Bruselas plantar¨¢ cara a la embestida fiscal de Sarkozy

La batalla est¨¢ servida. Los ministros de Econom¨ªa del Eurogrupo no permanecer¨¢n con los brazos cruzados a la embestida fiscal que hoy expondr¨¢ el l¨ªder franc¨¦s Nicolas Sarkozy, que supone "un serio riesgo para la estabilidad del euro", seg¨²n fuentes comunitarias. De entrada, Sarkozy propondr¨¢ aplazar hasta 2012 la consecuci¨®n del equilibrio presupuestario, es decir, dos a?os m¨¢s tarde de lo que acordaron los ministros de Econom¨ªa de los 13 pa¨ªses del euro el pasado abril en Berl¨ªn. Pero la propuesta del presidente franc¨¦s tiene mucho m¨¢s calado y plantea una revisi¨®n a fondo del dise?o de la pol¨ªtica monetaria europea.

En la reuni¨®n participan tambi¨¦n el comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, Joaqu¨ªn Almunia, que ha expresado "su profunda preocupaci¨®n" por las consecuencias que puede acarrear el abandono de los esfuerzos para sanear las cuentas p¨²blicas, y el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, que siempre ha defendido con extremo celo sus competencias.

Durante la ¨²ltima semana, ambas partes han tomado posiciones. La Comisi¨®n Europea y Portugal, que ostenta la presidencia de turno de la Uni¨®n Europea, han mantenido contactos con varios ministros de Econom¨ªa para que den "la r¨¦plica" conveniente al l¨ªder franc¨¦s.

El titular de Econom¨ªa de Alemania, Peer Steinbr¨¹ck, y el ministro de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, ser¨¢n los m¨¢s activos. Steinbr¨¹ck cuenta con la autoridad de haber reconducido las cuentas p¨²blicas alemanas con la subida fiscal de tres puntos del IVA, lo que permitir¨¢ un aumento de la recaudaci¨®n de 20.000 millones de euros. Berl¨ªn ha presentado, adem¨¢s, un plan para alcanzar el equilibrio presupuestario, que permite hasta un m¨¢ximo del 1% de d¨¦ficit p¨²blico, en 2009.

Aunque el acuerdo del Eurogrupo del pasado abril es pol¨ªtico y no implica obligaciones jur¨ªdicas, Teixeira dos Santos insisti¨® el pasado 1 de julio en Lisboa, el primer d¨ªa de la presidencia portuguesa, "en la necesidad de alcanzar el equilibrio presupuestario para mantener la estabilidad". Record¨® que "fijar los objetivos presupuestarios era una competencia nacional", pero a?adi¨® que, "si un pa¨ªs rompe un compromiso que ha aceptado, plantea un problema pol¨ªtico".

Fuentes comunitarias han se?alado "los riesgos que supone para la estabilidad del euro que dos pa¨ªses como Alemania y Francia no vayan de la mano en sus ajustes presupuestarios". Sin el consenso de Berl¨ªn y Par¨ªs el euro no existir¨ªa. Ahora, el problema est¨¢ en que mientras Alemania anticipa un a?o el logro del equilibrio presupuestario, Francia lo retrasa dos.

Una presencia ins¨®lita

Con independencia del desaire que supone para la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, la participaci¨®n del presidente de la Rep¨²blica en el Ecofin es un hecho ins¨®lito, cuyo ¨²nico antecedente comparable ocurri¨® en 2004, cuando el primer ministro italiano Silvio Berlusconi acudi¨® al consejo porque entonces llevaba tambi¨¦n la cartera de Econom¨ªa.

El prop¨®sito de Sarkozy es explicar su plan de "choque fiscal", que en esencia es rebajar los impuestos, para estimular el crecimiento, lo que en su opini¨®n redundar¨¢ a la larga en una mayor recaudaci¨®n fiscal. Por esto pide tiempo, dos a?os m¨¢s. Es la conocida ret¨®rica de los economistas de la oferta que en su d¨ªa practicaron Ronald Reagan, Margaret Thatcher y ahora George W. Bush, de resultados conocidos y que en algunos casos s¨®lo ha significado m¨¢s d¨¦ficit.

El plan de Sarkozy es un regalo a los m¨¢s ricos al limitar la contribuci¨®n fiscal al 50% de las rentas, lo que supone la pr¨¢ctica eliminaci¨®n del impuesto de solidaridad sobre las fortunas, suprimir en un 95% el derecho de sucesiones y permitir la deducci¨®n de intereses de los pr¨¦stamos inmobiliarios.

Todo ello, junto a la supresi¨®n de las cotizaciones sobre las horas extra, eleva la factura a unos 11.000 millones de euros, seg¨²n el Gobierno, y a 15.000, seg¨²n la oposici¨®n. Pero la Comisi¨®n "no ve ninguna relaci¨®n entre las rebajas fiscales y el aumento de la producci¨®n".

La paradoja de Sarkozy es que, a pesar de esta discrepancia real de la pol¨ªtica fiscal entre Francia y Alemania, propone una mayor coordinaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica de la zona euro. Todo ello con el objetivo de participar en el dise?o de la pol¨ªtica monetaria que, en su opini¨®n, no puede dejarse s¨®lo en manos del BCE.

La estrategia de la Comisi¨®n es ganar tiempo: escuchar al l¨ªder franc¨¦s y esperar a que presente formalmente su propuesta a finales de septiembre. "La batalla ser¨¢ larga y no ha hecho m¨¢s que empezar", aseguran en Bruselas. Pero todo no ha sido mal visto en la propuesta francesa.

Un celo excesivo

Varios pa¨ªses est¨¢n molestos por el excesivo celo de Trichet en la interpretaci¨®n de "la independencia del BCE". "Con el tratado en la mano, los ministros de Econom¨ªa podr¨ªan participar m¨¢s en definir la estrategia de la pol¨ªtica monetaria, aunque la ¨²ltima palabra la tome el banco", se?alan.

El desd¨¦n de Trichet a una iniciativa del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, a avanzar hacia alg¨²n tipo de participaci¨®n fue muy mal recibida. El presidente del BCE tambi¨¦n deber¨¢ mover ficha si quiere el apoyo de la Comisi¨®n.