De videojuegos y vacas voladoras

Realidad virtual. Uno de los cineastas que m¨¢s ha reflexionado sobre la huida del ser humano de la realidad diaria es David Cro-nenberg. Desde Videodrome a Una historia de violencia pasando por Inseparables, El almuerzo desnudo, M. Butterfly, Crash o esta eXistenZ, el director canadiense ha sumergido a sus protagonistas en la b¨²squeda de un mundo ideal que les hiciera olvidar su siniestro pasado o su gris presente. A veces la soluci¨®n estaba dentro del mundo real, cre¨¢ndose una segunda identidad o traslad¨¢ndose a un entorno distinto al suyo. A veces, como en eXistenZ, viviendo en una realidad virtual. A trav¨¦s de muy distintos guiones, Cronenberg ha sabido reflejar sus obsesiones sobre las mutilaciones, los materiales m¨¦dicos, las dobles identidades y la dicotom¨ªa cerebro-cuerpo, d¨¢ndole unidad a toda su carrera. As¨ª que eXistenZ insiste en esta tem¨¢tica en un futuro no muy lejano, en el que vive Allegra Gekler -encarnada por Jennifer Jason Leigh-, una dise?adora de videojuegos como eXistenZ, el m¨¢s popular, seguido y venerado. Para jugar con ¨¦l los usuarios se conectan a trav¨¦s de su espina dorsal mediante un cord¨®n y necesitan cierta manipulaci¨®n gen¨¦tica. Una vez iniciada la partida, los jugadores no distinguen realidad y fantas¨ªa. A Gekler le ataca un asesino fan¨¢tico y uno de los chicos de marketing (Jude Law) se convierte en su guardaespaldas. Las acciones de ambos comienzan a desarrollarse en esa neblina en la que se funde lo tangible y lo virtual. A pesar de que el filme se estren¨® en 1999, eXistenZ no ha perdido actualidad: el talento de Cronenberg supera la, a veces muy fugaz, temporalidad de sus propuestas.

Y el domingo, vacas, furgonetas y establos vuelan por culpa de los tornados, el fen¨®meno atmosf¨¦rico que investiga en Twister un ex matrimonio formado por Helen Hunt y Bill Paxton, reunidos de nuevo tras un hurac¨¢n. Jan de Bont, el director de fotograf¨ªa habitual de Paul Verhoeven, y que hab¨ªa debutado como responsable principal con Speed, se pone detr¨¢s de las c¨¢maras en un ejercicio de entretenimiento puro y duro.

Por cierto, en este filme, el primero que apareci¨® en DVD, el sonido del tornado se realiz¨® lentificando el mugido de un camello: hay cosas que la tecnolog¨ªa no puede sustituir.