Hegemon¨ªa invisible
Con ser la opini¨®n p¨²blica en Espa?a mayoritariamente de izquierda y centro-izquierda, la derecha es hegem¨®nica. La mayor parte de las ideas que extienden los medios de comunicaci¨®n, tambi¨¦n las establecidas entre buena parte de la poblaci¨®n, y la visi¨®n dominante sobre la vida p¨²blica es patrimonio de la derecha. Se podr¨ªa decir que la mayor¨ªa de los ciudadanos espa?oles vota instintivamente a la izquierda, aunque est¨¢ confundida ante la cosa p¨²blica.
Ese conjunto de ideas dominantes tiene matriz nacionalista. No es raro que los dirigentes de la derecha invoquen una y otra vez a la "naci¨®n espa?ola" pues la definici¨®n esencialista de Espa?a es patrimonio suyo, aunque sea aceptada y compartida por personas de izquierdas. Crear ansiedad con eso es una t¨¢ctica l¨®gica de su nacionalismo, un nacionalismo que es causa y, a posteriori, efecto de los otros nacionalismos con los que dialoga.
La supremac¨ªa del nacionalismo espa?ol y su hegemon¨ªa se demuestran de modo claro en que los otros nacionalismos se definen a s¨ª mismos como tales, mientras que el nacionalismo espa?ol se tiene por "lo natural", "lo de siempre", "la Espa?a de siempre". De ese modo, identifica su idea de Espa?a con la Espa?a misma, en una falsa pero aparente tautolog¨ªa. Su Espa?a niega, como siempre, a una parte sustancial de los ciudadanos, pero eso no es importante para quien busca no el gobierno democr¨¢tico sino la dominaci¨®n. La ideolog¨ªa nacionalista es fuerte porque, adem¨¢s de tener el poder de lo irracional, se hace invisible. Es transparente, pero su dominio es duro. Y la verdadera due?a del nacionalismo espa?ol es la derecha, nadie se enga?e.
La preponderancia de esa ideolog¨ªa nacionalista es posible porque la izquierda no ha sido capaz de reunir en un argumento cabal lo que Espa?a realmente es y lo que puede o debe ser. As¨ª pues, la idea dominante de Espa?a, casi la ¨²nica, es la que nos vino dada, la de la derecha nacionalista, la de "la gente normal".
Van transcurriendo las d¨¦cadas y persiste la dial¨¦ctica nacionalista interna, con el dramatismo que a?ade el reactivo de los cr¨ªmenes y coacciones del terrorismo vasco, as¨ª que es l¨®gico que algunas partes de la sociedad se angustien ante lo que sienten como una amenaza a su propia identidad. Esa ansiedad nacional que fluye por la ciudadan¨ªa est¨¢ siendo utilizada por la derecha espa?ola como un instrumento desestabilizador.
Por otra parte, la izquierda no ha sabido o podido explicar que la ¨²nica Espa?a posible es la que refleje qui¨¦nes somos. Y que somos los que estamos. Que una sociedad democr¨¢tica, un pa¨ªs hoy, no es un mineral creado por Yahv¨¦ o un mandato hist¨®rico de los visigodos, sino un devenir com¨²n, siempre discutible y conflictivo, y, sobre todo, un pacto de convivencia. La Espa?a democr¨¢tica, la ¨²nica que garantiza su existencia sin recurrir a guerras civiles, es la del di¨¢logo y el pacto, la que se construye por agregaci¨®n de ciudadanos y comunidades.
Espa?a es contemplada hoy desde Europa y desde el mundo en general con inter¨¦s por la econom¨ªa, por las reformas sociales y el reconocimiento de nuevos derechos ciudadanos o por ambas cosas a la vez, y sin embargo dentro es totalmente dominante la visi¨®n de la derecha. Seg¨²n esa visi¨®n, todo son problemas, si Espa?a antes "iba bien" ahora va fatal. El culpable es el presidente del Gobierno, quien bien puede ser insultado. Circulan con naturalidad las monedas falsas que los estrategas de la derecha han puesto en circulaci¨®n: el Partido Socialista no gan¨® por propios m¨¦ritos las elecciones, a pesar de lo que dec¨ªan las encuestas aquellos d¨ªas, sino gracias a los terroristas; los terroristas del 11-M son vascos o isl¨¢micos, nunca se sabr¨¢ totalmente; los autores intelectuales andan por aqu¨ª, entre nosotros, y mejor no se?alar pero ya se sabe; este Gobierno, haciendo lo que otros han hecho antes, traiciona ahora a las v¨ªctimas; las v¨ªctimas significativas son las de ETA y todas ellas, con independencia de qu¨¦ partido fuesen en vida, son los nuevos "ca¨ªdos"; Espa?a se rompe en Catalu?a... bueno, en el Pa¨ªs Vasco... bueno, en concreto en Navarra... bueno, se rompe en general.
Y aqu¨ª estamos, despu¨¦s de las elecciones municipales, discutiendo la agenda que nos imponen: ?es leg¨ªtimo que los candidatos socialistas pacten alcald¨ªas? (Y, hablemos claro, ?no debiera el sistema pol¨ªtico espa?ol ser un bipartidismo absoluto e ilegalizados, por tanto, los dem¨¢s partidos?) ?No debiera acaso gobernar la lista m¨¢s votada, o sea la suya? (Bueno, hace unos a?os hubo quien para gobernar pact¨® con nacionalistas vascos y catalanes. ?Pero aquello era otra cosa!)
Discutimos todo eso como si hubiese que discutirlo. Si atendemos al conjunto de los medios de comunicaci¨®n, vemos que la derecha no s¨®lo es hegem¨®nica ideol¨®gicamente, sino que tambi¨¦n es due?a de la agenda de la actualidad. Lo raro es que la gente, a pesar de todo, le haya dado m¨¢s el gobierno y la mayor¨ªa del poder local a la izquierda. No s¨¦ por qu¨¦ no obedecen de una vez a los medios y a la mayor¨ªa de los opinadores. Hay gente retorcida.
Pero tambi¨¦n nos obligan a dar vueltas, como burro con orejeras en la noria, alrededor del resultado madrile?o. Y ah¨ª la verdad es que no se comprende que haya votado tanta gente a la izquierda. Tiene m¨¦rito con el chaparr¨®n que les cae, con el ahogo medi¨¢tico de los predicadores y con la incapacidad de socialistas e Izquierda Unida para hacer su crisis renovadora de fondo. Llevan as¨ª lustros y aun d¨¦cadas.
Pero no creo que el Gobierno de Madrid o cualquier otro se consiga y se mantenga con meras ocurrencias y a golpe de dinero para obras p¨²blicas si no se gana tambi¨¦n la batalla de las ideas. Esta derecha combate encarnizadamente m¨¢s en el ¨¢mbito de la ideolog¨ªa y sus fantasmas que en el de la pol¨ªtica. Desde la izquierda o desde una posici¨®n simplemente democr¨¢tica es necesario ofrecer una idea de Espa?a y de la sociedad alternativa y defenderla con coherencia. Lo que ha llevado adelante este Gobierno es, en conjunto, lo m¨¢s razonable en este pa¨ªs que es complejo y diverso. La realidad existe y lo m¨¢s razonable es lo m¨¢s razonable. Falta que la izquierda ofrezca con convicci¨®n unas ideas propias de Espa?a y de la sociedad. Y que no son las mismas que las de la derecha.
Suso de Toro es escritor.
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