Mamporros en el tren
El viernes 18 de mayo, a las 23.15 horas aproximadamente, hubo una pelea de notables proporciones en el vag¨®n de un tren que iba de Barcelona hacia Terrassa. La pelea, en la que participaron m¨¢s de una docena de personas, sembr¨® el temor en el resto del pasaje, que ve¨ªa como aquello iba a m¨¢s sin que nadie se atreviera a hacer nada para evitarlo. Finalmente, llegando el tren a la estaci¨®n de Sabadell Sur, un pasajero bastante preocupado tuvo la idea de tirar de la manivela de alarma. Cre¨ªa el hombre, como as¨ª fue, que el tren se parar¨ªa y que el maquinista, al menos, acudir¨ªa para ver lo que ocurr¨ªa y que ¨¦ste s¨ª sabr¨ªa que se debe hacer en estos casos. El maquinista acudi¨®, vio el pastel y se inhibi¨® por completo. Volvi¨® a su cub¨ªculo y reemprendi¨® la marcha. Hasta aqu¨ª la versi¨®n de S. M., pasajero que iba en el vag¨®n de marras con un susto bastante considerable, porque los mamporros que repart¨ªan los energ¨²menos no reparaban especialmente en el destinatario final. En estos casos, siempre se puede perder una torta y luego que te quiten lo bailado.
La queja lleg¨® al diario unos d¨ªas despu¨¦s. Pero Renfe carec¨ªa por completo de informaci¨®n sobre el incidente. Por lo o¨ªdo, el maquinista no crey¨® oportuno dar parte de ello. Adem¨¢s, se dir¨ªa que los sistemas de control de la empresa son tan fr¨¢giles que no registran un incidente como el que se relata, es decir, que un pasajero tire de la manivela de alarma y pare el convoy.
Pero, adem¨¢s, se da la circunstancia de que se sabe que en esa l¨ªnea hay peleas todos los fines de semana, de modo que S. M. se pregunta c¨®mo es posible que no hubiera nadie de la empresa de seguridad contratada por Renfe para estos casos. ?D¨®nde vigilan? En los trenes del sentido contrario. Lo que ocurre es que las peleas son especialmente frecuentes en los trenes que parten de Terrassa con destino a Barcelona, de modo que los vigilantes se sit¨²an en los convoyes que llevan ese sentido. De modo que el que quiere juerga en forma de lucha libre, tiene suficiente con montarse en los trenes que llevan el sentido contrario. All¨ª no hay vigilantes. Por cierto, en las estaciones tampoco, porque lo que hizo la gente fue abandonar el tren en la estaci¨®n siguiente. Incluso los de la pendencia se bajaron y se fueron con los golpes a otra parte. A saber d¨®nde paran los seguratas. S. M., que utiliza el tren con frecuencia en fin de semana, y no por motivos de puro ocio, asegura que es casi sistem¨¢tico: los agentes de seguridad est¨¢n donde no hay pelea y no est¨¢n donde la hay. No deja de ser una forma descansada de ganarse la vida.
Para quejas relacionadas con los servicios p¨²blicos (administraciones y empresas) pueden dirigirse a Catalunya@elpais.es a la atenci¨®n de Francesc Arroyo.
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