Zapatero apuesta ahora por rebajar el perfil de la Constituci¨®n europea
Quien fue adalid de la Constituci¨®n europea, hasta el punto de promover el primer refer¨¦ndum de ratificaci¨®n del texto fundamental aprobado por los 25 en 2004 -el primero y casi el ¨²nico, ya que s¨®lo Luxemburgo sigui¨® el ejemplo-, puede apostar hoy por depurar aquel acuerdo de todas sus implicaciones constitucionales. Eso es, al menos, lo que se propone hacer el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero, al asumir personalmente la negociaci¨®n del tema con los dem¨¢s l¨ªderes.
La ronda comenzar¨¢ hoy por la tarde, cuando llegue a La Moncloa el primer ministro holand¨¦s, Jan Peter Balkenende. "Desconstitucionalizar" es la palabra clave. La han acu?ado los socios para resumir su empe?o de "simplificar" -en la pr¨¢ctica recortar dr¨¢sticamente- el texto ya aprobado "sin desnaturalizarlo ni romper sus equilibrios internos". Algo as¨ª como la cuadratura del c¨ªrculo.
Un experto diplom¨¢tico describe el ejercicio como la elaboraci¨®n del cl¨¢sico c¨®ctel europeo con suficientes elementos para que cada cual pueda decir que tiene lo que quiere. Los que rechazan el Tratado -Francia, Holanda, Reino Unido, Polonia y Rep¨²blica Checa- dir¨¢n que la Constituci¨®n ha muerto y que el nuevo acuerdo no tiene nada que ver con el de hace tres a?os. Los 22 restantes, de los que 18 han ratificado ya el texto de 2004, lo presentar¨¢n como un paso hacia la integraci¨®n europea, que retiene toda la sustancia y el valor pr¨¢ctico del precedente.
Problemas de Balkenende
Balkenende es uno de los l¨ªderes que m¨¢s dificultades plantea para llegar a ese resultado. El otro es el presidente de Polonia, Lech Kaczinski, que se niega a renunciar al sistema decisorio aprobado el a?o 2000 en Niza, con tantas ventajas para polacos y espa?oles.
Los problemas que suscita Holanda son de otra ¨ªndole. Zapatero ha preparado especialmente la respuesta a dos ideas que maneja Balkenende. Una es que los Parlamentos nacionales puedan limitar la actividad normativa de la Comisi¨®n Europea, vet¨¢ndole campos concretos. La otra es que hay que reducir dr¨¢sticamente las 40 nuevas materias susceptibles de ser decididas por mayor¨ªa cualificada introducidas en el Tratado constitucional.
Espa?a se muestra contraria a ampliar los derechos de veto de los Parlamentos nacionales al amparo del principio de subsidiariedad y considera que este tipo de desarrollo choca frontalmente con el Parlamento Europeo. No tendr¨ªa inconveniente, en cambio, en que cayera alg¨²n tema de mayor¨ªa cualificada, salvo porque se adhiere firmemente a lo establecido por la presidencia alemana: que todo lo relativo a las decisiones forma parte del cap¨ªtulo institucional y que, si se reabre ¨¦ste, la negociaci¨®n nunca llegar¨¢ a puerto.
Por lo dem¨¢s, moneda, bandera y dem¨¢s s¨ªmbolos supranacionales, incluida la expresi¨®n constitucional de la supremac¨ªa del derecho comunitario, son negociables para una visi¨®n espa?ola empe?ada, ante todo, en que se supere el actual punto muerto.
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