Hay marea
Los seres humanos somos de estirpe tremenda, tenemos voluntad tan desmedida que nos creemos fuera del mundo, sin comprender que nuestro dominio sobre ¨¦l es relativo y moment¨¢neo. Somos parte de un todo y obedecemos a las reglas de la f¨ªsica y de la qu¨ªmica. Nos afectan el sol y la luna, que mueve las mareas de los oc¨¦anos.
No somos minerales, somos m¨¢s l¨ªquidos de lo que creemos o quisi¨¦ramos y dentro llevamos lunas, estaciones y oscilaciones. Tambi¨¦n las sociedades que formamos se mueven seg¨²n ciclos y ritmos. Somos oc¨¦ano, tenemos mareas.
Esas cosas se viven como se viven las cosas, sin saberlo. Galicia vive ahora un movimiento profundo, se desliza arena por el fondo y se mueven las corrientes del agua, es una corriente de arrastre tan sorda e imperceptible como imparable. El oc¨¦ano a veces sacude y golpea, es bello y temible, pero su verdadera fuerza est¨¢ en la lentitud, es implacable. Galicia est¨¢ ahora llevada por una de esas corrientes de fondo.
Hace dos a?os, que dos a?os no son nada, hubo aqu¨ª un cambio pol¨ªtico. Hubo quien crey¨® que aquella ola era un capricho inesperado del mar, que volver¨ªa enseguida la calma al mismo horizonte inamovible, y por ello hubo quienes se resistieron a reconocer el nuevo poder pol¨ªtico, como quien no acepta la bajada y la subida de la marea. Que los pol¨ªticos no pudiesen aceptar su derrota s¨®lo evidencia su condici¨®n humana, a todos nos duele encajar una ca¨ªda o un golpe, pero que hubiese empresas que actuasen para negar y combatir al nuevo gobierno que la ciudadan¨ªa gallega se hab¨ªa dado demuestra hasta qu¨¦ punto el poder pol¨ªtico de la derecha hab¨ªa sido duro y c¨®mo hab¨ªa estrechado unos lazos inextricables e indeseables con todo tipo de poderes f¨¢cticos.
Todas las campa?as electorales tienen algo de empalagoso, son como un d¨ªa de fiesta en que se come y bebe m¨¢s de lo debido, celebraciones que llegan al hast¨ªo. Pero para los gallegos ¨¦sta ha sido algo distinta porque todo es distinto, realmente todo se mueve y todo est¨¢ en juego, las elecciones municipales son apuestas locales pero por encima hay un tablero de juego gallego en el que, seg¨²n indican las encuestas, el cambio pol¨ªtico en la Xunta se va a extender al poder local, a ayuntamientos y diputaciones.
Ello hay que encuadrarlo por fuerza en una tendencia de conjunto en la sociedad espa?ola. Lo m¨¢s indicativo de ello es la exasperaci¨®n que ha manifestado la derecha y que centr¨® la campa?a, no creo que se pueda ir mucho m¨¢s all¨¢ en proferir barbaridades como las que hemos o¨ªdo y le¨ªdo estos d¨ªas pasados. Despu¨¦s de animar a ejercer la insumisi¨®n a las leyes y reclamar el derecho de conducir bebido sin l¨ªmite de velocidad, no han cesado de invocar a la Guerra Civil, ETA, Batasuna..., todos esos y otros m¨¢s son los fantasmas que acudieron a sus m¨ªtines en esta campa?a. Realmente da un poco de miedo pensar en ir a un mitin con tanto fantasma terror¨ªfico.
No creo que basten los an¨¢lisis de las estrategias partidistas para explicar a tanta gente n¨¢ufraga que predica apocalipsis ¨²ltimamente en la vida p¨²blica espa?ola. Un batall¨®n de sic¨®logos debieran analizar ciertos medios madrile?os para saber qu¨¦ est¨¢ pasando, no puede ser s¨®lo el m¨¢s vil partidismo, realmente hay gente que por un motivo u otro se ha ido adentrando en una realidad particular aparte. Pero el marco delirante del bipartidismo espa?ol no oculta que aqu¨ª se dirime un asunto propio y distinto.
Como el voto es de cada uno, nadie puede saber el resultado de la votaci¨®n de hoy, pero parece evidente que se va a consolidar el cambio pol¨ªtico. Se acab¨® la ¨¦poca de la Galicia conservadora que ya parec¨ªa ser la verdadera naturaleza del pa¨ªs, lo m¨¢s probable es que vamos a tener un poder pol¨ªtico progresista consolidado. En ese caso se acabar¨¢ con cualquier sombra de provisionalidad, con cualquier duda sobre la legitimidad para gobernar, la actual Xunta tendr¨¢ toda la fuerza que pueda tener. Si eso se confirma hace dos a?os habr¨¢ comenzado una legislatura; hoy, un nuevo ciclo pol¨ªtico.
Nadie puede asegurar que ese nuevo ciclo salga bien. Pero seguro que es bueno que cualquier pa¨ªs, este tambi¨¦n, tenga nuevas oportunidades. Aqu¨ª ensayamos durante muchos a?os el gobierno conservador con mayor¨ªas absolutas y gran poder local. La derecha tuvo todas las oportunidades, es razonable que podamos permitirnos ensayar otra f¨®rmula. Creo que nos lo merecemos. A ver.
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