El pueblo que cautiv¨® a Azor¨ªn
Arcos de la Frontera, la tentaci¨®n de olvidarlo todo en el valle del Guadalete
En el paseo de Andaluc¨ªa, la oficina de turismo ofrece una gu¨ªa titulada Arcos de la Frontera, entre la realidad y el sue?o. Cuesta separarlos en este pueblo gaditano de 30.000 habitantes que enamor¨® a Azor¨ªn y a los poetas del 27 y sigue cautivando a cuantos lo visitan. Encumbrado en lo alto de su pe?a, a 150 metros por encima del valle del Guadalete, el viejo castillo cristiano que reemplaz¨® al alc¨¢zar ¨¢rabe rinde testimonio de siglos de luchas fronterizas. "R¨ªo del olvido", llamaron los ¨¢rabes al cauce, pues hab¨ªan venido a quedarse y a olvidar lo que dejaban atr¨¢s. La tentaci¨®n de olvidarlo todo y hacerse arcense tambi¨¦n seduce hoy a quienes se aventuran por sus calles empedradas.
"Entre la realidad y el sue?o", dice el lema tur¨ªstico de esta localidad gaditana, a la vera de un castillo fronterizo, que enamor¨® a los poetas de la generaci¨®n del 27 y seduce a sus visitantes.
Paso a paso
Desde el paseo de Andaluc¨ªa, la calle de la Corredera serpentea hacia la cima de la antigua fortaleza. Los arbotantes del callej¨®n de las Monjas, quiz¨¢ los m¨¢s hermosos arcos de Arcos, dan paso a la plaza del Cabildo, donde sol¨ªan celebrarse el mercado y las corridas. Hoy acoge procesiones y fiestas patronales, y sobre todo al bel¨¦n viviente de Nochebuena, que transforma todo el pueblo en un escenario y a sus habitantes en hebreos y romanos que festejan con bu?uelos y villancicos.
Frente al Ayuntamiento, del siglo XVII, el bar del Parador se asoma tanto a la pe?a que parece suspendido en el vac¨ªo. La joya de la plaza es la iglesia de Santa Mar¨ªa, construida entre el XIII y el XIV sobre la mezquita mayor. La monumental fachada g¨®tico-plateresca, con su torre de 11 campanas, tan s¨®lo se ve empeque?ecida por las colinas y el vasto horizonte del mirador. Frente a la puerta lateral subsiste un curioso c¨ªrculo m¨¢gico que estaba ubicado dentro del edificio durante la Inquisici¨®n. El sacerdote se plantaba en el centro, bien para convertir musulmanes, bien para ahuyentar a los malos esp¨ªritus.
En los alrededores del Cabildo, el casco antiguo est¨¢ sembrado de tesoros escondidos. En la plaza Boticas se halla el ¨²ltimo convento de clausura que queda en el pueblo. Las mercedarias se asoman a las ventanas una noche al a?o para contemplar el paso del Corpus Christi y, a trav¨¦s del torno de la entrada, venden deliciosos dulces y galletas. A pocos pasos, una iglesia inacabada que los jesuitas abandonaron tras la expulsi¨®n alberga el mercado de Abastos. En la calle Maldonado, la Casa Grande, de las m¨¢s antiguas del pueblo, levantada en 1729, es hoy un hotel exquisito. Detr¨¢s del palacio del Mayorazgo, la pinacoteca de pintores arcenses conduce al apacible oasis del Jard¨ªn Andalus¨ª. Y la capilla de la Misericordia, construida en 1490 sobre una sinagoga, hospeda las ¨²nicas dos efigies que existen de los marqueses de C¨¢diz, tallados en los capiteles (el marqu¨¦s, con gorro de buf¨®n).
Dos iglesias
La historia de Arcos es tambi¨¦n la de la larga rivalidad entre sus iglesias de Santa Mar¨ªa y la vecina de San Pedro, que, pese a la fachada barroca, data del siglo XIII. En el siglo XVIII, una comitiva de feligreses de Santa Mar¨ªa viaj¨® a Roma y consigui¨® que fuera nombrada la parroquia m¨¢s antigua, insigne y principal del pueblo. En atenci¨®n a los peregrinos, el papa Clemente XIV refrend¨® el t¨ªtulo regal¨¢ndoles la momia incorrupta de un santo. A su regreso, los fieles de San Pedro, heridos en su pundonor, organizaron una colecta y acometieron tambi¨¦n la expedici¨®n a Roma. Para cuando llegaron, Clemente XIV hab¨ªa muerto, pero el nuevo Papa no vio inconveniente en certificar que San Pedro era a¨²n m¨¢s insigne y principal, y les regal¨® ya no una, sino dos momias incorruptas. Las reliquias pueden admirarse en ambas iglesias. Cuentan en Arcos que los fieles de San Pedro, para no nombrar a Santa Mar¨ªa, rezaban el ave diciendo: "San Pedro, madre de Dios, ruega por nosotros".
