Tres miradas de una emoci¨®n universal

Llegaron al cine desde lugares muy distintos. Daniel Burman, el m¨¢s joven, iba para abogado, pero el azar lo llev¨® a matricularse en una escuela de cine en Buenos Aires. Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu aspiraba a ser m¨²sico, pero la necesidad lo llev¨®, a los 19 a?os, a buscar trabajo en una radio de Ciudad de M¨¦xico, donde aprendi¨® a contar historias; de ah¨ª a la publicidad y de la publicidad al cine. V¨ªctor Gaviria, el veterano del tr¨ªo, era poeta y cin¨¦filo, cuando sinti¨® la urgencia, casi moral, de tratar de explicar la convulsa realidad colombiana que lo rodeaba.

Los tres han visitado esta semana Madrid para participar en las jornadas J¨®venes talentos del cine latinoamericano, organizadas por la Casa de Am¨¦rica, durante las que han apadrinado a sendos directores desconocidos: el colombiano Javier Mej¨ªa, el argentino Jorge Gaggero y el mexicano Carlos Armella.

?Cine latinoamericano? Gonz¨¢lez I?¨¢rritu quiere acabar con las etiquetas. "El cine es cine. ?Por qu¨¦ reducirlo a guetos? El cine es un fen¨®meno universal porque las emociones son universales. No encuentro gran diferencia entre un pastor mexicano y un pastor en Marruecos. Para m¨ª lo importante es explorar el fen¨®meno humano sin importar las nacionalidades. Yo no hago cine mexicano: yo hago cine", afirmaba durante un encuentro con EL PA?S. Para Gaviria, "lo nacional, en el fondo, es un conformismo, unos l¨ªmites precisos que se establecen y que no creo que convengan a las pel¨ªculas". Burman prefiere hablar de libertad creativa: "Si yo, como argentino, puedo hacer una pel¨ªcula con total libertad, va a ser argentina, venga de donde venga la financiaci¨®n. En cambio, si hago una pel¨ªcula que est¨¢ comprada por una major que me manda el gui¨®n y tengo cuatro ejecutivos en la sala de montaje dici¨¦ndome qu¨¦ contar, ni siquiera ser¨¢ una pel¨ªcula gringa, sino un h¨ªbrido".

El argentino es un realizador prol¨ªfico: ha dirigido nada menos que cinco largometrajes y un documental en 10 a?os y ha producido otros dos, Garage Olimpo y Diarios de motocicleta. "Soy muy ansioso", dice. "Vivir de esto en un pa¨ªs como Argentina me parece incre¨ªble. No me lo puedo creer cuando llego a casa, veo los muebles, la heladera, y pienso que todo lo compr¨¦ con una idea que tuve. Yo vivo con la inseguridad de que esto se va a acabar pronto", a?ade medio en broma.

Gaviria, que prepara su cuarto largometraje, justifica su lentitud creativa en el hecho de que nunca trabaja con actores profesionales. "Mis pel¨ªculas son falsos documentales y los actores naturales tienen dificultades expresivas; por ejemplo, no puedo hacer escenas demasiado dram¨¢ticas. Tengo limitaciones. Por eso, cuando empiezo mis pel¨ªculas, los productores nunca apuestan por ellas y los capitales se desv¨ªan hacia otras pel¨ªculas con actores de televisi¨®n conocidos", explica el realizador colombiano. Tras haber explorado los efectos del narcotr¨¢fico en la sociedad de Medell¨ªn en los ochenta, sobre todo en los j¨®venes y los ni?os de la calle, Gaviria trabaja ahora en otra pel¨ªcula sobre bandoleros en los a?os sesenta: "Es la misma violencia, que se repite, y me permitir¨¢ hacer una met¨¢fora de lo que sucede ahora", se?ala.

Gonz¨¢lez I?¨¢rritu dice que est¨¢ listo para un "tiempo sab¨¢tico". Con Babel, su ¨²ltimo filme, ha dado por terminado su matrimonio creativo con Guillermo Arriaga, guionista tambi¨¦n de Amores perros y 21 gramos. Un sonado divorcio al que quiere dar carpetazo: "Fue el final de un ciclo muy exitoso, del cual me siento muy orgulloso. Exploramos durante tres pel¨ªculas y creo que es importante explorar otros territorios tambi¨¦n". ?Hacia d¨®nde? El director ha creado una productora, Cha Cha Cha, con sus compatriotas Guillermo del Toro y Alfonso Cuar¨®n. Y ya tienen cinco pel¨ªculas en la cocina.