Salario medio, poder adquisitivo y productividad
La econom¨ªa espa?ola se encuentra en un buen momento. Durante el primer trimestre de 2007, el PIB creci¨® un 4,1% interanual, la tasa m¨¢s alta desde el segundo trimestre de 2001. Nuestro pa¨ªs encadena siete trimestres consecutivos con crecimientos superiores al 3,5% y prolonga una expansi¨®n que dura ya m¨¢s de 13 a?os. A lo largo de la legislatura se han creado 2,5 millones de puestos de trabajo, de los que el 55% han sido ocupados por mujeres.
La econom¨ªa no s¨®lo crece m¨¢s, sino que lo hace cada vez mejor. La inversi¨®n en bienes de equipo ha aumentado el 12,1% interanual en el primer trimestre, con lo que son ya diez los trimestres consecutivos con crecimientos por encima del 8%. La productividad ha crecido a una tasa del 1,1%, cifra que pr¨¢cticamente triplica el crecimiento medio de la legislatura anterior. Y en la industria, sector que concentra buena parte de los bienes comercializables, la productividad est¨¢ creciendo por encima del 5%, dando lugar a mejoras en los indicadores de competitividad-precio. La reforma laboral fruto del acuerdo entre organizaciones sindicales, empresariales y Gobierno est¨¢ teniendo efectos claramente positivos sobre la calidad del empleo. Desde su entrada en vigor, se han firmado 2,2 millones de contratos indefinidos.
La publicaci¨®n por parte de la OCDE de su Employment outlook hace escasos d¨ªas y la afirmaci¨®n contenida en ¨¦l de que el salario medio real en Espa?a hab¨ªa descendido un 4% en los ¨²ltimos 10 a?os han abierto un debate sobre si el buen comportamiento de la econom¨ªa tiene realmente consecuencias positivas sobre aquellos que trabajan por cuenta ajena. La respuesta es afirmativa, pues la evoluci¨®n del salario medio en t¨¦rminos reales no aporta mucha informaci¨®n sobre el comportamiento de los salarios individuales ni sobre el poder adquisitivo de los mismos en un entorno caracterizado por un dinamismo extraordinario en la creaci¨®n de empleo como el observado en los ¨²ltimos a?os.
Para enmarcar adecuadamente este debate puede ser ¨²til partir de un ejemplo. Supongamos una econom¨ªa con tres habitantes en la que s¨®lo trabaja uno de ellos recibiendo un salario de 2.000 euros al mes. El salario medio es de 2.000 euros. Si una segunda persona accede al mercado de trabajo con un salario de 1.000 euros, ?qu¨¦ ocurre con el salario medio? Ocurre que ¨¦ste desciende en un 25% (de 2.000 a 1.500 euros), sin que el salario del primer trabajador se haya visto reducido y habi¨¦ndose doblado la poblaci¨®n ocupada. Si la tercera persona accediera tambi¨¦n al mercado de trabajo en las mismas condiciones que la segunda, el salario medio descender¨ªa en un 33%.
Este ejemplo refleja lo que ha ocurrido en la econom¨ªa espa?ola. En la d¨¦cada a la que se refiere el informe de la OCDE, el empleo en nuestro pa¨ªs ha aumentado aproximadamente un 30%, lo que ha supuesto la creaci¨®n de unos 6,8 millones de puestos de trabajo y la reducci¨®n de nuestra tasa de paro hasta niveles cercanos a la media europea. Como en el ejemplo anterior, la evoluci¨®n del salario medio no refleja el comportamiento del poder adquisitivo de los salarios.
La informaci¨®n disponible sobre evoluci¨®n de los salarios en los convenios colectivos en nuestro pa¨ªs refleja que ¨¦stos no han perdido poder adquisitivo (deflactado por el IPC), sino que, al contrario, los salarios han ganado 1,4 puntos de poder adquisitivo en lo que va de legislatura.
En los ¨²nicos ¨¢mbitos en los que el Gobierno tiene capacidad de incidir directamente sobre los salarios, hay que decir que el esfuerzo realizado ha sido importante. El salario m¨ªnimo ha crecido un 24% en los ¨²ltimos tres a?os y acabar¨¢ la legislatura en 600 euros, y los empleados p¨²blicos han visto crecer sus retribuciones totales.
Conviene se?alar tambi¨¦n que el crecimiento de la renta familiar no proviene exclusivamente de la evoluci¨®n de los salarios, ya que la renta disponible se ha visto incrementada, entre otras cuestiones, por la bajada de impuestos. Por un lado, la elevada creaci¨®n de empleo ha hecho crecer de manera no desde?able el n¨²mero de salarios por hogar. Por otro, no puede olvidarse que las rentas salariales no son la ¨²nica fuente de ingresos de las familias.
Desde el inicio de la legislatura, la renta per c¨¢pita ha crecido m¨¢s de un 18% en t¨¦rminos nominales, lo que ha supuesto pasar de valores de aproximadamente 19.000 euros a los 23.000 actuales. En t¨¦rminos reales, el ritmo de crecimiento de la renta per c¨¢pita (2,2%) es un 40% superior al del periodo 2000-2004, cuando la renta per c¨¢pita real crec¨ªa al 1,6% anual.
En este contexto, es importante que no caigamos en la tentaci¨®n de poner en duda el valor de la moderaci¨®n salarial. El compromiso mostrado por los agentes sociales en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en un activo fundamental para la econom¨ªa espa?ola, que ayuda a explicar la elevada creaci¨®n de empleo de la que se ha beneficiado nuestro pa¨ªs. Ha hecho posible tambi¨¦n que la econom¨ªa haya superado con ¨¦xito el shock de los precios del petr¨®leo -de 30 d¨®lares el barril a principios de 2004 a m¨¢s de 70-, evitando los episodios observados en los a?os setenta y ochenta.
El crecimiento de los salarios reales a largo plazo depende fundamentalmente de la productividad. ?sta es la raz¨®n por la que el Gobierno ha hecho del impulso de esta variable el eje fundamental de su pol¨ªtica econ¨®mica, que en su vertiente presupuestaria se ha materializado en importantes esfuerzos en materia de educaci¨®n, I+D+i e infraestructuras.
David Vegara es secretario de Estado de Econom¨ªa
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