Lugares dementes
En principio -pero s¨®lo en principio- Stultifera navis aborda la historia de un manicomio -el Instituto Mental de la Santa Creu- levantado en 1889 en lo que fueron los campos que rodeaban Barcelona y que se cierra un siglo despu¨¦s, ya en plena zona de crecimiento de la ciudad, cuando, a la sombra de los fastos ol¨ªmpicos, se clausuran sus instalaciones para reconvertirlas en as¨¦pticos equipamientos municipales.
Ahora bien, eso no es todo. Stultifera navis es un libro de antropolog¨ªa, cuyo autor es Josep Maria Comelles, un profesor de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, una labor congruente con la gran tradici¨®n del estructural-funcionalismo europeo, ya liberado por el marxismo de sus iniciales prejuicios antidiacr¨®nicos e interesado por el acaecer hist¨®rico. Tambi¨¦n es una obra que contribuye a esa l¨ªnea cr¨ªtica que -concretada en la figura de Michel Foucault- ha venido levantando la genealog¨ªa de la estulticia y de los mecanismos que han impuesto su confinamiento y su medicamentalizaci¨®n, al tiempo que -en la senda de Erving Goffman- analiza la funci¨®n y el funcionamiento de los sitios en que se pone sitio a los dementes. Nada extra?o, puesto que Comelles es tambi¨¦n un psiquiatra con experiencia hospitalaria que viene encabezando desde hace tiempo el ¨¢mbito de la antropolog¨ªa m¨¦dica en el pa¨ªs.
STULTIFERA NAVIS. La locura, el poder y la ciudad
Josep Maria Comelles
Milenio. Barcelona, 2007
407 p¨¢ginas. 23 euros
Pero hay m¨¢s. El libro ubica la locura y su espacializaci¨®n en un contexto de mayor espectro. No se trata ahora de hacer la descripci¨®n y el an¨¢lisis de los avatares de unas instalaciones destinadas a encerrar a los alienados lejos de la sociedad y donde se asistir¨¢ luego al triunfo final de la biomedicina, sino de ver todo ello asociado al conglomerado de intereses econ¨®micos y pol¨ªticos a los que las instituciones de protecci¨®n social han estado en todo momento y por doquier sometidas; tambi¨¦n en Barcelona, nueva Locagonia donde reinan delirios de poder y dinero. As¨ª, el Mental de Sant Andreu es reconocido no s¨®lo como un lugar donde la locura era custodiada y examinada, sino como objeto codiciado por una expansi¨®n urbana pensada y ejecutada en clave de beneficio capitalista. Llamaban "hospital" o "salud" a lo que en realidad conceb¨ªan y trataban como "finca" y como "suelo".
Y m¨¢s all¨¢ todav¨ªa -o acaso
m¨¢s ac¨¢, m¨¢s hacia dentro-, Stultifera navis es un experimento literario articulado a la manera de un montaje cinematogr¨¢fico en que se combinan estilos y tiempos narrativos e incluso tipos de pel¨ªcula distintos, produciendo un relato al mismo tiempo personal y polif¨®nico, puesto que el propio autor se disuelve en diversos locutores, que despliegan sus discursos en tonos y ritmos alternos, pero secretamente arm¨®nicos. Sazonando el desarrollo etnogr¨¢fico e historiogr¨¢fico central, ese murmullo -rebosante de alusiones a lo vivido, a lo le¨ªdo, a lo contemplado- recoge los ecos de la reflexi¨®n personal de un profesional de la antropolog¨ªa y de la medicina que quiso serlo tambi¨¦n de la vida y que hace de estas p¨¢ginas la nave para un solo loco argonauta, ¨¦l mismo, haciendo la biograf¨ªa de sus fracasos y de la dignidad de ellos nacida. Con ese sabor que uno reconoce deudor de una cierta antropolog¨ªa confesional -"?puede el etn¨®grafo escribir otra cosa que confesiones?", se preguntaba L¨¦vi-Strauss en Tristes tr¨®picos-, Comelles se mira, desde la distancia, serenamente, a s¨ª mismo y a las ciudades, y desvela en todo cuanto ve y ha visto un mismo naufragio, l¨²cida convicci¨®n de que, como intuyera Le¨®n Felipe, los tesoros no los alberga puerto alguno, sino el fondo del mar.
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