Un 'rally' con pocos accidentados
La industria espa?ola est¨¢ asumiendo sin grandes problemas el fuerte y r¨¢pido encarecimiento de las materias primas
En teor¨ªa, la carrera alcista de los precios de las materias primas, en los ¨²ltimos tres a?os, provocada por el fuerte crecimiento mundial, la irrupci¨®n de China y la creciente afici¨®n de los inversores a estos activos, tendr¨ªa que haber provocado estragos en los pa¨ªses industriales y no ha sido as¨ª. Hace 50 a?os, cuando los precios reales eran dos veces y media superiores a los actuales, no se asist¨ªa a subidas tan fuertes y r¨¢pidas como las de hoy. Seg¨²n el ¨ªndice que publica el Banco de Espa?a, los precios de los metales han pasado del nivel 95,5 en el 2003 al 311,4 en mayo, un aumento del 237%. Entre el 2003 y el 2006, los precios medios del cobre han pasado de 1.717 a 6.715 d¨®lares por tonelada y los del zinc de 827 a 3.267 d¨®lares. M¨¢s espectacular a¨²n es el caso del n¨ªquel que se pagaba a 9.617 d¨®lares en el 2003 y en marzo de 2007 super¨® los 46.000 en marzo de este a?o.
El comercio exterior refleja bien el escaso peso en los costes de las materias primas: la importaci¨®n de mineral y metales no supera el 2,4% del total
La escalada de precios preocupa sobre todo en el Pa¨ªs Vasco, donde la metalurgia supone el 35% del valor a?adido en la industria
Algo m¨¢s moderados que los casos del n¨ªquel o el cobre han sido los incrementos de precio registrados por el plomo, el aluminio y el esta?o, que tambi¨¦n baten r¨¦cords. El encarecimiento de las materias primas, en general, ha sido una especie de inesperado man¨¢ ca¨ªdo del cielo para decenas de pa¨ªses de ?frica y Latinoam¨¦rica. Despu¨¦s de muchos a?os al ralent¨ª, las econom¨ªas africanas se dispararon a partir del 2001, con crecimientos superiores al 5,5% entre el 2004 y el 2006. En algunos pa¨ªses productores de materias primas altamente demandadas, los crecimientos superaron incluso la barrera del 10%.
Algo similar a lo sucedido en Latinoam¨¦rica, con el 5,5% de crecimiento el 2006. "Estas subidas est¨¢n beneficiando fuertemente", comenta Juan Carlos Mart¨ªnez L¨¢zaro, del Instituto de Empresa "a pa¨ªses como Chile, Argentina, Brasil o Per¨², con situaciones de pujanza que no viv¨ªan desde hac¨ªa mucho tiempo".
Efectos secundarios
Contra lo que podr¨ªa pensarse, la fortuna de estas dos regiones no ha supuesto hasta ahora una desventaja significativa para la industria de los pa¨ªses ricos, que han ido absorbiendo estos incrementos de precios. En Espa?a, al margen de los sectores centrados en la primera transformaci¨®n de los metales, que han sentido un poco m¨¢s la presi¨®n de los metales caros, el resto de las industrias apenas han sentido en su piel los incrementos de precios. La siderurgia y la metalurgia no han tenido m¨¢s remedio que ir absorbiendo estos aumentos en la medida de lo posible. Pese al crecimiento de los precios de las commodities minerales, los laminados en caliente (planos) han subido apenas del nivel 109,56 al 110,2 8 entre el 2004 y el 2006. Los productos largos lo hicieron un poco mejor. Los perfiles estructurales, por ejemplo, pasaron del 112,45 al 153,25.
El autom¨®vil, te¨®ricamente un gran consumidor de commodities, apenas ha variado sus costes, o al menos no ha podido repercutirlos en los precios finales de los veh¨ªculos. "En los ¨²ltimos cinco a?os", comenta un portavoz de la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Autom¨®viles y Camiones (Anfac), "los precios de los coches han subido la mitad del IPC". Lo curioso es que al sector no le fue tan mal. La producci¨®n y las exportaciones se revitalizaron en el 2006 lo que le permiti¨® elevar la facturaci¨®n en un 2,9%. Los beneficios subieron de 163 a 264 millones de euros. "Una evoluci¨®n que se explica", seg¨²n Juan Ignacio Bartolom¨¦, director general de la patronal sider¨²rgica Unesid, "a que la utilizaci¨®n de materias primas b¨¢sicas tiene un peso muy peque?o en los costes de esa industria".
Igual que ocurre en la construcci¨®n, el principal cliente de la siderurgia junto al autom¨®vil. "La repercusi¨®n de nuestros precios en la construcci¨®n no llega ni al 1% del coste de un edificio", explica Bartolom¨¦, "lo que posibilita, si la demanda es fuerte, repercutir los costes sin gran dificultad".
