Del "?sois unos mierdas!" a la teor¨ªa del dejar hacer
Calder¨®n, que venci¨® las dudas de su candidatura, no despidi¨® a Capello porque en el Madrid "las cosas se encauzan solas"
Los l¨ªderes son hijos del miedo. Lo supo uno de los miembros de la candidatura que encabezaba Ram¨®n Calder¨®n cuando todo indicaba que el proyecto que formaban para intentar alcanzar la presidencia del Madrid se encaminaba al fracaso. El grupo se hab¨ªa reunido en un chal¨¦ de las afueras de la ciudad, y sus miembros iban informando uno a uno, con tono abatido, las ¨²ltimas novedades de una batalla pol¨ªtica que ten¨ªa en Juan Palacios y en Juan Miguel Villar Mir a los contendientes m¨¢s poderosos. Las encuestas les daban el triunfo. Ram¨®n Calder¨®n, que presid¨ªa la mesa, dej¨® hablar a sus compa?eros, que, en general, se declararon superados. Daban la victoria por una quimera, y pensaban que este abogado taurino que presid¨ªa la sesi¨®n era un inexorable gentleman, condenado a fracasar elegantemente, sin ruido. Interrumpiendo a uno de sus abatidos colegas, sorprendiendo a todos, Calder¨®n descompuso su semblante de c¨®nsul. Le vieron transfigurarse en algo parecido a un sujeto peligroso. Sus brazos, hasta entonces en reposo, se movieron como dos mazas. Hizo un gesto amenazante y golpeando los papeles que ten¨ªa enfrente les retrat¨® en una frase: "?Sois todos unos mierdas!".
"En ese momento", recuerda el testigo, luego directivo del Madrid; "supe que era un l¨ªder. Un t¨ªo que no se dejar¨ªa intimidar por nada. A diferencia de Florentino, a Ram¨®n, una cosa como una pa?olada no lo iba a mover ni un cent¨ªmetro del sill¨®n presidencial".
El 10 de febrero, Calder¨®n tom¨® la decisi¨®n de la que se siente m¨¢s satisfecho como presidente. Ocurri¨® tras la mayor pa?olada que le brind¨® el Bernab¨¦u. El Madrid acababa de perder contra el Levante. Se trataba de la s¨¦ptima derrota del equipo en la temporada. El p¨²blico, blandiendo trapitos blancos, ped¨ªa que el palco actuase. La prensa, en la misma l¨ªnea, reclamaba la destituci¨®n del entrenador. Algunos amigos del presidente, y varios directivos, le recomendaban la expulsi¨®n del italiano para frenar una ola de descontento que amenazaba la estabilidad institucional.
"En un club como el Madrid hay momentos en que todo te empuja a actuar", suele decir Calder¨®n. "Puede que los clubes peque?os necesiten presidentes m¨¢s ejecutivos. En un club de las dimensiones del Madrid, es al rev¨¦s. Hay que mantener la tranquilidad y dejar que las cosas se encaucen por s¨ª mismas. Porque si no haces ning¨²n disparate, lo normal, lo l¨®gico, es acabar ganando t¨ªtulos".
De su educaci¨®n liberal en Inglaterra, Calder¨®n aprendi¨® la doctrina del laissez-faire. Los economistas cl¨¢sicos y los utilitaristas argumentaron con este principio el inicio de la globalizaci¨®n. Hoy, el presidente ejecutivo de Hong Kong, Donald Tsang, lo aplica diciendo que "para un gran mercado prefiero la pol¨ªtica del peque?o gobierno". Para Calder¨®n, el Madrid es una empresa demasiado extensa como para requerir su intervenci¨®n constante. Para eso nombr¨® a sus ejecutivos: Pedja Mijatovic para dise?ar la estrategia del f¨²tbol, Antonio Mart¨ªn para dirigir el baloncesto, y Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez para controlar el aparato econ¨®mico. Mientras tanto, ¨¦l se dedic¨® a labores de representaci¨®n ante pe?as, Gobiernos y universidades. De la visita a un paraninfo, precisamente, guarda el peor trance que le depar¨® su primer a?o en el cargo. Durante un discurso ante un grupo de estudiantes de Derecho, en la Universidad Complutense, Calder¨®n habl¨® de las vanidades de los futbolistas del Madrid: "Nunca pagan". Sus palabras fueron divulgadas por un periodista que las grab¨® sin que nadie lo advirtiera. Entonces Calder¨®n sinti¨® que tocaba fondo. Pidi¨® "perd¨®n y mil veces perd¨®n" a la plantilla. Pero, desde entonces, Beckham le guarda un rencor invencible.
Aplicado en el "dejar hacer", Calder¨®n ha permitido que Vlade Divac reciba un sueldo de alto ejecutivo por no hacer nada que se sepa en el ¨¢rea de baloncesto. Tambi¨¦n ha recibido con indiferencia a miembros hist¨®ricos del grupo Ultras Sur en los vuelos del equipo. Pero esto no ha alterado el curso de la Liga. Lo relevante fue que el 10 de febrero opt¨® por dejar que los pa?uelos se agitaran. Tambi¨¦n dej¨® a Capello en el banquillo. Ahora promete dejar la ¨²ltima decisi¨®n sobre la continuidad del t¨¦cnico en manos de una ¨²ltima reuni¨®n de sabios, con Mijatovic como representante del f¨²tbol y con el propio Capello en representaci¨®n de s¨ª mismo. Asegura que no tendr¨¢ en cuenta la consecuci¨®n del campeonato a la hora de establecer un criterio.
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