?Para qu¨¦ sirve la ONU?
Con 192 miembros y un mandato que lo abarca todo, desde la seguridad hasta los refugiados, pasando por la salud p¨²blica, Naciones Unidas es la ¨²nica organizaci¨®n global del mundo. Pero los sondeos realizados en Estados Unidos muestran que dos tercios de sus ciudadanos opinan que la ONU hace mal su trabajo. Otros muchos culpan a la ONU por no haber sabido resolver los innumerables problemas de Oriente Pr¨®ximo.
Sin embargo, esas opiniones reflejan un desconocimiento de lo que es verdaderamente la ONU. M¨¢s que un actor independiente en la pol¨ªtica mundial, la ONU es un instrumento de sus Estados miembros.
Es cierto que el secretario general, Ban Ki-Moon, tiene capacidad de pronunciar discursos, convocar reuniones y proponer acciones, pero su papel es m¨¢s de secretario que de general. Equiparado en ocasiones a un Papa laico, el secretario general de la ONU puede emplear la persuasi¨®n, pero no tiene poder econ¨®mico ni militar. La ¨²nica fuerza con la que cuenta la ONU es la que le prestan los Estados miembros a base de mucho pedir y rogar. Y, cuando los Estados no pueden ponerse de acuerdo en una forma concreta de actuar, es dif¨ªcil que la organizaci¨®n pueda hacer algo.
El coste total del sistema de la ONU es de aproximadamente 20.000 millones de d¨®lares (poco m¨¢s de 14.000 millones de euros), menos que las primas anuales que se pagan en un buen a?o en Wall Street. De esa suma, la secretar¨ªa en Nueva York absorbe s¨®lo el 10%. Algunas universidades tienen presupuestos mayores.
Otros 7.000 millones de d¨®lares se dedican a mantener las fuerzas de paz de la ONU en lugares como Congo, L¨ªbano, Hait¨ª y los Balcanes. El resto -m¨¢s de la mitad- lo utilizan los organismos especializados de la ONU repartidos por el mundo y que desempe?an un papel importante en la organizaci¨®n del comercio mundial, el desarrollo, la salud y la ayuda humanitaria.
Por ejemplo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados contribuye a aliviar los problemas de las personas desplazadas, el Programa Mundial de Alimentos socorre a ni?os malnutridos y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud sostiene los sistemas de informaci¨®n sobre salud p¨²blica que son cruciales para hacer frente a la amenaza de pandemias como la gripe asi¨¢tica. La ONU no dispone de los recursos necesarios para resolver problemas en ¨¢reas nuevas como el sida o el cambio clim¨¢tico, pero s¨ª puede empujar a los gobiernos para que act¨²en. Incluso en el campo de la seguridad, la ONU conserva un papel importante. El concepto original de seguridad colectiva ideado en 1945, seg¨²n el cual los Estados estar¨ªan dispuestos a aliarse para disuadir y castigar a los agresores, fracas¨® por el enfrentamiento entre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Occidente durante la guerra fr¨ªa.
Hubo un breve periodo, despu¨¦s de que en 1991 se formase una amplia coalici¨®n de pa¨ªses que oblig¨® a Sadam Husein a salir de Kuwait, en el que pareci¨® que ese viejo concepto original de la seguridad colectiva iba a convertirse en "el nuevo orden mundial". Pero las esperanzas pronto se vieron frustradas. La ONU no logr¨® alcanzar el consenso ni sobre Kosovo en 1999 ni a prop¨®sito de Irak en 2003.
Los esc¨¦pticos llegaron a la conclusi¨®n de que la ONU se hab¨ªa vuelto irrelevante en materia de seguridad. Sin embargo, en 2006, cuando Israel y Hezbol¨¢ se enfrentaron en L¨ªbano y la lucha acab¨® en punto muerto, los Estados miembros se mostraron m¨¢s que dispuestos a establecer una fuerza de paz de la organizaci¨®n.
Lo ir¨®nico es que las labores de paz no figuraban de forma espec¨ªfica en la carta fundacional. Se las inventaron el segundo secretario general, Dag Hammarskjold, y el ministro de Exteriores canadiense, Lester Pearson, cuando Gran Breta?a y Francia invadieron Egipto en la crisis de Suez de 1956. Desde entonces, las fuerzas de paz de la ONU se han desplegado en m¨¢s de 60 ocasiones. En la actualidad hay aproximadamente 100.000 soldados de diversos pa¨ªses que portan los cascos azules de la ONU en todo el mundo. El mantenimiento de la paz ha tenido sus altibajos. En los a?os noventa, Bosnia y Ruanda fueron sendos fracasos, y el entonces secretario general, Kofi Annan, propuso una serie de reformas para hacer frente al genocidio y los asesinatos de masas.
En septiembre de 2005, la Asamblea General de la ONU acept¨® la existencia de una "responsabilidad de proteger" a las poblaciones vulnerables. En otras palabras, los gobiernos no pod¨ªan seguir tratando a sus ciudadanos como les pareciera bien.
Asimismo se cre¨® una nueva Comisi¨®n de Consolidaci¨®n de la Paz, cuyo fin es coordinar acciones que puedan ayudar a evitar la repetici¨®n de actos de genocidio. La ONU result¨® fundamental en Timor Oriental durante la transici¨®n a la independencia, y hoy est¨¢ elaborando planes para Burundi y Sierra Leona. En el Congo, las fuerzas de paz no han podido acabar del todo con la violencia, pero s¨ª han ayudado a salvar vidas. El caso actual m¨¢s delicado es el de la regi¨®n de Darfur, en Sud¨¢n, donde se llevan a cabo esfuerzos diplom¨¢ticos para establecer una fuerza conjunta de paz de la ONU y la Uni¨®n Africana. En la atm¨®sfera pol¨ªtica envenenada que asedia a la ONU desde la guerra de Irak, no es extra?o que el desencanto est¨¦ extendido. Ban Ki-Moon tiene una tarea dif¨ªcil por delante. Pero es probable que, en vez de dudar sobre la ONU, los Estados se den cuenta de que necesitan un instrumento mundial de ese tipo, con su poder inigualable de convocatoria y legitimaci¨®n. Aunque el sistema de la ONU no es perfecto, ni mucho menos, el mundo ser¨ªa un lugar m¨¢s pobre y ca¨®tico sin la organizaci¨®n.
? Project Syndicate, 2007.
Joseph S. Nye, Jr. es profesor en Harvard. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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