El escaso peso de los costes de las materias primas en el conjunto de la industria queda de relieve tambi¨¦n en las cifras del comercio exterior. Como apuntan en la Secretar¨ªa de Estado de Turismo y Comercio la importaci¨®n de minerales y metales no supera el 2,4% del total de todos los productos comprados al exterior. Tampoco, al contrario de lo que sucede con el crudo y el gas natural, han influido estos incrementos en el IPC. Pese a las subidas de los metales, dice Bartolom¨¦, "el IPC baj¨® el a?o pasado con respeto al 2005".
El que estas subidas se hayan registrado en un momento de bonanza, con un crecimiento del PIB pr¨®ximo al 4%, ha contribuido a restarles dramatismo. La fuerte demanda de todo tipo de productos industriales ha permitido a buena parte de las empresas repercutir los incrementos de los precios de las commodities sobre sus clientes. Ha sido el caso de Acerinox, que ha tenido que sufrir unos precios que en palabras de un ejecutivo de la empresa "se han vuelto locos". El n¨ªquel, utilizado para su producci¨®n de acero inoxidable, a 7 d¨®lares por tonelada de media a lo largo de los a?os noventa, cerraba 2005 a 11.500 d¨®lares. "En mayo de este a?o", prosigue esta fuente, "llegaba a los 54.200, casi cinco veces m¨¢s en unos meses. Suerte que despu¨¦s empez¨® a bajar y ahora est¨¢ en 33.600".
Estos incrementos no le han provocado problemas visibles a la empresa, que cerr¨® 2006 con una facturaci¨®n de 5.637 millones de euros, un 34% m¨¢s que el a?o anterior. Y con unos beneficios de explotaci¨®n que subieron de 258 a 858 millones. Unos incrementos que se han alcanzado, dicen en Acerinox, gracias al buen momento que atraviesa la demanda que ha permitido repercutir la subida de la materia prima al cliente.
A¨²n as¨ª, en alguna regi¨®n se ha vivido el rally con preocupaci¨®n. Es el caso del Pa¨ªs Vasco, donde, seg¨²n Eduardo Arechaga, de la patronal Confebask, "la metalurgia supone el 35% del valor a?adido en la industria". Arechaga apunta que "la coincidencia de estos altos precios, que han provocado un estrechamiento de los m¨¢rgenes, con la incesante subida del precio de la electricidad puede causar problemas serios si baja la demanda de productos terminados".
La gran pregunta ahora es si los precios seguir¨¢n subiendo o se estabilizar¨¢n. La mayor parte de los expertos est¨¢n convencidos de que la situaci¨®n se ver¨¢ corregida en cuanto la oferta se vaya incrementando e igualando a la demanda. "Algo que", dice David Cano, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), "no es tan f¨¢cil en la pr¨¢ctica. Este tipo de adaptaciones llevan su tiempo y necesitan la aceptaci¨®n de los productores que, a veces, no est¨¢n interesados en aumentar la oferta". Algo en lo que coincide Bartolom¨¦, de Unesid. "Poner en marcha nuevas minas o instalaciones de producci¨®n lleva a?os".
Especuladores y recursos
Lo cual no quiere decir que se espere una bajada de los precios, al menos igual de dr¨¢stica que la subida. Los precios reales llevaban d¨¦cadas bajando, de modo que lo normal es que se mantengan a sus actuales niveles o puedan incluso seguir subiendo, pero a menor ritmo que en el 2005 y 2006. La demanda, que, seg¨²n se?alan en la patronal Confemetal, "se ha multiplicado por 34 en los ¨²ltimos 16 a?os, mientras la poblaci¨®n por cuatro, seguir¨¢, sin duda, subiendo".
"?Han tenido culpa en todo esto los especuladores, que, con su apuesta por las commodities, parecen haber contribuido a tensar los precios y a generar una volatilidad que no gusta nada a los industriales, habituados hace a?os a cotizaciones m¨¢s estables". "No mucha", apunta Bartolom¨¦. "Al final los precios dependen de la oferta y la demanda, de nada m¨¢s".
M¨¢s peso ha tenido la flamante entrada de China en el escenario. "Hace siete a?os China no exist¨ªa en el mercado sider¨²rgico mundial. Ahora produce un tercio de todo el mundo, m¨¢s que la UE y Estados Unidos juntos", dice Mart¨ªnez L¨¢zaro. En lo que si coinciden los expertos, lo que es un gran consuelo, es que el rally de los ¨²ltimos a?os no presagia ninguna escasez estructural de recursos. "No hay falta de materias primas" aseguran, casi con las mismas palabras, absolutamente todos los expertos entrevistados.
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