Dominique A trae a Santiago su visi¨®n moderna de la 'chanson'
El posible trazado del mapa de la nueva canci¨®n de autor europea incluye parada obligatoria en la obra del franc¨¦s Dominique A. Con ocho discos en la calle -L'horizon, de 2006, es el ¨²ltimo-, militantemente indie pero consciente de los or¨ªgenes nacionales de su propuesta musical, Dominique A apenas dej¨® butacas vac¨ªas durante su concierto del pasado s¨¢bado en la sala central del Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela. La ruidosa, afirmativa, respuesta del p¨²blico contrast¨® con la solemnidad que, pese a los gui?os ir¨®nicos de algunas letras, campa sobre los temas del franc¨¦s.
Dominique A eligi¨® Galicia para cerrar la gira de presentaci¨®n de L'horizon. El marco, el ciclo municipal Sons da diversidade, una extra?a y coherente lista de m¨²sicos no estadounidenses que abarca de Adriana Calcanhoto a Goran Bregovic, de Toumani Diabat¨¦ a Lluis Llach. Con un "graci?as" y un "he aprendido algunas cosas antes del conceirto" que mostr¨® su inter¨¦s circunstancial por la lengua gallega, Dominique A abri¨® la actuaci¨®n composteana. Aunque centr¨® el repertorio en su grabaci¨®n del a?o pasado, el autor de Tout sera comme avant salpic¨® el concierto de temas de sus otras obras ante la complacencia de sus numerosos fans gallegos. Qui¨¦n imaginaba que en el finisterre peninsular habitan tantos forofos entregados de Dominique A.
En el escenario del auditorio de la capital, iluminado en azul, se plantaron los cuatro m¨²sicos, de riguroso negro, que acompa?aban al cantautor en el tour de L?horizon. Los t¨ªmidos calambrazos el¨¦ctricos de la guitarra de Olivier Mellano, y la precisa combinaci¨®n de saxo bar¨ªtono y trompeta de J¨¦r?me Benssoussan y Daniel Paboeuf, se sobrepon¨ªan a duras penas a los problemas de sonorizaci¨®n que desmerecen el lugar. Los dos generosos bises que ofrecieron clausuraron el bolo con una advertencia del cantautor - "vamos a transformar el auditorio en una discoteca"- y una ¨²ltima canci¨®n adscrita el pen¨²ltimo hype, el dance-rock.
Nueva canci¨®n europea
La conexi¨®n de Dominique A con los matices m¨¢s tranquilos del australiano Nick Cave se produce a trav¨¦s de la figura del belga Jacque Brel. La potencia interpretativa, la estatura, las maneras arrolladoras de la voz, proceden del autor de Amsterdam. Pero el franc¨¦s, abanderado de la reinterpretaci¨®n de la chanson que lo arrim¨® a nombres como Benjamin Biolay, Fran?oiz Breut o Vicent Delerm, pertenece a una quinta que no quiso esquivar la obra de Sonic Youth.
El asturiano Nacho Vegas, el italiano Vinicio Capossela o incluso el brit¨¢nico Matt Elliot trabajan en una direcci¨®n semejante a la de Dominique A. Reconstruir una m¨²sica de autor contempor¨¢nea, europea, que no evita las raices folk ni teme a la electricidad del rock. Al compositor de La m¨¦moire neuve ¨²nicamente le falta cierta definici¨®n mel¨®dica.
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