Menos da una piedra
A lo mejor todo consiste en agarrarse a la fe como se agarran todos esos pescadores que han salido de nuestros puertos para perseguir al at¨²n y al bonito, confiando en que sean algo m¨¢s que vagas promesas o algo que sigue all¨ª porque all¨ª sol¨ªa encontr¨¢rsele. Pero estaba en el aire. ?Como un miasma? No, como una eventualidad tanto m¨¢s probable cuanto m¨¢s corr¨ªa el reloj. Porque los datos hist¨®ricos jugaban contra los optimistas. Cierto, podr¨ªa haber sido distinto. Pero, analizando las cosas fr¨ªamente, no pod¨ªa darse: ETA se iba creciendo, por lo menos simb¨®licamente, con lo que iba ara?ando. Que igual no era mucho, pero le bastaba no s¨®lo para justificarse ante s¨ª y los suyos -luchar merec¨ªa la pena, lo dijo hace poco alguien de ese barullo siniestro-, sino para pedir m¨¢s aun a sabiendas que llegar¨ªa un momento en que le parar¨ªan los pies. Pero ese poco, seguramente esa nada (m¨¢s algunos concejales), siempre ser¨ªa bastante m¨¢s que lo que podr¨ªa haber conseguido sent¨¢ndose a entregar las armas y rubricar la rendici¨®n bajo un papel con p¨®lizas.
Porque lo que se estaba garantizando era su propia supervivencia, por no decir el mero hecho de existir. Y lo hac¨ªa a lo grande, pudiendo alardear ente los suyos de haberles devuelto a las urnas y haberles cohesionado en la esperanza y en las arcas: fuera hac¨ªa demasiado fr¨ªo, ahora tendr¨¢n bastantes presupuestos -municipales, que no te¨®ricos- a los que agarrarse y de los que tirar. Lo siento por Zapatero, pero habr¨¢ realizado un viaje a ninguna parte. Con un alt¨ªsimo coste pol¨ªtico. No sabemos qu¨¦ datos manejaba -o cu¨¢les le pasaban- para mostrarse convencido de lo certero de su apuesta, ni tampoco si desmay¨® en un momento dado pero no quiso enmendar la situaci¨®n tal vez para mostrarse m¨¢s coherente que d¨¦bil. Pero a buen seguro estar¨¢ lament¨¢ndolo ahora.
Todav¨ªa puede salir algo bueno de esto, el convencimiento firme de que no se puede ir a una mesa con los terroristas si no vienen con las armas depuestas o a punto de deponerlas, y s¨®lo para firmar el certificado de su defunci¨®n. Intentaron conseguir algo con ETA, y tal vez de ETA, Felipe Gonz¨¢lez, Aznar, Arzalluz de Lizarra (y ah¨ª hab¨ªa firma y lo que parec¨ªa un... ?compromiso firme por parte de ETA!) y por ¨²ltimo y antes que Zapatero, Carod, ?ay Carod¨ªn de los Bosques! Total, una bienintencionada y absoluta p¨¦rdida de tiempo y de energ¨ªas, por no mencionar la decepci¨®n de unos ciudadanos a quienes se les hab¨ªan creado demasiadas expectativas. Pero seguro que todav¨ªa hay alg¨²n pol¨ªtico que est¨¢ dici¨¦ndose en la sombra que si ¨¦l fuera presidente lo conseguir¨ªa. Porque la tentaci¨®n sigue siendo demasiado fuerte. Es como aquellos viajeros de la antig¨¹edad, que en vez de pasar de largo se quedaban atrapados ante la Esfinge aun a sabiendas de que nunca descifrar¨ªan su enigma y lo pagar¨ªan con la vida: sencillamente, la atracci¨®n era demasiado irresistible, quiz¨¢s porque el premio de un reino y de una esposa lo hac¨ªan irresistible. Un reino, he ah¨ª la cuesti¨®n. De nada vale atribuirse los m¨¦ritos del ya lo dije, lo que predomina en el ¨¢nimo es la pesadumbre. Porque todo esto significa muerte. ?Y qui¨¦n la querr¨ªa aparte de los asesinos confesos y adictivos? La muerte asoma su hocico repugnante en este final de primavera que no se deja querer. Reconozco que s¨ª dije que no esperaba nada bueno, ?de qu¨¦? No lo s¨¦, hay veces que la mala sombra se te mete en los huesos y ni siquiera la raz¨®n es bastante para desalojarla.
La anchoa no es m¨¢s que un recuerdo de la anchoa y el at¨²n un pescado con una cuota de pesca m¨¢s baja y seguramente una sombra huidiza con marbete japon¨¦s. Ni el mar nos sirve de consuelo. S¨®lo nos queda la firmeza. Si fu¨¦ramos inglesas nos quedar¨ªa el chocolate (el 52% prefiere el chocolate al sexo), pero s¨®lo somos gentes con cuatro ideas entre las que figuran la necesidad de preservar la democracia y defender el Estado de Derecho frente a quienes intentan destruirlos. Menos da una piedra (aunque est¨¦ hastiada y perpleja).
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