Los 'cebada' rompen su mala fama
En el encierro m¨¢s r¨¢pido celebrado hasta ayer, los toros buscaban a los corredores, pero finalmente no hubo cornadas
Lo dijo Boris Izaguirre, invitado por Cuatro a comentar las im¨¢genes del encierro: ojal¨¢ pudi¨¦ramos ver venir los toros de la vida como los vio venir ayer un mozo ca¨ªdo en el suelo pocos metros despu¨¦s de la curva de Estafeta.
En uno de los lugares m¨¢s peligrosos del recorrido, el joven vio venir la torada de Cebada Gago, se gir¨® hasta colocarse en posici¨®n fetal y logr¨® apartarse del camino de los toros libr¨¢ndose de una cornada o un pisot¨®n.
Fue una de las im¨¢genes de espanto que cada d¨ªa nos regala la televisi¨®n. Las del cuarto encierro de los sanfermines, que por segundo d¨ªa consecutivo finaliz¨® sin ning¨²n corredor herido por asta de toro y cuatro personas atendidas en los centros hospitalarios del Servicio Navarro de Salud.
Siempre aparece en las carreras de Pamplona alguien ca¨ªdo, que parece surgido de la nada, se juega la vida en d¨¦cimas de segundo y sale bien o mal parado. Es el reto at¨¢vico del hombre frente a la bestia. Asumido o no. Porque nadie sabe si el espectador que recibi¨® en la esquina de Mercaderes un gran golpe del cuerno izquierdo de un cebada conoc¨ªa a qu¨¦ se expon¨ªa asomando la cara cuando no deb¨ªa. ?Riesgo asumido? Qui¨¦n lo sabe. Son cientos las personas que a diario est¨¢n de pie viendo el encierro y tapando los vallados que podr¨ªan salvar la vida a quienes s¨ª se juegan el tipo corriendo delante de los toros. Ayer se comprob¨® el riesgo porque los cebada gago buscaban a los corredores. Suelen hacerlo. Otros, no. Los cebada, se dice, persiguen el vuelo de una mosca.
Los cebada dan miedo. M¨¢s miedo que otros. Ten¨ªan un listado de 24 mozos corneados en sus ¨²ltimos 10 encierros de Pamplona. Un ejemplo: en 2003 empitonaron a dos estadounidenses y un australiano adem¨¢s de empujar al corredor pamplon¨¦s Ferm¨ªn Etxeberr¨ªa en Mercaderes. Echeverr¨ªa, ¨²ltima v¨ªctima mortal del encierro, muri¨® a consecuencia de las heridas en la cabeza.
Y los astados apuntaron maneras, aunque su propia velocidad -fue el encierro m¨¢s r¨¢pido en lo que va de San Ferm¨ªn- impidi¨® que hicieran tropel¨ªas. Por la cuesta de Santo Domingo un cebada fue cabeceando con riesgo. Ya en Mercaderes dos corredores resultaron heridos por golpes y ca¨ªdas: L. M. P., vecino de Vinalesa (Valencia), de 45 a?os, con contusi¨®n tor¨¢cica de car¨¢cter leve y hematomas, y M. S. M, de 25 a?os, vecino de Villava (Navarra), con fractura de clav¨ªcula derecha por pisotones, con pron¨®stico menos grave.
Los cebada gago se olvidaron pronto de los mansos y corrieron hermanados. En la curva de Mercaderes con Estafeta el antideslizante, definitivamente, no funciona. Ayer la ca¨ªda fue masiva y bella. Un jabonero precioso, Segador, de 575 kilos, trep¨® por encima de sus hermanos y todos enfilaron juntos la Estafeta a velocidad endiablada. Tanto que apenas pod¨ªan los divinos pillar cuerno. A mitad de calle la cosa se tranquiliz¨® algo y se volvieron a repetir las preciosas estampas de todos los d¨ªas. En esa calle F. J. G. B, de 46 a?os, de Pamplona, sufri¨® la fractura de la mu?eca izquierda y contusiones y heridas en las piernas, probablemente ocasionadas, seg¨²n el parte m¨¦dico, por pisotones de res y otros corredores. Su pron¨®stico era menos grave, aunque qued¨® ingresado en el hospital de Navarra.
Los toros llegaron al redondel limpiamente. Antes del callej¨®n, E. R. M., vecino de San Sebasti¨¢n de los Reyes, de 30 a?os, fue herido en el tramo de Telef¨®nica con traumatismo craneoencef¨¢lico de pron¨®stico leve.
Por ese callej¨®n de la plaza entraron ayer pocos corredores. Menos que lo habitual. El respeto a los cebada, que ayer se fueron sin hacer sangre, limpi¨® el recorrido antes de que los toros salieran del corral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.