Un ambicioso proyecto
El autor sostiene que sentar las bases para impulsar la Uni¨®n del Mediterr¨¢neo es vital y representa un desaf¨ªo en toda regla para los pa¨ªses ribere?os.
El pasado d¨ªa 6, Nicol¨¢s Sarkozy coloc¨® a la Uni¨®n del Mediterr¨¢neo (UM) en el centro de su proyecto. Esta decisi¨®n, que ha creado fuertes expectativas en los pa¨ªses de la orilla sur, es tambi¨¦n muy importante para los de la orilla norte. Despu¨¦s de tantos fracasos euromediterr¨¢neos es indispensable -para no decepcionar- sentar las bases de este proyecto durante la presidencia portuguesa de la UE y realizar un primer esquema institucional antes de finalizar la presidencia francesa en 2008. El encuentro de hoy en Madrid entre el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y Sarkozy podr¨ªa ser una ocasi¨®n importante para hacer avanzar el proyecto.
El Consejo de Cooperaci¨®n Econ¨®mica (CCE) -que presido hasta 2008 y que trabaja en este proyecto desde hace dos a?os- iniciaba el pasado d¨ªa 6 una misi¨®n de 15 d¨ªas por los pa¨ªses del Norte de ?frica, en el marco de la elaboraci¨®n del Plan de Acci¨®n para el Mediterr¨¢neo occidental, que el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, nos ha confiado. Gracias al apoyo de nuestros gobiernos y a la colaboraci¨®n de sus embajadores en la regi¨®n, incorporamos a nuestro grupo de trabajo a los principales l¨ªderes econ¨®micos de Argelia, Egipto, Libia, Marruecos y T¨²nez.
Los pa¨ªses del sur quieren acceso al consumidor europeo, y nosotros, la seguridad
Sin prejuzgar las conclusiones de los trabajos, nuestros encuentros permitieron clarificar la importancia de los desaf¨ªos, definir el primer per¨ªmetro para la construcci¨®n de la Uni¨®n del Mediterr¨¢neo e identificar un m¨¦todo para facilitar su nacimiento.
La UM representa claramente un desaf¨ªo para los pa¨ªses de las dos orillas. En efecto, una situaci¨®n de inestabilidad en Ir¨¢n o en Irak, en la orilla sur del Mediterr¨¢neo, tendr¨ªa consecuencias incalculables para nuestros pa¨ªses. En cambio, la creaci¨®n de una zona pr¨®spera y estable en la regi¨®n ser¨ªa muy beneficiosa para los pa¨ªses de la orilla norte. Esto colocar¨ªa el centro de gravedad de Europa en el sur mediterr¨¢neo y permitir¨ªa dinamizar un mercado de 150 millones de consumidores, en el cual nosotros contamos con evidentes ventajas.
El proceso de Barcelona buscaba ese mismo objetivo, y fracas¨® porque fue muy ambicioso. La UE no comenz¨® por la uni¨®n de sus 27 Estados actuales sino por la cooperaci¨®n econ¨®mica entre seis pa¨ªses en torno al mercado del carb¨®n y del acero. Para alcanzar igual resultado en el Mediterr¨¢neo es preciso seguir un proceso similar y proceder por etapas.
En el sur, encontramos, de hecho, dos mediterr¨¢neos: uno asi¨¢tico, marcado por un n¨²mero importante de focos de inestabilidad; el otro, africano, m¨¢s estable. Si bien es cierto que a largo plazo el proyecto de la UM deber¨¢ ser global, es evidente que para obtener resultados concretos r¨¢pidamente es necesario comenzar por una primera fase norteafricana.
Del lado europeo, el proceso de Barcelona ten¨ªa demasiados actores con intereses divergentes, cuando los pa¨ªses realmente interesados por el Mediterr¨¢neo son los cuatro del Arco Latino: Espa?a, Francia, Italia y Portugal (de donde procede el 65% de las inversiones extranjeras en el Norte de ?frica). Teniendo en cuenta este conjunto de pa¨ªses, conviene identificar los sectores para poner en marcha una cooperaci¨®n reforzada. En este aspecto, tambi¨¦n Barcelona ambicionaba demasiado. Hay que privilegiar pocos sectores, como la CECA (Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero). Pero ?cu¨¢les?
La gesti¨®n com¨²n de los recursos humanos debe ser nuestro acero. La orilla sur mediterr¨¢nea cuenta con una importante poblaci¨®n joven, poco formada, y con tasas de desempleo superiores al 30%, lo que representa graves riesgos para el futuro. En cuanto a Europa, estar¨¢ obligada a incrementar sensiblemente su n¨²mero de inmigrantes para mantener sus equilibrios econ¨®micos. La ONU estima que Francia necesitar¨¢ 5,5 millones de inmigrantes de 2010 a 2050. Para equilibrar la oferta y la demanda es necesario llevar a cabo una ambiciosa pol¨ªtica de formaci¨®n, codirigida por los pa¨ªses de las dos orillas del Mediterr¨¢neo, lo que contribuir¨ªa al mismo tiempo a reducir las diferencias culturales.
Nuestro carb¨®n es evidentemente la energ¨ªa. En 2010, las exportaciones de gas del Norte de ?frica (116.000 millones de metros c¨²bicos) ser¨¢n casi equivalentes a la totalidad de las necesidades actuales de los cuatro pa¨ªses citados del Arco Latino.
Los pa¨ªses del sur quieren tener acceso al consumidor europeo. Nosotros queremos la seguridad. ?Encontremos r¨¢pido un acuerdo!. El agua y las comunicaciones podr¨ªan ser igualmente sectores a explorar.
Queda por definir el motor de esta primera etapa. Nosotros consideramos indispensable el di¨¢logo entre los l¨ªderes econ¨®micos de los nueve pa¨ªses, con el apoyo de los gobiernos respectivos. Desde 2003, el CCE -que re¨²ne, bajo el padrinazgo permanente de los gobiernos del Arco Latino, a los grandes dirigentes con¨®micos de los pa¨ªses de la orilla norte- trabaja por la integraci¨®n y el crecimiento de la regi¨®n. El gran inter¨¦s hacia nuestro plan mostrado por las 134 personalidades econ¨®micas y gubernamentales con las que nos reunimos durante nuestra misi¨®n norteafricana, nos condujo a asociar este componente de nuestro grupo de trabajo a un Consejo para el Codesarrollo del Mediterr¨¢neo.
Para triunfar solo faltaba un mensaje pol¨ªtico fuerte que diera el ox¨ªgeno suficiente al proyecto de la Uni¨®n del Mediterr¨¢neo. Nicolas Sarkozy supo expresar este mensaje. Igualmente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha demostrado siempre una gran sensibilidad sobre el tema del Mediterr¨¢neo, y durante la ¨²ltima cumbre hispano-italiana promovi¨® la idea del CCE de crear una agencia para el desarrollo en la regi¨®n. Desde ahora podemos mantener las esperanzas... si logramos conjugarlas con nuestros esfuerzos.
Andrea Canino es presidente del Consejo de Cooperaci¨®n Econ¨®mica, bajo el padrinazgo permanente de los gobiernos espa?ol, franc¨¦s, italiano y portugu¨¦s.
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