Pakist¨¢n asegura que grupos de 'yihadistas' extranjeros controlan la Mezquita Roja
Un jefe de la revuelta denuncia la muerte de 305 personas en la voladura de los muros del templo
Un grupo extremista pr¨®ximo a Al Qaeda se ha hecho con el control efectivo de la Mezquita Roja de Islamabad, desplazando del mando de la revuelta al cl¨¦rigo Abdul Rashid Ghazi, seg¨²n inform¨® ayer un responsable paquistan¨ª, quien asegura que en el interior hay voluntarios extranjeros. Es una informaci¨®n que no ha podido ser verificada. Lo que es un hecho es que los comandos del Ej¨¦rcito han derribado parte del muro exterior que rodea el templo prepar¨¢ndose para un asalto. El presidente, Pervez Musharraf, dej¨® claro el s¨¢bado cu¨¢l es la alternativa de los islamistas: rendici¨®n o muerte.
Pese a las declaraciones oficiales, la situaci¨®n en la Mezquita Roja, situada en el centro de Islamabad, es muy confusa. Siquiera se sabe el n¨²mero de personas que hay dentro, cu¨¢ntos son radicales y cu¨¢ntos rehenes, ni qui¨¦n est¨¢ realmente al mando. El supuesto l¨ªder de la revuelta, Abdul Rashid Ghazi, al que algunas fuentes oficiales consideran fuera de juego, denunci¨® ayer que 305 personas fallecieron en la madrugada del domingo durante una operaci¨®n llevada a cabo por comandos del Ej¨¦rcito con el objetivo de derribar los muros del recinto, y advirti¨® de que sus seguidores, que cifra en 1.800, se suicidar¨¢n antes de entregarse.
Ghazi fue preciso: 280 alumnas y 25 alumnos murieron al derrumbarse el techo de dos habitaciones de la madraza (escuela cor¨¢nica) femenina que forma parte del complejo de la Mezquita Roja.
El Ejecutivo rechaz¨® estas afirmaciones, que tild¨® de exageraciones. El ministro paquistan¨ª del Interior, Aftab Sherpao, dijo en rueda de prensa que el Gobierno hab¨ªa enviado a primera hora de la ma?ana ambulancias a la mezquita para evacuar a los posibles heridos o muertos, pero que nadie ha salido de su interior en todo el d¨ªa.
La pasada madrugada, como las anteriores, las fuerzas especiales encargadas de la Operaci¨®n Silencio contra la mezquita recurrieron a explosiones controladas y a operaciones de comando para derribar poco a poco los muros del recinto y tomar posiciones para un posible asalto final. La ¨²ltima operaci¨®n militar afect¨® a un muro pr¨®ximo a la madraza femenina, la Jamia Hafsa.
El portavoz del Ej¨¦rcito, el general Waheed Arshad, dijo que dentro de la madraza hab¨ªa un "gran arsenal de armas y explosivos", por lo que es "posible" que "se hayan producido algunas muertes", pero refut¨® la versi¨®n y el n¨²mero dado por Ghazi. Sherpao mantuvo que el cl¨¦rigo est¨¢ intentando ganarse la simpat¨ªa popular con la noticia de las v¨ªctimas y descart¨®, aduciendo razones de seguridad, permitir el acceso a la prensa para comprobar las muertes denunciadas.
Periodistas rehenes
El ministro dijo que los periodistas podr¨ªan terminar siendo tambi¨¦n rehenes de los radicales isl¨¢micos, a los que vincul¨® con la red terrorista Al Qaeda.
Ghazi no es el principal l¨ªder de la Mezquita Roja; lo es su hermano, Maulana Abdul Aziz, detenido el mi¨¦rcoles cuando hu¨ªa escondido entre un grupo de mujeres y camuflado bajo una burka. Ese d¨ªa fue el ¨²ltimo donde se produjo la salida masiva de rehenes, m¨¢s de mil, que hab¨ªan quedado atrapados en el recinto del templo.
El ministro de Asuntos Religiosos, Ejaz ul Haq, explic¨® que en el interior del templo hay 250 militantes radicales, media docena de los cuales est¨¢n en busca y captura dentro y fuera de Pakist¨¢n por "grandes delitos", que no especific¨®. El ministro dijo que el n¨²mero de rehenes puede alcanzar los 500.
Algunas fuentes sostienen que los militantes radicales pertenecen a Harkatul Jihad e Islami, pr¨®ximo a Al Qaeda. Otros aseguran que son de Jaish e Mohammad, implicado en los intentos de asesinato del presidente, Pervez Musharraf. Su presencia en la Mezquita Roja impulsar¨ªa la hip¨®tesis de que esta crisis est¨¢ relacionada con los disparos del viernes contra el avi¨®n presidencial en Rawalpindi.
El templo est¨¢ completamente rodeado. La polic¨ªa ha establecido un amplio per¨ªmetro de seguridad. Los sitiados se encuentran desde hace d¨ªas sin agua ni luz, y la comida empieza a escasear. Ayer se escucharon, como todos los d¨ªas, fuertes explosiones y disparos de fusiles de asalto. La presencia militar en el exterior se ha incrementado en las ¨²ltimas horas. Estos movimientos de tropas, unidos a que las autoridades han impedido el paso de una delegaci¨®n de autoridades isl¨¢micas que pretend¨ªan mediar, hacen pensar que la decisi¨®n del asalto puede ser inminente.
El primer ministro paquistan¨ª, Shaukat Aziz, presidi¨® ayer una reuni¨®n de urgencia para evaluar la crisis. Al finalizar, reiter¨® la posici¨®n oficial, que Ghazi debe soltar a los rehenes, rendirse y enfrentarse a la justicia, pero no quiso especular sobre una acci¨®n de fuerza. La Operaci¨®n Silencio comenz¨® hace 10 d¨ªas, cuando fuerzas paramilitares, soldados y polic¨ªas rodearon el recinto de la mezquita, cuyos l¨ªderes llevaban cuatro meses amenazando con atentados suicidas si el Gobierno no impon¨ªa la shar¨ªa (ley isl¨¢mica) como ¨²nico c¨®digo de Pakist¨¢n.
El primer intercambio de fuego se produjo el martes de la semana pasada. Desde entonces han muerto 25 personas, seg¨²n la cifra oficial; la ¨²ltima v¨ªctima es un coronel encargado de la operaci¨®n de voladura de los muros, que result¨® herido el viernes y falleci¨® ayer.
El Gobierno teme que los l¨ªderes islamistas est¨¦n buscando una gran matanza, un martirio colectivo, para incendiar todo el pa¨ªs y lograr el ¨¦xito pol¨ªtico aun despu¨¦s de muertos. Por esa raz¨®n, el Gobierno est¨¢ actuando con gran paciencia y precauci¨®n.
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