?Qui¨¦n quiere la cantera de Nigeria?
Un bufete ofrece a los clubes espa?oles los mejores juveniles del pa¨ªs a cambio de donaciones
Wole Soyinka, el premio Nobel nigeriano de literatura, suele referir que la ra¨ªz de gran parte de los problemas de los pueblos africanos hay que buscarla en el tr¨¢fico de esclavos organizado por los ¨¢rabes en los vestigios de la historia y en la edad moderna por las potencias coloniales europeas y norteamericanas. Soyinka, claro, habla de las grandes tragedias: matanzas, guerras y hambrunas. Pero su discurso tambi¨¦n podr¨ªa aplicarse a dramas m¨¢s peque?os e igualmente desoladores. Por ejemplo, a la situaci¨®n de los miles de j¨®venes que quieren huir de la miseria jugando al f¨²tbol.
En diferentes ciudades de Nigeria, el pa¨ªs m¨¢s poblado de ?frica, el m¨¢s rico futbol¨ªsticamente, funciona, desde que Kasimawo Laloko la puso en marcha en 1992, la Pepsi Football Academy, 12 escuelas de f¨²tbol en las que unos 50 entrenadores preparan a m¨¢s de 3.000 chavales de entre 12 y 18 a?os. Su vida transcurre entre la chabola y el campo. Es la gran cantera nigeriana. El vivero del que se nutren los grandes clubes, del que salen la mayor¨ªa de los jugadores que llegan a las Ligas europeas.
El Valencia y el Sevilla han rechazado la oferta, que s¨®lo permite fichar a jugadores de 18 a?os, como exige la FIFA
El sue?o de la mayor¨ªa. La emboscada. Por los alrededores de los campos de la academia pululan decenas de agentes, especialistas en sortear las normas de la FIFA, que proh¨ªben la contrataci¨®n como profesionales de menores de 18 a?os; especialistas en traficar con aprendices de futbolistas, que emprenden aventuras que muchas veces terminan en la miseria y el desarraigo. "Su modus operandi es sencillo y bien conocido", explica Rodrigo Garc¨ªa, del bufete de abogados Cuatrecasas; "los agentes abordan a los chicos de 15 o 16 a?os, les falsifican un pasaporte, les falsifican la edad y se los llevan. Los agentes crean un club imaginario que se hace con los derechos de los futbolistas y los traspasan a clubes escandinavos, especialmente de Noruega, pa¨ªses con leyes de inmigraci¨®n progresistas y avanzado derecho de asilo. All¨ª est¨¢n unos meses, los suficientes para limpiar su pasado y obtener papeles buenos, y de all¨ª dan el salto a las grandes Ligas". Los jugadores desaparecen y la academia se queda sin percibir los derechos de formaci¨®n y solidaridad regulados por la FIFA.
Ante este problema, los abogados de Cuatrecasas tuvieron una idea que evitar¨ªa las desapariciones; que permitir¨ªa controlar la escuela, cerrarla a los agentes traficantes, cobrar todos los derechos de las potencias coloniales, y que supondr¨ªa una fuente de ingresos que sumar a los poco m¨¢s de 200.000 euros que anualmente proporciona Pepsi Cola, adem¨¢s de ofrecer a los j¨®venes un incentivo para permanecer controlados en la academia hasta los 18 a?os. "Se trata de que un club europeo de primera l¨ªnea se implique en el control de la cantera", explica Garc¨ªa; "que, por una inversi¨®n de unos dos millones de euros por cuatro a?os de convenio, el club se haga con los cuatro jugadores que m¨¢s le gusten de entre los que cumplen 18 a?os. A cambio, se ahorra los gastos de formaci¨®n y solidaridad y se hace con el 75% de los derechos econ¨®micos de los jugadores, a los que puede traspasar, ceder o incluir en su plantilla. El 25% restante ser¨ªa para la academia, que lo invertir¨ªa en la universidad del f¨²tbol, residencia y programa educacional para j¨®venes de 16 a 18 a?os".
Tan atractiva como suena, la idea, sin embargo, no acaba de seducir a los clubes espa?oles a los que se les ha propuesto: el Valencia, que tiene otros planteamientos, m¨¢s centrados en Suram¨¦rica; el Sevilla, que tiene el problema de contar como patrocinador con Coca Cola, rival de Pepsi, y el Villarreal, que se lo est¨¢ pensando. "En Italia es m¨¢s complicado por cuestiones fiscales", dice Garc¨ªa; "pero seguramente en Francia, m¨¢s abierta a ?frica, daremos con el club que ayude a acabar con la injusticia".
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