De los fallos y de las pruebas
A medida que van soltando sus argumentos finales las defensas de los 28 acusados, tras las conclusiones vertidas por las acusaciones, las abiertas -ahora que estamos en la era penal de las "sentencias abiertas"- y las camufladas, se va perfilando cierta mayor¨ªa sobre la que es interesante tomar nota. Se trata de lo siguiente: algo importante tuvo que fallar para que los terroristas yihadistas pudieran acometer con ¨¦xito el atentado del 11-M. Por supuesto, cada uno pretende llevar agua a su molino, pero hasta las acusaciones camufladas, correas de transmisi¨®n del PP, subrayan los errores cometidos y las incapacidades detectadas antes del atentado. Aunque se pretende utilizar esos errores para la conspiraci¨®n rocambolesca, lo cierto es que la sola admisi¨®n de fallos por as¨ª decir sist¨¦micos supone situar al Gobierno de turno en el banquillo virtual.
La defensa del minero Ra¨²l Gonz¨¢lez Pel¨¢ez, por ejemplo, ha hecho desde el primer d¨ªa un trabajo formidable para situar a su cliente en el cuadro de situaci¨®n de la mina Conchita. Lo que ha salido es el desorden reinante, la ausencia de control sobre los explosivos sobrantes, la llave de la mina que, cual falsa moneda, de mano en mano va y ninguno se la queda, las cajas de explosivos desparramados por doquier, que un viernes de febrero se ocultan detr¨¢s de una chapa y el lunes siguiente han desaparecido. Ayer esa defensa se refiri¨® a los confidentes, a los datos que aportaron un a?o antes de la matanza, sin que se hiciera un trabajo de inteligencia. Y record¨® que seis d¨ªas despu¨¦s del atentado, Raf¨¢ Zouhier, consciente de lo que se le ven¨ªa encima, inform¨® a su controlador V¨ªctor sobre Jamal Ahmidan, El Chino, sus metralletas, explosivo, su sangre fr¨ªa.
"Zouhier le cont¨® a V¨ªctor quien era Jamal Ahmidan, todo "blanco y en botella". V¨ªctor se limitaba a decir "aj¨¢..., aj¨¢... aj¨¢...". Fue vergonzoso. Le pidi¨® a Zouhier que le facilitase su tel¨¦fono y s¨®lo le falt¨® pedirle que se lo trajese detenido. Zouhier le dice "¨¦ste", en referencia a Jamal Ahmidan, "vive ah¨ª". Menos mal que el 2 de abril, en Mocej¨®n, fallaron los terroristas, menos mal para todos y menos mal para la conciencia de V¨ªctor", explic¨®.
La defensa del acusado Basel Ghalyoun, a su vez, ha mantenido fidelidad a su extra?o aterrizaje en esta causa. A la mano negra que ha mecido su llegada. Ghalyoun ha sido el pretexto para subir a estrados y recitar la conspiraci¨®n. "Es inconcebible que con la casa de Virgen del Coro vigilada por la polic¨ªa un a?o antes y con las sospechas que hab¨ªa, no se hayan evitado los atentados. No saber cu¨¢ntos y qui¨¦nes eran las personas que visitaban Virgen del Coro es negligente", explic¨® ayer.
"Las pruebas de un delito pueden dividirse en perfectas e imperfectas. Llamo perfectas a las que excluyen la posibilidad de que una persona no sea culpable, e imperfectas a las que no la excluyen. Basta una sola de las primeras para la condena, pero es necesario que las segundas concurran en n¨²mero suficiente para formar una prueba perfecta; es decir, que si por cada una de ellas en concreto es posible que un hombre no sea culpable, por su uni¨®n en un mismo sujeto es imposible que no lo sea", escribi¨® Cesare Beccaria en 1764. Y a?adi¨® "Obs¨¦rvese que las pruebas imperfectas de las cuales el reo puede justificarse y no lo hace a fondo se convierten en perfectas. Pero es m¨¢s f¨¢cil sentir esta certidumbre moral de las pruebas que definirla exactamente". El tribunal, pues, tiene tajo.
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