Prepararnos para el cambio del clima
La diferencia entre la temperatura media de la atm¨®sfera que exist¨ªa en la ¨²ltima glaciaci¨®n y la que ha existido en los ¨²ltimos siglos es de apenas cinco grados cent¨ªgrados. En el ¨²ltimo tercio del presente siglo XXI el Pa¨ªs Vasco tiene, desgraciadamente, bastantes probabilidades de conocer un incremento en la temperatura media de su atm¨®sfera, respecto a la existente entre 1961-1990, de cinco grados. En 50 a?os, a mediados de siglo, el incremento puede haber alcanzado ya los 3 C?. Esas probabilidades remiten a un escenario de emisiones conocido como A2 en la terminolog¨ªa del Panel Intergubernamental para el Cambio Clim¨¢tico (IPCC), y que se caracteriza por emisiones medias-altas que llevar¨¢n a una concentraci¨®n global de CO2 en la atm¨®sfera de 850 partes por mill¨®n (ppm).
Para finales del siglo XXI se prev¨¦n incrementos en la temperatura de la Tierra entre 2 y 4,5 ?C
El primer frente al que se deber¨ªa prestar atenci¨®n es al tema del agua en su sentido m¨¢s amplio
El cuarto informe del IPCC ha sintetizado el conocimiento consensuado de los trabajos realizados por cientos de climat¨®logos de primer nivel en los ¨²ltimos seis a?os. Se han reducido de manera significativa las incertidumbres que exist¨ªan en el informe de 2001. Para finales del siglo XXI se prev¨¦n incrementos en la temperatura media global de la atm¨®sfera de la Tierra entre 2? y 4,5? C. En las previsiones de los modelos clim¨¢ticos globales, el sur de Europa aparece como una de las zonas planetarias donde el incremento de las temperaturas y la disminuci¨®n de las precipitaciones van a ser m¨¢s severos. Se prev¨¦, con un elevado nivel de robustez estad¨ªstica, que la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica quedar¨¢ afectada de lleno por el cambio del clima. El impacto en el Pa¨ªs Vasco se ver¨¢ ligeramente amortiguado por la influencia de clima oce¨¢nico derivada de su proximidad al Cant¨¢brico, pero, incluso as¨ª, las previsiones apuntan a un cambio radical del clima de nuestro pa¨ªs.
Hace escasas semanas, el Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa adscrito al Ministerio de Medio Ambiente ha publicado el informe Generaci¨®n de escenarios regionalizados de cambio clim¨¢tico para Espa?a, que resume los trabajos de generaci¨®n de proyecciones regionalizadas (de ¨¢mbito estatal, frente a las proyecciones planetarias y continentales), con el objetivo de suministrar informaci¨®n cada vez m¨¢s precisa a la comunidad cient¨ªfica y t¨¦cnica que trabaja en el ¨¢mbito de los impactos. Las proyecciones est¨¢n basadas en distintos escenarios de emisi¨®n, distintos modelos globales y distintas t¨¦cnicas de regionalizaci¨®n. La base de datos generada hace uso de cinco modelos globales, diez modelos regionales de clima, cuatro t¨¦cnicas de regionalizaci¨®n emp¨ªrica, dos escenarios de emisiones (emisiones medias altas, A2, y medias-bajas B2) y tres marcos temporales (2011-2040; 2041-2070; 2071-2100).
En el escenario de emisiones medias-altas, se estima que en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica se produzcan los siguientes incrementos de las temperaturas respecto a la media que ha existido en el per¨ªodo de control 1961-1990. En el primer tercio del siglo XXI (2011-2040), en torno a 2 ?C; en el segundo, 2041-2070, entre 3 y 5 ?C; en el ¨²ltimo, 2071-2100, 5-8 ?C. En el Pa¨ªs Vasco las previsiones de incremento son menores por el efecto regulador del oc¨¦ano, pero siguen siendo muy elevadas. En el primer tercio, entre 1 y 1,5 ?C. En el segundo, entre 2-3 ?C. En el ¨²ltimo entre 4-5 ? C. Los incrementos tendr¨¢n lugar sobre todo en los meses de verano.
La variable fundamental de la que va a depender el nivel final de incremento de la temperatura es la cantidad de CO2 existente en la atm¨®sfera en el que momento en que se alcance la estabilizaci¨®n, es decir en el momento en que las emisiones totales sean iguales a la capacidad de absorci¨®n de los sumideros naturales del planeta. Por eso, es fundamental que todos los gobiernos hagan de la mitigaci¨®n un objetivo central. Sin mitigaci¨®n no hay adaptaci¨®n. Va a ser mucho m¨¢s dif¨ªcil y costoso adaptarnos a los impactos derivados de una concentraci¨®n de CO2 en la atm¨®sfera de 850 ppm, que a una concentraci¨®n de 550 ppm. El resultado final depender¨¢ de las decisiones y actuaciones a lo largo de las pr¨®ximas d¨¦cadas de una serie de jugadores internacionales clave -EE UU, Uni¨®n Europea, China, Rusia, India, Brasil, Jap¨®n-. La actitud adecuada ante un juego tan complejo como el del cambio clim¨¢tico es luchar a brazo partido desde Europa por la mejor de las soluciones cooperativas internacionales, pero al mismo tiempo estar preparados para los escenarios menos favorables.