Andar y ver
Recorridos los monumentos, el mayor deleite es dejarse llevar por las calles a trav¨¦s de los arcos que dan nombre al pueblo. En algunas esquinas se conservan columnas romanas que los vecinos trajeron desde el yacimiento de Sierra Aznar para facilitar el paso de las carretas. La Imprenta, el hist¨®rico bar Don Fernando o la acogedora Cueva de El Alcarav¨¢n destacan entre los bares de tapeo.
Desde el Mirador de Abades se divisa el lago de Arcos, frecuentado por aficionados a la pesca y el deporte acu¨¢tico. M¨¢s all¨¢ est¨¢n el pintoresco Cortijo Barranco, situado en un antiguo molino de aceite e ideal para los amantes del sosiego y el ecoturismo, y el campo de golf reci¨¦n construido en torno al Cortijo Fa¨ªn. En el horizonte, la sierra de Grazalema dibuja la silueta de una mujer acostada bajo el cielo gaditano.
La molinera
El romance an¨®nimo de La molinera y el corregidor, compuesto hacia 1790, cuenta los enredos de un corregidor arcense con una molinera y la h¨¢bil venganza de la corregidora con el marido molinero. A mediados del XIX, el conde de Lebrija recre¨® el romance a orillas del lago de Arcos, y de este empe?o nacieron el actual mes¨®n de la Molinera y el restaurante El Sombrero de Tres Picos, adonde el conde acud¨ªa en noches de fiesta a bordo de un vapor del Misisipi.
El Centro de Interpretaci¨®n La Molinera y el Corregidor, en el casco antiguo, se dedica al romance y a sus repercusiones, que incluyen la novela de Pedro Ruiz de Alarc¨®n, el ballet de Manuel de Falla y las versiones interpretadas por Carmen Sevilla o Antonio Gades. El romance ayuda a conocer el car¨¢cter singular de los arcenses, hecho de entereza, calidez y picard¨ªa. Tambi¨¦n ilustra el ingenio y la belleza de sus mujeres, que entonan el romance en las zambombas de diciembre, y en verano salen a blanquear las paredes de sus casas, a conversar y a regar los geranios mientras saludan a los desconocidos.
Mar¨ªa Fasce (Buenos Aires, 1969) es autora de La felicidad de las mujeres (Destino) y La verdad seg¨²n Virginia (Planeta).
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir- A 30 kil¨®metros de Jerez, 60 de C¨¢diz y 110 de Sevilla, Arcos es la puerta de entrada a la ruta de los pueblos blancos y un buen punto de partida para visitar tanto las sierras gaditanas como las playas atl¨¢nticas de la Costa de la Luz.Dormir- La Casa de B¨®vedas (956 70 51 54; www.lacasadebovedas.com). B¨®vedas, 9. Doble, de 60 a 75 euros.- La Casa Grande (956 70 39 30; www.lacasagrande.net). Maldonado, 10. Doble, de 65 a 75 euros.- Cortijo Barranco (956 23 14 02; www.cortijobarranco.com). Carretera de Arcos-El Bosque, kil¨®metro 5,7. Doble, de 53 a 83 euros, seg¨²n temporada.- Hotel Mes¨®n de La Molinera (www.elmesondelamolinera.com; 956 70 80 02). Carretera de Arcos-El Bosque. Avenida del Sombrero de Tres Picos, 17. Urbanizaci¨®n El Santiscal. Habitaci¨®n doble, de 55 a 75 euros.- Parador de Arcos de la Frontera (956 70 05 00; www.parador.es). Plaza del Cabildo, s/n. Habitaci¨®n doble, entre 130 y 140 euros, seg¨²n temporada.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Arcos de la Frontera (956 70 22 64; www.ayuntamientoarcos.org).
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