo para este tipo de barcos; pero es un ¨¢rea b¨¢sica para el intercambio de comentarios del d¨ªa", dice Arturo Castell¨®n. Tambi¨¦n hay sala de reuniones, gimnasio y biblioteca.
Habr¨¢ hasta 25 cient¨ªficos viviendo en el barco, m¨¢s 16 tripulantes. A lo largo de los 45 d¨ªas que durar¨¢ como m¨¢ximo una campa?a ?el tiempo de autonom¨ªa del Sarmiento de Gamboa?, los grupos de investigaci¨®n usar¨¢n las instalaciones en turnos de 24 horas: un d¨ªa de buque cuesta 25.000 euros, y el trabajo se planifica en consecuencia. "En una campa?a es muy raro eso de dormir ocho horas. Las jornadas duran 12, 16 horas", dice Castell¨®n.
Llegamos a una de las maravillas tecnol¨®gicas del buque: la h¨¦lice transversal, indispensable para manejar un robot submarino. Su habilidad consiste en mantener la posici¨®n del barco con derivas de s¨®lo unos cent¨ªmetros, gracias en parte a un cerebro que recibe informaci¨®n de sensores de balanceo, veloc¨ªmetros y aer¨®metros.
Otra parada obligada son las quillas retr¨¢ctiles. Como torres huecas de acero ?tres metros de largo por casi un metro de ancho?, las quillas albergar¨¢n los instrumentos usados para estimar la biomasa. Durante las campa?as bajar¨¢n hasta cuatro metros por debajo del buque, y los instrumentos lanzar¨¢n un eco cada dos segundos: el haz rebotar¨¢ en los organismos que encuentre a su paso y generar¨¢ una se?al, se?al que dar¨¢ pistas sobre qu¨¦ especies hay, y en qu¨¦ cantidad, en la columna de agua bajo el buque. Tambi¨¦n habr¨¢ instrumentos para estudiar las corrientes marinas, midiendo la velocidad a la que se acercan o alejan determinados organismos.
Las quillas retr¨¢ctiles no son lo ¨²nico interesante en los bajos del Sarmiento de Gamboa. Est¨¢ la g¨®ndola, el ejemplo perfecto de tecnolog¨ªa puntera sumergida y, por tanto, invisible. Se trata de un ap¨¦ndice de m¨¢s de nueve metros con forma hidrodin¨¢mica que cuelga del casco y que contiene instrumentaci¨®n para, entre otras cosas, ver el fondo oce¨¢nico en tres dimensiones con gran detalle.
Aqu¨ª todo lo relacionado con el sonido es clave; por algo tan simple como que la luz no viaja bien en el agua, pero s¨ª el sonido. Otro de los retos tecnol¨®gicos ha sido escoger o dise?ar cada elemento del buque de forma que la navegaci¨®n resulte lo m¨¢s silenciosa posible. Un detalle nada trivial, adem¨¢s, para el medio ambiente marino y los residentes en el buque.
Otra ventaja tecnol¨®gica, de momento invisible en el Sarmiento, es el streamer que podr¨¢ llevar arrastrando: un cable de seis kil¨®metros lleno de hidr¨®fonos que emiten ondas ac¨²sticas. Las ondas penetran en la corteza terrestre, y su reflejo permite a los investigadores reconstruir con gran detalle las capas de la corteza y hasta la parte superior del manto terrestre a m¨¢s de diez kil¨®metros de profundidad.
El Sarmiento de Gamboa est¨¢ ya en el agua y a punto de ser entregado, pero no se empezar¨¢ a hacer ciencia con ¨¦l hasta 2008. Y aunque a¨²n no hay fecha para seleccionar los primeros proyectos de investigaci¨®n, probablemente m¨¢s de uno est¨¢ ya tomando forma en las cabezas de los investigadores. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s ans¨ªan hacer con ¨¦l?
Carlos Duarte no duda en poner el ¨¦nfasis en lo relacionado con el cambio clim¨¢tico: "Ayudar¨¢ a resolver cuestiones tan fundamentales como la importancia del oc¨¦ano como sumidero de di¨®xido de carbono y su papel en la regulaci¨®n clim¨¢tica del planeta".
Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) fue navegante, cosm¨®grafo, matem¨¢tico, soldado, historiador y estudioso de las lenguas cl¨¢sicas. ?l fue quien recomend¨® a Felipe II poblar y fortificar el estrecho de Magallanes, donde fue gobernador y capit¨¢n general. Ahora la Xunta de Galicia ha escogido su nombre para un buque que deber¨ªa repoblar y fortificar la investigaci¨®n marina en Espa?a.
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