La estrategia de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico de nuestro pa¨ªs deber¨ªa estar basada en el principio de precauci¨®n y, en mi opini¨®n, se deber¨ªa articular con un horizonte temporal a 2050. El primer frente al que se deber¨ªa prestar atenci¨®n es al tema del agua en su sentido m¨¢s amplio. Empezar por incluir de manera sistem¨¢tica la variable clim¨¢tica en todos los procesos de planificaci¨®n hidrol¨®gica de los pr¨®ximos a?os, aprovechando los requerimientos de la Directiva marco del Agua. Examinar el conjunto de infraestructuras existentes de almacenamiento, distribuci¨®n, encauzamiento y saneamiento a la luz de un escenario caracterizado por una disminuci¨®n de las precipitaciones, especialmente en la vertiente sur del pa¨ªs, una mayor variabilidad de las mismas, una mayor frecuencia y severidad de eventos clim¨¢ticos extremos, como sequ¨ªas, un incremento del nivel del mar y retroceso en la l¨ªnea costera, y una mayor frecuencia e intensidad de las inundaciones.
Los sectores econ¨®micos m¨¢s directamente afectados ser¨¢n la agricultura -especialmente la alavesa-, la generaci¨®n el¨¦ctrica hidr¨¢ulica y el turismo. La biodiversidad se ver¨¢ plenamente impactada, sum¨¢ndose las presiones derivadas del clima a las ya existentes de fragmentaci¨®n del territorio, invasi¨®n de habitats y especies invasoras. La red de corredores ecol¨®gicos ser¨¢ cr¨ªtica para favorecer los inevitables desplazamientos en altitud y latitud de las especies de flora y fauna.
En los pueblos y ciudades convendr¨¢ prestar especial atenci¨®n a los efectos combinados de un calor creciente, sobre todo los meses estivales, con la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica derivada del tr¨¢fico rodado. La ola de calor de 2003 caus¨® m¨¢s de 20.000 fallecimientos prematuros en el sur de Europa, en su mayor¨ªa gente mayor con cuadros de salud delicados a quienes el calor cogi¨® sin las trincheras sanitarias, sociales e institucionales adecuadas.
Un elemento preventivo extraordinariamente positivo para nuestras ciudades y pueblos, y con numerosos efectos colaterales favorables, ser¨ªa crear numerosos y amplios parques, zonas verdes y cinturones periurbanos que creen microclimas, limpien la atm¨®sfera, proporcionen sombra los meses de verano, ofrezcan lugares de ocio y esparcimiento a la ciudadan¨ªa y contribuyan a preservar la diversidad biol¨®gica en los ambientes urbanos. Los ¨¢rboles ser¨¢n uno de nuestros grandes aliados para protegernos del exceso de calor, como saben bien las personas que han paseado en verano por ciudades como Santa Cruz de Tenerife.
La modificaci¨®n del clima ya ha comenzado. El mencionado informe del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa se?ala que la temperatura de la atm¨®sfera en la Espa?a peninsular ha mostrado indudables signos de calentamiento a lo largo del per¨ªodo 1850-2005. Y concluye: "Destaca el fuerte, abrupto y sin precedentes calentamiento observado a partir de 1973 y que se mantiene en el presente". La temperatura media de la atm¨®sfera entre 1973 y 2005 se ha incrementado 0,48 ?C por d¨¦cada.
Ante la realidad del cambio clim¨¢tico algunos prefieren mirar hacia otro lado pues creen, como los ni?os, que as¨ª el peligro quedar¨¢ conjurado de manera autom¨¢tica. En una variante curiosa de pensamiento m¨¢gico, prefieren esconder la cabeza debajo de la almohada en busca de sue?os tranquilizadores. Se dicen a s¨ª mismos que eso del cambio clim¨¢tico quiz¨¢s, s¨®lo quiz¨¢s, sea cierto, pero, en cualquier caso, que no hay que preocuparse, que tenemos que ser positivos. No hay m¨¢s que ver que ha sido un tema invisible en las pasadas elecciones locales. Pero la realidad es terca y nos acaba poniendo a cada uno en nuestro sitio, aunque tambi¨¦n es verdad que siempre quedar¨¢n los que cuando la realidad no coincide con sus enso?aciones y prejuicios nos dicen que peor para la realidad.
Antxon Olabe es economista y consultor ambiental.
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